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Evangelio Seglar para el Cuarto Domingo de Pascua (25 - abril - 2021)

Laiconet -

4º DOMINGO DE PASCUA - CICLO B

PRIMER PASO: LECTIO

¿Qué dice el texto?

Lectura del santo evangelio según Juan 10,11-18

El buen pastor da la vida por las ovejas.

En aquel tiempo, dijo Jesús: "Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que al Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre."

SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

DESDE LOS ABUELOS (2009)
(matrimonio, jubilados, ocho nietos, pertenecen a grupo de matrimonios)

No se entenderían ni la vida de Jesús ni su muerte si no es desde el prisma de la libertad. En el Evangelio de hoy, Juan nos da la clave al transmitirnos las palabras del Maestro: «Porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla». Por la libertad de Adán y de Eva perdimos la referencia del ejemplo a seguir y con libertad Jesús se convierte en ejemplo perfecto para ser seguido: El nuevo Adán, que además de ejemplo se convierte en nuestra salvaguarda y custodio. Así que, hermanos, estamos en muy buenas manos. El Buen Pastor conoce perfectamente a sus ovejas y nosotros, sus ovejas, conocemos al Pastor.

Señor, no permitas que nuestros nietos y el resto de la juventud sean dispersados de tu redil, haz que se entreguen a ti con confianza, ellos y todos los llamados por Ti, para que seamos un sólo rebaño con un solo Pastor.

DESDE UN PROYECTO DE FAMILIA
(mujer, soltera, próxima a contraer matrimonio, trabaja, pertenece a movimiento eclesial)

En esta parábola Jesús se nos presenta como “el buen pastor” y nos plantea dos posibles caminos a tomar en la vida del cristiano. Por una parte, está el asalariado, es aquel que aparentemente hace bien su trabajo, pero cuando la situación se complica y ve cómo su seguridad y su bienestar peligran, desaparece. El asalariado pasa por la vida de puntillas, quedándose en la superficie, no conoce a su rebaño, no le importa, prioriza su seguridad y egoísmo por encima del bien común.

Por otra parte, está el buen pastor, aquel que “da la vida por las ovejas”, conoce a cada una de sus ovejas, las protege del peligro, y recordemos, que es capaz de encontrar a la perdida entre las otras 99 (Lucas 15, 3-7). El buen pastor, además, intenta que otros rebaños desorientados sean capaces de ir hacia él, de escuchar su voz y ser transformados. Ahora bien, ¿en qué aspectos de nuestra vida actuamos como asalariados o como buenos pastores? Con mi pareja, mis amigos, mi comunidad, mis familiares --sobre todo los mayores--, ¿paso tiempo de calidad con ellos? ¿me limito a preguntar qué tal ha ido el día o de verdad soy capaz de interesarme por ellos, de reconocer sus debilidades, sus miedos, su soledad, ¿estoy ahí cuando se acerca su peligro? ¿Me acerco al necesitado, a aquellos cuya voz ni siquiera escucho, o me limito a dar limosna, pero despreocuparme como el asalariado? Señor, danos fuerza para ser mejores pastores con los que consideramos “nuestro rebaño” ayúdanos a sentirnos reconocidos por ti y a escuchar siempre tu voz cuando seamos nosotros las ovejas perdidas del redil.

TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?

(hombre, casado, trabaja, pertenece a movimiento cristiano)

… ningún otro puede salvar:  bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.

¡Señor Jesús, anhelamos paz!
Parecemos prófugos huyendo, heridos, de sus escrúpulos…
Vivimos llenos de tensiones y sobresaltos, como latigazos de una pesadilla.
¿Cómo transformar las energías negativas en fuente de serenidad?
¡Señor Jesús, sabemos que cuidas de nosotros:
transfórmanos en ángeles de paz!

¡Señor Jesús, anhelamos reconciliación!
Parecemos lobos esteparios, huraños, esquivos…
Vivimos tiempos tribales, acribillados por insidias y falsedades tóxicas televisadas en vivo y en directo.
¿Cómo acoger la maledicencia para transformarla en bendición?
¡Señor Jesús, sabemos que nos conoces muy bien:
conviértenos en ángeles de comunión!

¡Señor Jesús, anhelamos calma!
Parecemos ladrones que huyen, híspidos, entre tinieblas…
Vivimos tiempos donde pareciera que caminamos descalzos sobre ruinas.
¿Cómo irradiar lo mejor de nuestra humanidad?
¡Señor Jesús, sabemos que eres salvador,
transfórmanos en ángeles de serenidad!

¡Señor Jesús, anhelamos armonía con nosotros mismos y con los demás!
Parecemos locos de atar encerrados con sus demonios…
Vivimos tiempos de recelos y de escisiones.
¿Cómo construir abrazos de verdad?
¡Señor Jesús, sabemos que eres el fundamento de toda comunión,
conviértenos en ángeles de humanidad!

Señor Jesús,
cuídanos…
haznos ver que nos cuidas…

CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?

(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)

ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?

(matrimonio, 3 hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Jesús se presenta en este pasaje con una imagen un tanto bucólica, con el ritmo tranquilo de la vida nómada de los pastores... Es una imagen que nos puede parecer muy alejada de nuestra forma de vivir tan ajetreada, con esa exigencia diaria de eficiencia y competitividad. La verdad es que sentimos a veces con deseo esa necesidad de pararnos, de un lugar donde descansar, de encontrarnos con alguien que nos acoja como somos. Ese alguien es Jesús, que sana siendo un pastor que da la vida. Esa es su medida de amor, dar la vida. Tratemos de tener esa relación personal con el Señor, de ternura mutua, contémosle nuestros sueños, nuestras preocupaciones, acudamos a Él cuando se frustren nuestras esperanzas, cuando caigamos una y otra vez por culpa de nuestras debilidades que Él mejor que nadie conoce. Cada uno, puede tratar de reconocer la voz de Dios, oír su palabra, que le dirige personalmente, y seguirla con confianza, porque tenemos la certeza que todo lo permite para nuestro bien.

Al experimentar esto, al menos un poco, se debe encender en nuestro corazón el deseo de compartirlo, de acrecentar nuestra capacidad de cuidar y acoger a los demás. A ejemplo del Buen Pastor, podemos tratar de conocer mejor a las personas que nos rodean, a la familia, al compañero de trabajo, al cliente con el que te toca trabajar ese día...y dejar que las exigencias de quienes tenemos cerca nos saquen de nuestra comodidad. Tratemos de ser nosotros también pequeños pastores, podemos contribuir a construir pequeñas comunidades fraternas y abiertas (pequeños rebaños) a los que seamos capaces de acompañar con paciencia y con la medida de amor del Buen Pastor, dando la vida, así nuestras relaciones darán un gran salto de calidad y veremos entonces reunirse en torno a Jesús, atraídos por su voz, no por la nuestra, a otras personas que descubrirán que merece la pena descansar y confiar en Aquel que da la vida por sus ovejas.

    
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