Evangelio Seglar para el Domingo 9 de noviembre de 2025

7 de noviembre de 2025

PRIMER PASO: LECTIO

¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Juan 2,13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.

Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?»

Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»

Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.»

NOTAS BÍBLICAS

Esta es una de las pocas escenas que narran los 4 evangelistas, pero mientras en los sinópticos se sitúa poco antes de su pasión, en este evangelio de Juan está al principio, enmarcando la actividad pública de Jesús, que se manifiesta así como el Mesías, pues se esperaba que el mesías purificara el Templo cuando llegase.

El signo de la purificación del Templo, Jesús lo realiza durante la fiesta de Pascua. El evangelista usa un juego de palabras para hacer referencia a la Pascua de Jesús, es decir, su muerte y resurrección:

  • «templo» se refiere tanto al de Jerusalén como al cuerpo resucitado de Jesús, el nuevo templo.
  • «levantar» el templo destruido se refiere tanto a volver a construir el de Jerusalén si fuese destruido como a resucitar (que en el griego del texto es «levantar») el cuerpo (el nuevo templo) muerto (destruido) de Jesús. De ahí que habla de levantarlo en tres días, pues Jesús resucitará al tercer día de su muerte.

Como el nuevo culto a Dios se va a realizar en el nuevo templo, que es el Resucitado, ya no harán faltas ni las monedad ni los animales, y por eso Jesús puede sacarlos del templo; porque hasta entonces, los peregrinos que venían al Templo necesitaban cambiar la moneda romana, impura para el Templo por tener la imagen del César, por una moneda judía, y necesitaban animales para poder ofrecer los sacrificios.

Por otro lado, el evangelista plantea dos tipos de fe:

  • la fe de los judíos en Jesús, que se basa en ver signos para creer: está fe es rechazada por Jesús.
  • la fe de los discípulos, que se basa en el recuerdo de lo vivido con Jesús, que les hace comprender el significado de los hechos que pasarán posteriormente.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO

¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA FAMILIA
(Hombre, casado, 3 hijos, pertenece a comunidad cristiana y Movimiento Laical)

 “No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”

Las ovejas, las palomas, los bueyes que Jesús expulsa del templo y el dinero que esparce expresan un tipo de relación entre el ser humano y Dios. Los judíos sacrificaban esos animales y pagaban ofrendas como estaba escrito en la Ley.

A partir de entonces el verdadero sacrificio será el del Cordero de Dios y la única Ley la del Amor.

Sería bueno preguntarnos si aún nosotros mercadeamos con Dios. Rezo para que Dios me conceda tal cosa, obedezco para que me salgan las cosas bien, voy a misa para que Dios no me “castigue”… Quizá haya ovejas y palomas en nuestras relaciones y en nuestra vida de Fe. A lo mejor hasta se lo estamos enseñando así a los niños y jóvenes.

Se nos hace cuesta arriba darnos cuenta de que en el sacrificio de Jesús, en su entrega, está la plenitud, de que no le falta nada ni hay que completarlo de ninguna forma. De que con el Padre no tiene sentido ningún tipo de comercio. Del agua del costado de Cristo surge la vida que nos hace vivir como Él. 

DESDE LA EXPERIENCIA MISIONERA
(Mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad eclesial y movimiento seglar)

Reconozco que hoy he leído este evangelio de otra manera: Jesús entra en el templo y lo purifica con fuerza, echa a los mercaderes y recuerda a todos que la casa de su Padre no puede convertirse en un mercado. Y, me sonrío, ¡bien por Jesús! Reconozco que muchas veces tengo la tentación de ponerme fuera de la escena, como si yo fuera espectador… o incluso juez. Pienso: “¡Qué valiente Jesús! ¡Qué coherente! Pero, al releerlo, descubro que también yo, muchas veces, convierto mi vida, mi templo, en un mercado.

Lleno mi corazón de ruidos, de intereses, de prisas, de búsquedas de reconocimiento o de activismo en la misión… y me olvido de lo esencial: que el verdadero templo donde Dios quiere habitar soy yo. Y que solo cuando dejo que Él limpie y ordene ese espacio interior, mi palabra y mi servicio pueden ser auténticos.

Hoy Jesús quiere renovar en mí la pasión por él, el “celo por su casa”. Que significa cuidar el corazón, no dejar que el cansancio, la rutina o el deseo de resultados ocupen el lugar que pertenece al amor gratuito de Dios. Hoy me planteo mirar dentro, y pedirle a Dios que me ayude a limpiar todo lo que impide que mi vida esté centrada en Él. Para que mi testimonio sea un signo de su presencia y no un escaparate. Para que mi vida sea verdaderamente misionera, desde un corazón lleno de Dios.

TERCER PASO: ORATIO

¿Qué nos hace decir el texto?

(Hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

Acordarse de lo que había dicho…

Señor, acordarnos de lo que habías dicho…
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Dame un nombre para cuando me llames por la noche.
Amaos los unos a los otros como yo os he amado.
Dame fuerza y valentía para amar con ese amor tuyo a mis semejantes.
Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos.
Que supere la fuerza de mi egocentramiento, de mis miedos, de mis cegueras.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre sino por mí.
Auméntame la fe, Señor, auméntame la fe.
Convertíos, porque está cerca el Reino de los Cielos.
Rompe mis falsas seguridades, mis autoengaños, mis poco inteligentes justificaciones.
La mies es mucha, pero los obreros pocos.
Haz más misionero, más testigo, más luz del mundo.
El que esté sin pecado, que tire la primera piedra.
Cura mi soberbia, mi arrogancia, mi narcisismo.
El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Sana mis miedos. mis temores, mis ansiedades.
El que quiera ser el primero, sea el servidor de todos.
Hazme más humilde, más sencillo, más transparente.
Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura.
Señor, que sea semilla, que sea agua, que sea pan para los demás.
Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Seguirte, Señor, luz de luz, destello de los santos destellos, vida de la vida inagotable.
Donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Abre mi corazón a las necesidades reales de los que me rodean, Señor.
Tu fe te ha salvado.
Auméntame la fe, pero de verdad, Señor… que no me quede a medio camino.
Perdonad setenta veces siete.
Me cuesta tanto Señor… perdóname que me cueste tanto perdonar.
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Auméntame la lucidez, la conciencia, la mirada misericordiosa.
No juzguéis y no seréis juzgados.
Limpia mis ojos, mis palabras, mis intuiciones sobre los demás, Señor.
El Reino de Dios está dentro de vosotros.
Hazme sentir tu presencia que recrea y enamora en mi interior.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Acércame a ti, Señor, que estoy muy cansado de tanto y tanto dar tumbos por la vida.
La verdad os hará libres.
Tú, Tú me haces libre de verdad, Señor.
Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Señor, que cuide mi grupo, mi comunidad, mis vínculos cristianos con los demás.
Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis.
Hazme un niño, Señor: capaz de sorpresa, capaz de ternura, capaz de alegría sin límite.
A cada día le basta su afán.
Dame serenidad, dame paciencia, dame consciencia de los procesos humanos, tan humanos.
Lo que hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.
Dame la valentía de hacer el bien a los que me rodean y a los necesitados que sé que lo necesitan.
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Ábreme los oídos, ábreme el corazón, habita en mis entrañas con el alimento que realmente necesito.
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
¿Cuándo, dónde, cómo me llamas Señor? Házmelo saber, que estoy medio tirado en la vida.
El Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.
Sé que me buscas, sé que me llamas, se que miras… ¿cómo agradecértelo, Señor?
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Simplifícame, aligérame, purifícame, Señor.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO

¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO

¿A qué nos lleva el texto?

(Hombre, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

Celebramos este domingo una fiesta muy bonita, la dedicación de la basílica de San Juan de Letrán. Es la basílica donde ejerce su ministerio el Papa.

¿Por qué se celebra precisamente esa dedicación de esa basílica en concreto?

  • Es un signo de la importancia que tiene el templo para toda la familia cristiana. Esta basílica es un símbolo para toda la familia cristiana. Y es algo que trasciende mucho más de lo que representa una bellísima construcción de piedra, ornamentos, cúpulas, arcos y torres. Jesús, con su venida, cambió por completo el concepto de la casa del Padre, como la llamaba Él, en comparación a cómo la concebía el pueblo judío. El templo para los judíos era un lugar de refugio, les daba seguridad física, también se convirtió en un lugar de negocio, de mercadeo para ganar dinero con las cosas de Dios. Eso enojó un poco a nuestro Señor, porque el lugar destinado a encontrarse con el Padre, se había prostituido con los intereses económicos y políticos de las personas. Nadie puede enriquecerse a costa de Dios.
  • Incluso Jesús, va más allá, instaura la Iglesia, con mayúsculas, está compuesta por la comunidad de todos los cristianos bautizados, presidida por el sucesor de Pedro, el Papa. Por tanto, no está compuesta de piedras muertas sino de vivas, de personas y no de ladrillos. Esa es la gran fiesta de hoy, el saber que somos muchos los que constituimos la gran familia cristiana y que nos unimos con Jesús, porque somos miembros de su cuerpo, en torno al Padre. Al entrar en una iglesia hay cosas muy sagradas, el Santísimo, el Altar…pero incluso muy cerca de estas cosas, las personas son lo que más importa, tienen un valor inmenso, porque ellas, como dice San Pablo, por habitar Cristo en su corazón, son templo del Espíritu Santo y por tanto son templo de Dios.

Por tanto, destacamos dos tipos de iglesia, la que representa el templo físico, las iglesias en general y la Iglesia con mayúsculas, la gran familia de todos los cristianos bautizados.

Las dos tienen su importancia y merecen nuestro respeto, deberíamos cambiar nuestra actitud a la hora de comportarnos en el templo, no es lugar de charlas, de banquetes, de profanaciones encubiertas, tienen su función que es el encuentro con el Padre y a veces perdemos ese concepto y esa función en nuestra cabeza, y esto nos suele pasar más a los que frecuentamos más estos lugares por asistir a catequesis, animar la liturgia, hacer actividades en el templo…es verdad que la confianza, en algunos casos, da asco. Eso puede escandalizar a quien nos ve, cuidado con esto. Deberíamos hacérnoslo mirar.

De igual forma, las críticas a la Iglesia referidas tanto a la institución como al conjunto de la comunidad cristiana, deberían estar desterradas de nuestros comentarios y aplicarles el respeto que merecen. ¿Quién se critica a sí mismo?

Por último, ya que somos templo vivo de Dios, atentar contra él, por abusar de drogas, alcohol, perder la dignidad física por hacer mal uso de nuestro cuerpo exponiéndolo a ser un escaparate que incite a la seducción o a la pornografía, están fuera de lugar. Si somos templos del Espíritu Santo, hay que conferir a nuestras actitudes, presencia, vestido…la dignidad que merecen.


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