Un conjunto de agencias de Naciones Unidas han hecho un llamamiento para que se ponga fin a la mutilación genital femenina en el periodo de una generación. Se estima que cada año tres millones de chicas se encuentran en riesgo de recibir esta práctica, gran parte de ellas africanas. La práctica es contemplada en algunos países como una forma de asegurar la virginidad y que las jóvenes se puedan casar. Pero la mutilación genital provoca en numerosas ocasiones graves hemorragias, shocks , infecciones y una alta proporción de muertes entre los recién nacidos de mujeres que han sido mutiladas, según informó Naciones Unidas.
La práctica de cortar el clítoris de una joven está profundamente enraizada en algunas culturas. Diez agencias de Naciones Unidas han manifestado su deseo de una máxima erradicación de la práctica en 2015.
Más de 140 millones de mujeres han recibido esta práctica en 28 países de África, y en algunos de Asia y Medio Oriente. Cada vez se dan más casos en Europa, Australia, Canadá y Estados Unidos, principalmente entre inmigrantes procedentes de África y del sudeste asiático.
Las agencias de la ONU han expresado que las tradiciones a menudo son más fuertes que las leyes, y las acciones legales no son suficientes para enfrentarse a estos problemas. El cambio debe producirse en el interior de las comunidades, dicen, citando el ejemplo de África Occidental, donde un conjunto de aldeas se han agrupado para comprometerse conjuntamente en el abandono de la mutilación genital femenina.
La mutilación suele practicarse en niñas de entre 4 y 10 años, y habitualmente es realizada por una partera tradicional o una anciana experimentada en la aldea, según el portal Mujeres en Red. Se trata de una tradición pre-islámica y no en todos los países musulmanes se practica.
Se pueden diferenciar tres formas básicas de intervención: la escisión del prepucio clitoral y de la punta del clítoris, la extirpación del clítoris y parte o todos los labios, o la extirpación del clítoris, labios, parte del útero y cosido de parte de la vagina. Entre otras consecuencias, las niñas mutiladas padecerán durante toda su vida problemas de salud irreversibles, según la ONU.
