Existen millones  de estrellas. 
  Todos los días  aparecen estrellas nuevas….. 
  Todas conducen al  pesebre. 
 
  Los seres humanos  al principio 
  somos pequeños,  indefensos 
  un poco de  barro…….. 
  pero crecemos. 
 
  Dios, ceramista,  trabajas con el torno. 
  Quieres que  seamos estrellas. 
  Nos hacemos  estrellas siguiendo a las estrellas. 
 
  Para las personas  que no lo entienden 
  somos tontas  por intentar seguir a una estrella. 
  Pero, para las  personas que tienen ojos de Navidad 
  somos sabias. 
 
  El ceramista  también, es estrella. 
  La luz de esta  gran estrella 
  te inunda y te va  transformando 
  en molde  navideño. 
 
  Se necesita mucho  tiempo, 
  más que lo que  dura cualquier estación del año. 
  No es fácil  nacer. 
  Bendíceme de vez  en cuando con tu nacimiento 
  Sana el miedo que  llevo dentro. 
 
  La estrella  ceramista brilla en la luz; 
  Compartimos esa  luz radiante de Dios. 
  ¿Para qué vino  Jesús si no para alumbrar 
  y sanar en  nosotros lo que nos asusta…… 
  y para ser  estrella? 
 
  Pero no estamos  acostumbradas a esta clase de estrellas, 
  a las estrellas  que nacen en un pesebre 
  y cuelgan de una  cruz. 
  No estamos  acostumbrados a las estrellas 
  que brillan en  lugares a los que preferimos no mirar.
No estamos  acostumbrados 
  a las estrellas  que proponen cosas 
  que no tienen  sentido, 
  como perder la  vida, 
  poner la otra  mejilla, 
  o ser pobre 
  por causa de  algún Reino desconocido. 
 
  Espero que brille  para ti, hoy, una estrella, 
  estrella nueva  que no hayas visto jamás. 
  Espero que sea  clara y valiente, 
  una estrella  profética, 
  refulgente en la  oscuridad 
  y que te ayude a  ver las cosas 
  que necesitas ver  de verdad. 
 
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Lo que mas deseo regalarte  este año es La Navidad 
  Es un regalo, una oferta. 
  Puedes aceptarlo si quieres, 
  pero no te lo puedo dar como  si fuera un paquete. 
  La oferta es más profunda que  eso, 
  mas cálida, clara y santa 
  y mas personal. 
  La Navidad  supone más desafío 
  que un paquete envuelto en  papel. 
 
  Se trata de una oferta 
  Se trata de un misterio
  Se trata de un nacimiento 
  Se trata de la esperanza 
  Se trata de la Navidad…. 
  Y Dios nunca acaba de nacer  del todo 
 
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  Creíamos que  sabíamos dónde encontrarte; 
  Casi no  necesitábamos una estrella que nos guiase; 
  con la  perseverancia y el sentido común, bastaba. 
  ¿Por qué te  escondes de la gente poderosa 
  y te unes a las  personas excluidas y marginadas 
  y nos llamas para  seguirte? 
 
Dios de la sabiduría, danos sabiduría
 
  Creíamos que te  habíamos dejado seguro en el pesebre; 
  te envolvimos con  el sentimiento más blando que pudimos encontrar, 
  e insistimos en  que viniste hace tantísimo tiempo. 
  ¿Por qué irrumpes  ahora en nuestra vida diaria 
  con mensajes de  paz y bien 
  exigiendo que nos  comprometamos? 
 
  Dios justo  y recto, danos justicia y rectitud.  
  Pero, ¿dónde  esperábamos encontrarte 
  sino en la vida,  con la gente corriente, 
  transformando el  mundo por medio de ellos. 
  Llévanos a aquel  pesebre, a la verdadera felicidad 
  que hará renacer  en mujeres y hombres de bien 
  la sabiduría, la  justicia y la rectitud. 
 
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  Tú que nos  llamas, 
  que llamaste a  los ricos para que caminasen hacia la pobreza, 
  a los sabios para  que sigan tu locura, 
  a los poderosos  para que reconociesen su debilidad. 
  Tú, que diste a  los forasteros 
  acogida en un  país extranjero, 
  a los soñadores, 
  la luz verdadera  y la visión. 
  nos abrimos a los  signos que nos envías. 
  Haz que surja en  cada ser humano 
  un sano  descontento de un mundo 
  que da sus dones  a 
  la gente que ya  tiene suficiente, 
  cuyos talentos 
  y cuyo poder son  reconocidos, 
  y ayúdanos 
  a compartir  nuestros recursos con las personas que tienen poco 
  y a recibir con  humildad los dones que nos dan. 
 
  Brilla tú, como  estrella, cada ser humano 
  y haznos  inquietos 
  hasta que busquemos 
  nuestro descanso  en ti.
(Mt 2,1-12; 1 Cor  1,18-29) 
 
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Tú que  escoges….  
 
  Escoges que tu  hijo nazca en pobreza, 
  de parentesco  dudoso. 
  Escoges un país  ocupado por dirigentes inestables. 
 
  Escoges el riesgo  de verle morir en una cueva sucia 
  después del largo  viaje de una adolescente embarazada. 
 Escoges que crezca pobre y en peligro, 
  incomprendido por  las personas que le amaban. 
 
  Tú que escoges, 
  dudamos de tu  elección de entonces 
  y también dudamos  de lo que eliges ahora; 
  los ricos siguen  hartos 
  y los pobres se  siguen marchando vacíos. 
 
  Ayúdanos para que  por nuestro desconcierto 
  o por nuestra  ignorancia, 
  no escojamos ir  por otro camino.
(Mt 2; Mc 3,21-35; Lc 1, 46-553; 1Cor 1,18-19)
				
                    



