Evangelio Seglar para el Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario (11 de octubre de 2020)

9 de octubre de 2020
Print Friendly, PDF & Email
Print Friendly, PDF & Email

LECTIO DEL DOMINGO XXVIII TIEMPO ORDINARIO- CICLO A

PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 22,1-4

A todos los que encontréis, convidadlos a la boda.

En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.»

NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)

No se puede vivir sin traje de fiesta.
En el capítulo anterior, Jesús realiza la purificación del gran Templo de Jerusalén, expulsando a los comerciantes. Los dirigentes judíos entonces le cuestionan: ¿Con qué autoridad haces esto?
Jesús se enfrenta a ellos con tres parábolas demoledoras que hemos estado viendo los últimos domingos y hoy terminamos: la de los dos hijos, la del dueño de la viña, y ésta de la boda del hijo del rey.
Ésta se parece mucho a la anterior, cambiando la imagen de la viña por la de un banquete de bodas. Excepto la parte final, en que Jesús deja de referirse a los dirigentes judíos y se dirige a sus discípulos: todos estamos invitados al Reino (el banquete de bodas del Hijo), pero eso tiene sus exigencias (el traje de fiesta). La fuerza de la advertencia de Jesús es mayor en cuanto dentro de la historia es imposible (como casi todos sus elementos): se le exige un traje de fiesta a un indigente a quien se ha encontrado e invitado cuando pedía en un cruce..

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer, casada, jubilada, convaleciente, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

La invitación  nos la hace el Señor a todos sin importar el estatus que tengamos en la vida. Esta invitación no obliga, ni presiona. Somos libres de decir sí o no. Esto me lleva a reflexionar entre ser y sentirnos libre.
¿Somos realmente libres a la hora de elegir lo que queremos? De hacer sí… de elegir quizás no tanto. Estamos condicionados por lo que hemos vivido y  a escoger bajo circunstancias que no hemos elegido y que nos vienen impuesta por distintos factores: familia, sociedad, lugar de nacimiento. Creo que somos menos libres de lo que pensamos y nuestro comportamiento está influido por las circunstancias que nos rodea, por el ambiente, por la cultura, también por la edad y la enfermedad.  Esto me lleva a otra  pregunta ¿Somos realmente consciente de todo lo que nos condiciona o limita?. ¡Estamos rodeados en todo momento de tantos estímulos! Y todos ellos son una influencia directa en nuestro comportamiento. Es cierto que las circunstancias me condicionan, pero solo determinan donde empiezo, no donde termino. No me imposibilitan,  siempre puedo encontrar alternativas. Creo que la libertad reside en salir de nuestra zona de confort, cuestionar si fuera necesario lo que venimos haciendo por costumbre, lo de "toda la vida"; vivir lo que creemos y soñamos sin ataduras. Atrevernos a pensar diferente. Desde ahí debo responder a su llamada.
Sí, quiero aceptar a la invitación del Señor, participar plenamente del banquete con el vestido adecuado, con el compromiso que supone responder a la llamada, por encima de las circunstancia y de las limitaciones.

DESDE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN

(mujer, casada, trabaja, 4 hijos y un perro, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

El Señor me pilla por todos lados… y lo digo en el buen sentido
Hoy he recibido una invitación que podría ser para "una boda", es una llamada. Me han pedido que participe en un proyecto relacionado con la Laudato Sí. A mi esas cosas me dan un poquito de miedo, tanta responsabilidad!! yo soy más de andar por casa… Pero por otra parte, algo estaré haciendo bien porque me van identificando como "muy implicada con el cuidado de la casa común". Ya que tenía que hacer este comentario he acudido a las lecturas del domingo para ver qué me decía el Señor y ¡¡claro!!…. me encuentro de cara con uno de los salmos que más me gustan y siempre me acompaña, el Salmo 22 (El Señor es mi pastor…), que me recuerda que Él me acompaña por el sendero justo… y termina diciendo "y habitaré en la casa del Señor por años sin término".
Después de comentar esta decisión con mi querido esposo que me anima y, en cuanto he visto este salmo, ya no me quedan motivos para no ir a la boda y vestirme de gala, aunque mi miedo sea no estar a la altura de lo que se necesita para este proyecto.
En la Lectura de Pablo a los Filipenses, dice Pablo que sabe vivir en la pobreza y en la abundancia, dice que todo lo puede en aquel que le conforta. Supongo que si el Señor me llama, aunque pocos sean los escogidos, será que cree que puedo llevar a cabo esa tarea, así que intentaré hacer lo mejor que pueda, siempre con Él. Esto además supondrá una vuelta de tuerca más en mi conocimiento y puesta en práctica de la Laudato Sí y por tanto, mucha más implicación en el cuidado de nuestra casa aquí en la Tierra, que ya nos gustaría que no tuviera término para las siguientes generaciones.
Esta semana quiero ir revisando eso de vivir en la "abundancia de desprenderme de cosas materiales" y más que desprenderme, no comprar y no acumular. Almacenamos chismes y más chismes que utilizamos una vez y luego abandonamos, no nos queda sitio ni en el trastero, así que quiero dejar de hacer cualquier compra compulsiva o no, pensar tres veces si de verdad "lo necesito" .. pero ¿¿ qué significa para mi "necesitar algo"???. Mi hija está empeñada en hacerme un regalito con su dinero, le hace mucha ilusión, pero intento hacerle ver que no necesito nada material… tengo más que de sobra de todo, así que hemos acordado comprar un árbol para plantarlo. Espero que lo cuidemos con cariño y nos dure mucho, como deberíamos hacer con todo nuestro planeta.
Gracias al Señor por estar conmigo

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

Banquete
Dios Padre bueno.
¿Cómo celebrar la fiesta gozosa
de la creación
en este tiempo de pandemia?
Muchos tenemos miedo.
Muchos podemos enfermar,
o perder el trabajo
… la incertidumbre nos oprime.
Y a veces no nos deja dormir.

Dios Padre bueno,
acaso vivíamos un cristianismo
llenos de seguridades
económicas,
sociales,
intelectuales…
¿Cómo convertirnos
en mejores creyentes
en estos tiempos de prueba…
en estos tiempos en los que la pandemia
ha desenmascarado
tantas y tantas
falsas seguridades?

Dios Padre bueno,
proclamamos una y otra vez
que se ha inaugurado el banquete
de los cielos nuevos y la tierra nueva
por toda presencia y la acción salvadora
de tu hijo Jesucristo…
… y la venida del Espíritu Santo.
¡En estos tiempos de pandemia
sigues saliendo por los caminos de la historia,
por los detalles de las biografías,
por la sed de vida y de autenticidad y de seguridad
de tantos y tantos y tantos seres humanos…
convidándonos,
con nuestro nombre y apellidos,
al banquete
de la esperanza y del amor!
Pero nos llamas a tu manera,
no a la nuestra.
¡Cocinad, proveed, preparad!
Nos llamas con tu visión,
no con la nuestra.
¡Mirad con misericordia,
mirad con fraternidad,
mirad con profunda solidaridad!
Nos llamas con tu sabiduría,
no con la nuestra.
¡Dadles vosotros de comer!

Dios Padre bueno:
llénanos de humildad,
de capacidad de acoger,
de gestos de entrega y hermandad
en estos tiempos de pandemia,
donde tantos y tantos sufren,
especialmente en los lugares
donde hay más descartados y empobrecidos.

Dios Padre bueno:
ábrenos los oídos
para escuchar tu llamada
en la llamada de los más necesitados.
Ábrenos el corazón
para generar presencia gratificante
con todos los seres humanos
que nos encontremos.
Ábrenos los bolsillos
para compartir
con todos aquellos
que no llegan a fin de mes.

Dios Padre bueno.
Que tu Iglesia sea morada abierta,
casa donde hay comida
para el que llegue,
tenga el hambre que tenga…
lugar donde se escucha,
sea cual sea su historia…
se acoge
y se prepara un sitio,
tenga el vestido que tenga,
donde vivir en paz,
en seguridad
y en autenticidad.

Amén.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?

(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
 
¿Me dejo invitar a la fiesta que da el Señor? ¿Sé apreciar el valor que tiene? Y más aún, ¿me preparo para la celebración con el traje adecuado? Ir con el traje de fiesta supone a nuestro entender estar preparado para recibir al Señor, acoger con delicadeza su presencia por medio de quien nos mande a buscarnos en los caminos nuestros de cada día, ser consciente de que la invitación a construir su Reino no es cualquier cosa, sino lo más grande que nos puede pasar. Te proponemos fijarte esta semana en ese detalle: ¿voy con el traje adecuado? Tal vez esa reflexión nos sirva para prepararnos mejor para nuestro encuentro personal con Él mediante nuestra relación con nuestros hermanos.