Toda una existencia de unión mística y de misión eclesial, cuando sólo Dios es capaz de llenar tu horizonte.

Toda una existencia de unión mística y de misión eclesial, cuando sólo Dios es capaz de llenar tu horizonte.
Ojos que arden como lámparas votivas alumbrando el más profundo centro de nuestra alma.
Algunas sentencias tuyas ya no te pertenecen, circulan anónimas por los libros y la gente las cita de memoria.
Una bella y sencilla oración para recitar antes de la ‘Lectio Divina’
Tu vida fue una búsqueda, un reto, una provocación. Te llamaban ‘radical piadosa’ y ‘anarquista cristiana’.
Gracias por ser como eres: pobre, sencilla, entregada, misericordiosa.
El mundo tiene tanta necesidad de santos geniales como una ciudad invadida por la peste tiene necesidad de médicos
Como los primeros apóstoles a quienes llamaste para que estuvieran contigo.
Mi padre repetía continuamente en mi presencia: ‘No hay Dios’, a los ocho o diez años era yo una atea consumada.
Si te descubrimos y alimentamos tu amistad, poco a poco nos haremos semejantes a ti.
Tu vocación de contemplativa estaba en la calle, en el trabajo, en ese silencio que es posible descubrir en medio del ruido.