Dejadme ahora que os hable de las flores en Paraguay.

Acercaos a cada una para recibir su piedad y su silencio; su libertad y su paz; su paciente espera y su bendición. Cada día se visten para regalarnos su alimento y aroma, su verdad y sencillez.
Si las dejáis hablar, todos los vientos se tornarán palabras. Si las acariciáis, las lágrimas de vuestros ojos se convertirán en cálidas sonrisas. Si les abrís el corazón, bailarán vuestra canción de amor.
¡Que nunca nos falte jazmines, rosas, orquídeas, margaritas, azahar…!¡Qué no dejen de florecer en medio del polvo y el tiempo, de las pobres vidas y de las que están por venir! ¡Gracias, hermanas flores, por vuestra presencia y vuestro candor!




