Mi sueño para una pareja

Print Friendly, PDF & Email
Print Friendly, PDF & Email
    Dicen que soñar no cuesta dinero. No lo sé. Lo que sí sé es que, cuando se trata de hacer realidad los sueños más profundos que llevamos dentro, el compromiso y la lucha han de ser nuestro pan cotidiano. La duración de la vida no da de sí para verlos encarnados defintivamente. Pero entretan­to van haciendo de motor y de guía para navegantes. Si no es así, pertenecen al cuento de la lechera.

Queridos amigos:

    ¿Cómo os sentís en estos momentos? Imagino que habréis trabajado fuerte y duro durante el tiempo que lleváis de fin de semana y que éste será un momento privilegiado para vosotros, al descubriros el uno para el otro la razón más importante para seguir viviendo.

    Cuando leais esta carta estaré celebrando la eucaristía por vosotros con un grupo de parejas. Os tengo bien presentes. Y es que os quiero un montón, aunque a veces no sepa cómo manifestároslo. De este cariño, que me surge a borbotones por vosotros, me nacen los sueños con los que quisiera que vuestra relación estuviera agraciada.

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.     Sueño para vosotros una relación donde la rutina no tenga lugar de asiento. Una relación donde cada día estrenéis la frescura y lozanía de vuestro amor. Una relación en la que crezcáis cada día en pertenencia recíproca con autenticidad y responsabilidad. Una relación en la que, a pesar de que estéis desnudos y seáis vulnerables, no os echéis en cara vuestras debilidades, sino que os acompañéis en ellas para haceros cada vez más fuertes. Una relación en la que las heridas que os produzcáis no os distancien, sino que sean el material del que está hecha vuestra reconciliación. Sueño con que Dios ande por vuestro hogar y que le manifestéis en su amor por nosotros. Que viendo cómo os queréis vosotros, nosotros podamos percibir cómo nos quiere el Señor.

    Estoy encantado de haberos conocido y haber podido contribuir a vuestro crecimiento como pareja. Amigo, me ha hecho mucho bien tu humildad sincera y tu confianza en tu esposa, en los amigos que os han acompañado en vuestro caminar y en mí. Amiga, me ha hecho mucho bien tu amor y acogida hacia tu esposo, precisamente en su debilidad y cuando no tenía méritos para ser amado, después de confesarte su infidelidad. Me ha hecho mucho bien tu madurez humana y cristiana. Me ha hecho mucho bien vuestra lucha por reconcilia­ros en los momentos de sufrimien­to por los que habéis pasado. Ha sido como un parto. Cuánto mejor sería dar a luz sin tener que pasar los dolores del parto. Pero una vez pasados nos queda la alegría de la nueva criatura que nos ha nacido.

    Disfrutad de este día. El futuro es lo que importa. El pasado ya no está más que en lo que queráis vivir de cara al futuro. Hoy puede ser el comienzo de algo maravilloso para vosotros y para quienes os estamos cercanos y os queremos de todo corazón.

    Nos veremos. Os quiero un montón. Un fuerte abrazo.

    

¡No hay eventos!

Destacados