Evangelio seglar para el Domingo 31 del Tiempo Ordinario (5 de noviembre de 2023)

4 de noviembre de 2023
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PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Mateo 23,1-12

No hacen lo que dicen.

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.

Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA EXPERIENCIA MISIONERA

(Hombre, casado, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

El voluntariado está de moda. La misión – voluntariado en el extranjero también. Fotos impresionantes, admiración desde occidente, historias divertidas, … Pero se esconde un gran peligro aquí: la soberbia.
Jesús nos invita a luchar contra esta soberbia que nos hace creernos mejores que los demás. Nos pide humildad y sencillez. Nos invita a preguntarnos: si no pudiese contarlo, ¿haría voluntariado? ¿ayudaría a los demás? ¿daría limosna? Las redes sociales a menudo nos coartan nuestra libertad. Jesús nos quiere libres, servidores, hermanos de nuestro prójimo.
¿Para qué hago lo que hago? Jesús, que sea para tu mayor gloria.

DESDE LA VIDA UNIVERSITARIA

(Hombre, soltero, pertenece a comunidad eclesial)

En la universidad, es muy común ver a jóvenes (y no tan jóvenes) que prestan mucha atención a su imagen personal. No solo en lo que respecta a la belleza física, sino en la idea que otros puedan tener sobre ellos a partir de su forma de actuar. En un ambiente en el que ser popular puede conducir al prestigio social al que muchos aspiran, se aprovecha cualquier oportunidad disponible para mostrar la superioridad de uno mismo frente a los demás, ya sea por tener mejores notas, seguir las modas o creerse “experto” en un tema determinado.
También podemos identificar este tipo de comportamientos en la Iglesia. No es raro encontrar gente que se esmera por hacer que la comunidad vea que ellos rezan mucho, participan siempre en la Eucaristía o dan limosnas altas. Estas actitudes, además, son muy fáciles de reconocer en otras personas, especialmente cuando dan pie a que podamos criticarlas. Pero cuesta mucho más advertirlas cuando soy yo mismo el que actúa así y no estoy dispuesto a hacer autocrítica.
Con este pasaje del Evangelio, el Señor me invita a actuar sin esperar obtener reconocimiento social y, sobre todo, a esforzarme por hacer una revisión personal para poder identificar aquellas actitudes que me alejan de Dios.

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(Hombre, casado, pertenece a movimiento cristiano)

Humildad
Cristo Jesús, maestro interior,
no dejes que mis tinieblas me hablen.
Ayúdame a reconocer mis límites.

Cristo Jesús, luz interior,
no dejes que mis egoísmos sean mis patrones de conducta.
Ayúdame a encontrar pistas de crecimiento personal.

Cristo Jesús, paz de la humanidad,
no dejes que mis torpezas me definan.
Ayúdame a ser más compresivo y empático con los demás.

Cristo Jesús, meta de la humanidad,
no dejes que mis cegueras me guíen.
Ayúdame a vivir con más agradecimiento hacia la vida.

Cristo Jesús, verdad de las verdades,
no dejes que mis arrogancias me dominen.
Ayúdame a cultivar la humildad intelectual.

Cristo Jesús, fuente de vida,
no dejes que me crea todas mis opiniones.
Ayúdame a sanear mi autoconciencia, iluminando mis debilidades.

Cristo Jesús, modelo de fraternidad.
No dejes que mis prejuicios enturbien la sensibilidad de mi corazón.
Ayúdame a tener un trato más igualitario.

Cristo Jesús, ejemplo de humildad,
que sea más servicial,
que mi primera mirada sea la de misericordia,
que escuche más activamente,
que agradezca más,
que bendiga más,
que perdone más,
que sea más paciente,
que sea más alegre en lo cotidiano,
que sea más transparencia de tu inmenso amor.

Cristo Jesús,
hazme más sabio según el reino.
Cristo Jesús,
hazme más humano según el reino.

Cristo Jesús,
que sea más humilde según el Reino.

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.

ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?

(Hombre, 3 hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)

La concepción equivocada de los fariseos y de toda aquella gente que hace las cosas con una intención encubierta, que para nada tiene que ver con el amor desinteresado al prójimo, es sin duda la falta de un encuentro único con el Señor.

Quizás en el mundo antiguo, desde antes de la venida del Mesías, había una idea común: que los seres humanos no pueden mantener un encuentro muy de cerca con la divinidad.

Jesús vino a cambiar todo eso, Él se hace hombre como nosotros, padece, sufre, celebra, ríe, come, comparte amistad, se compadece del dolor ajeno…En definitiva, nos presenta una divinidad cercana, que quiere encontrarse íntimamente con nosotros, un Dios que nos ve y que sabe lo que pensamos cuando hacemos y decimos las cosas. Conoce nuestros actos y nuestras intenciones.

Si tenemos presente esto, que es un Dios que nos ve, como si de un reality de la tele se tratara, con cámaras por todos lados, de noche y de día, tanto para lo bueno como para lo malo, nuestra actitud debe cambiar por completo, pero no porque pensemos en que nos castigará y nos mandará a las tinieblas, que también, sino porque lo sentimos tan amorosamente pendiente a todo lo que nos pasa, alegrándose de nuestros aciertos y triunfos, sufriendo con nuestro dolor y pena o con nuestra incapacidad de escoger lo que nos conducirá a la felicidad, que ya, cada vez nos costará más engañarlo. Eso hará que seamos cada vez más honestos con nosotros mismos y con los demás, seremos personas limpias, transparentes, cristalinas… porque descubrimos que es tanto el Amor recibido del Padre, que no merece una respuesta engañosa, que busque quedar por encima de otros, que quiera dárselas de maestro, creyéndose en posesión de la única verdad.

Así, protegidos por la presencia de Dios, también nosotros podemos ser mensajeros de su amor: estamos llamados a ver las necesidades de los demás, a socorrer a nuestros hermanos en sus desiertos, a compartir sus alegrías y sus dolores., podemos pararnos y mostrar nuestra cercanía, intentar ser los últimos, quedándonos con la peor parte, practicando la humildad, sirviendo a los demás, siendo conscientes de nuestra nada, sentirnos pequeños ante Dios y ponernos en sus manos, como un niño…
 


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