Dios no nos concede muchas veces lo que le pedimos, simplemente; porque le pedimos… ¡poco! Que se lo pregunten a Saúl cuando andaba pidiéndole a Dios que le ayudara a encontrar sus burras perdidas.

Dios no nos concede muchas veces lo que le pedimos, simplemente; porque le pedimos… ¡poco! Que se lo pregunten a Saúl cuando andaba pidiéndole a Dios que le ayudara a encontrar sus burras perdidas.
Dios no nos concede muchas veces lo que le pedimos, simplemente; porque le pedimos… ¡poco! Que se lo pregunten a Saúl cuando andaba pidiéndole a Dios que le ayudara a encontrar sus burras perdidas.