Evangelio Seglar para el Domingo 15 del Tiempo Ordinario (11 de julio de 2021)

10 de julio de 2021
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PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Marcos 6,7-13

Los fue enviando

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS (2009)

(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)

“Para el camino un bastón y nada más”. Cuando vamos de excursión por el monte, de caminata, solemos coger un palo seco o una rama caída a modo de bastón, incluso los niños suelen buscar ellos mismos uno. El bastón se nos adelanta en el camino, marca el paso, nos guía entre los desniveles y las piedras, cuando estamos cansados o hacemos un parón nos apoyamos en él, nos ayuda a apartar la maleza y las telarañas, incluso lo podemos utilizar como defensa ante pequeños animales. Salvando las diferencias, así es Jesús: cuando somos enviados por Él no nos hace falta nada más, sólo tener la confianza de que Él es el mejor bastón.

DESDE EL TRABAJO
(hombre, casado, dos hijos, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y movimiento eclesial)

Muchas veces a los seglares se nos llena la boca hablando del trabajo como un lugar de misión.
Y normalmente medimos los resultados de la misma en base a cuánto hemos hecho. Conversaciones, testimonios, interpelaciones son la medida al peso de nuestro compromiso misionero.
Y es interesante ver cómo en las instrucciones de Jesús, cuando los envía, no pide resultados, sino una actitud interior.
Permanecer el tiempo que se requiera. Abandonar cuando toque. Lo importante es el mensaje, no el lugar. Ligero de equipaje. Confiando en la Providencia.
Hoy en día no hay mucha duda de que vienen tiempos inciertos para los de recta moral.
La prueba del discípulado no vendrá por la cantidad de lo hecho, sino por la prevalencia que le demos a la construcción del Reino por encima de cualquier seguridad.

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

Señor Jesús, nos envías a la misión.
Siempre lo haces…
Somos Iglesia: somos de los tuyos.
Somos misioneros.
Hoy, en estos tiempos extraños,
en estos tiempos de ruinas culturales
intuimos que muchos te buscan:
hay una sed de refugio, de silencio, de santidad
entre tanta y tanta pose vocinglera.
Hay mucha desorientación
y mucha huida de las huidas.
Hay mucha tristeza de fondo.
Hay mucha soledad.
¡Que seamos brújulas que señalen hacia ti,
camino, verdad y vida!

Señor Jesús, nos envías a la misión.
Somos Iglesia: somos cultivadores de tu Reino,
el Reino de vida,
el Reino de humanidad.
el Reino de santidad.
En estos tiempos, casi a diario,
sentimos la hostilidad hacia
todo lo que sugiera cristianismo, religión…
Hay mucha biografía íntima
no escuchada,
no querida,
no sanada.
Señor Jesús, nos encontramos
con dañados que quieren dañarnos.
Señor Jesús, tantas y tantas veces
los creyentes no hemos sabido
estar a la altura de la necesidad de las personas,
a su servicio realmente,
acompañando con sabiduría
en los descubrimientos
de las contradicciones de la vida.
¡Que seamos síntoma de tu presencia
que sana y genera confianza!

Señor Jesús, el mundo quiere autenticidad,
quiere que hablemos sencilla y sinceramente de ti,
de tu presencia en nosotros y en la realidad,
de tu poder de sanación y de liberación
y de tu fascinante rostro de santidad.
El mundo exige y espera de nosotros
sencillez de vida,
vida de oración,
ardiente caridad para con todos,
pero especialmente para los pequeños y los pobres,
los caídos del sistema,
los nadie de nuestras ciudades,
los migrantes,
víctimas de tantos sufrimientos evitables.

Señor Jesús, el mundo nos quiere
radicalmente alternativos:
centrados en lo esencial,
humildes,
fraternales,
desapegados de sí,
austeros,
transparentes,
veraces,
cabales…
personas para los demás
que generan nuevas formas de convivencia,
de economía,
de familia,
de educación,
de acogida,
de política…
de Iglesia.

Señor Jesús,
el mundo nos quiere
muy humanos
y muy santos,
muy novedosos
y muy enraizados
en la historia de santidad de la humanidad.

Señor Jesús,
marcados por tu santidad,
asidos por tu santidad,
alimentados por tu santidad
surge de nosotros
un canto de alabanza,
un canto de confianza,
un canto de alegría:
Proclama nuestra alma
tu grandeza, Señor…

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.

ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?

(matrimonio, 5 hijos, ambos trabajan, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Qué directo es el mensaje de Jesús “en aquel tiempo”. ¿Cómo es hoy ese mensaje dirigido a nosotros? ¿En qué lo podemos aplicar a la llamada que nos hace ahora?
Esta lectura del Evangelio nos da varias claves:
Jesús nos envía. A los doce y a nosotros. Nos invita a estar en el camino de la Vida conociéndole, amándole y siguiéndole.
El envío es de dos en dos. La fe no se vive en soledad, sino en pareja, en comunidad. “Donde estén dos o más reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
Llevar para el camino un bastón, sandalias y nada más.  Lo entendemos como una actitud de austeridad ante la vida y en el anuncio del Evangelio, pues estando con Jesús, el mejor recurso es nuestra disponibilidad de dejarnos hacer por Él.
Da autoridad sobre los espíritus inmundos. Nos enseña que debemos combatir el mal a fuerza de bien y de amor.
Hay una canción que tiene este estribillo: “De qué le sirve al hombre desear que alguien le coloque en un alto pedestal, si el libro de su vida se abrirá y hojas en blanco encontrará.”
Que aceptemos con alegría el envío que nos ofrece Jesús y en vez de buscar pedestales, busquemos llenar de amor el libro de nuestra vida. “Al final del camino me dirán: – ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres” (Pedro Casaldáliga)