Josep María Soler: ‘El distintivo de la vida contemplativa cristiana es la comunión con lo que vive la humanidad’

1 de junio de 2007
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    Madrid, 31 mayo 2007 (IVICON).- La vida contemplativa en la Iglesia “goza de buena salud”, afirma el Abad del monasterio de Montserrat, el benedictino Josep María Soler, en el contexto de la celebración de la Jornada “Pro orantibus” del próximo domingo, 3 de junio, fiesta de la Santísima Trinidad.

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Aunque por lo general la vida contemplativa es muy valorada en la Iglesia, hay determinados sectores cristianos y de la sociedad laica que “no entienden el sentido de la vida contemplativa y les parece que aparentemente no es útil para la construcción del Reino de Dios y de la sociedad”, señala el Abad de Montserrat, “pero la vida contemplativa sigue teniendo sentido”, sentencia.

Para Soler, la vida contemplativa está “en el núcleo de la vida de la Iglesia”. “No se trata de vernos como los más bonitos de la Iglesia. Los contemplativos son personas que responden a una vocación, en comunión con las demás”, matiza el Abad mientras afirma que esta “dimensión de alabanza e intercesión es propia de todo cristiano”.

En la vida contemplativa “el ideal es vivir la comunión y el diálogo con Dios”, y en concreto, señala Josep María Soler, “el distintivo de la vida contemplativa cristiana es la comunión con lo que vive la humanidad”

Por lo que se refiere al tema vocacional, el monje benedictino detecta que la vida contemplativa “goza de buena salud” y que a nivel mundial sigue habiendo jóvenes que se sienten atraídos por este estilo de vida, incluso en las sociedades occidentales. En España y Europa, aunque las vocaciones son menos numerosas, “la crisis vocacional es menor que en otros tipos de vida consagrada”, apunta Soler.