
Permiso
No tiene que ver en este contexto con pedir permiso, dar permiso. Como la esposa necesitara permiso del marido para tomar decisiones, por ejemplo de índole económica. O a la inversa, el marido permiso de la mujer para relacionarse en su ámbito laboral o familiar.
Escuchada con oídos acostumbrados a la lengua italiana, la palabra permiso viene a significar: por favor. Pedir las cosas por favor; pedir sabiendo que pedir es mendigar; no es mandar ni ordenar con cortesía, es suplicar. Ello requiere toda una actitud de amorosa libertad. Atreverse a pedir es una manera de admitir las propias necesidades y carencias. Te puedo pedir un gesto de amor; te puedo pedir un servicio; pero siempre apelando a tu libertad, y confiando en tu amor. Estoy dispuesto a recibir una negativa o “un ahora no puedo”, déjalo para otro momento. Caigo en la cuenta de que, con frecuencia, no pido para evitarme el dolor de recibir una negativa. O tal vez estoy esperando que adivines mis necesidades y mis deseos.
Perdón
Es este un verbo que tenemos que aprender a usar y conjugar. El frecuentemente objeto de la petición y del “por favor”. Perdón, he olvidado hacer una llamada a la que me había comprometido. Perdón, no he arreglado un detalle de la casa que ya me has pedido muchas veces. Perdona, que estoy dando preferencia otras cosas; es decir, a mis cosas, incluso a mí amada pereza. Me has recordado muchas veces que tenemos que hacer una tarea común y te voy dando largas porque no me resulta grato, perdona; sé que dejar las cosas para el final a ti te supone intranquilidad y nerviosismo. Temes que, al final, lo haga de prisa y corriendo, y te afecte negativamente mi forma de vivir la responsabilidad. En la convivencia cotidiana de dos personas que quieren vivir en intensa relación abundan los motivos para dar y recibir el perdón. Es la forma de salir de la espiral de la lucha por ver quién tiene razón, o quién es más inteligente o más diligente…
Gracias
Es ésta una actitud muy característica de un cónyuge. Doy gracias a la vida que me ha hecho encontrarme contigo. Doy gracias a tus padres que educado han contribuido a hacer de ti la persona estupenda que yo he encontrado y de la que me he enamorado. Te doy gracias por el milagro que tu amor despierta en mí. Tú despiertas y avivas lo mejor de mí mismo/a, mi mejor generosidad, mi más intensa ternura. Te doy gracias por lo que soy cuando estoy contigo. Gracias a ti soy diferente. Tú me enseñas a descubrir lo mejor de la vida. Me sacas de mi soledad. Con tu presencia me haces vislumbrar la otra Presencia, que aporta a nuestro matrimonio la alegría de ser Buena Noticia.




