Una práctica frecuente de los Padres y Madres del desierto es permanecer repitiendo interiormente una frase corta e incisiva, dándole vueltas en la mente y en el corazón. Es el ejercicio de meditar la Palabra, hasta que gustan el sentido del aforismo o apotegma.
Durante esta segunda semana de Cuaresma, los textos bíblicos nos ofrecen la posibilidad de escoger algunos pensamientos más penetrantes e ir repitiéndolos durante el día, a modo de oración.
Hoy afirma el Evangelio: “La medida que uséis la usarán con vosotros” (Mc 4,24).

Jesús en la oración del “Padre Nuestro” nos enseña: “Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Si somos compasivos, y no juzgamos a los demás, si perdonamos y somos generosos, se nos devolverá una medida “generosa, colmada, remecida, rebosante”. Pocas veces el texto evangélico es tan expresivo como hoy. Nunca ganaremos al Señor en generosidad. Nos ha llegado a prometer el ciento por uno.
Si fuéramos perfectos, aún podríamos permanecer comedidos, aunque la perfección, según el texto de Lucas, se manifiesta por la misericordia. Pero si, además, necesitamos comprensión, perdón, acogida, solidaridad, cuanto más para ser magnánimos.
Deja en tu mente la sentencia sapiencial: “La medida que uses la usarán contigo”. Hay un principio oriental que dice; “La sonrisa que envíes volverá a ti”.
				
                    



