Los viernes de Cuaresma, tienen una especial resonancia, por la memoria de la Pasión de Cristo.

Los viernes de Cuaresma, tienen una especial resonancia, por la memoria de la Pasión de Cristo.
Una circunstancia temporal se convierte en llamada a interrumpir nuestra posible inercia.
Una manera de vivificar nuestra identidad cristiana es viviendo ’en forma eucarística’.
Que la fidelidad brote de nuestro corazón, como obsequio a la santidad de Dios que nos visita.
Esta noche no la podemos dormir:’nos visitará el sol que nace de lo alto…’
“Mirad, yo envío mi mensajero para que prepare el camino ante mí”
Hoy las lecturas, se hacen eco de la situación de angustia en la que muchos pueden estar.
Las palabras de Jonás, que hoy nos refiere la primera lectura, vuelven a situarnos en este tiempo propicio.
La Cuaresma es tiempo de oración, de abrirnos a las mociones consoladoras del Espíritu.
Celebramos hoy la Cátedra de San Pedro, fiesta de comunión con el ministerio con el Papa.
Los viernes de Cuaresma, tienen una especial resonancia, por la memoria de la Pasión de Cristo.