Empuñando su lenguaje más fuerte para aludir al tema de los abusos sexuales, el Papa Benedicto XVI ayer dijo que él estaba “profundamente avergonzado” por los escándalos, haciendo hincapié en que los pedófilos deben ser “absolutamente excluidos” del sacerdocio, y prometió que la Iglesia se esforzará por llevar “justicia y curación” a las víctimas.
En breves notas para la prensa, en el avión papal, Benedicto XVI también habló de la inmigración, del papel de la religión en los Estados Unidos y en Europa, y de la necesidad de un consenso moral internacional sobre los derechos humanos fundamentales.
El papa habló aproximadamente durante 18 minutos, en respuesta a cuatro preguntas enviadas previamente al Vaticano por reporteros. Esas cuestiones fueron presentadas al papa por cuatro periodistas que le acompañaban en su viaje a Estados Unidos.
Indudablemente, las declaraciones más dolorosas fueron las referidas a los recientes escándalos de abusos sexuales que han llevado a la bancarrota a cinco diócesis norteamericanas, por los más de 2.000 millones de dólares que han tenido que pagar en indemnizaciones, y el duro golpe asestado a la autoridad moral de la Iglesia en los Estados Unidos.
“Es un gran sufrimiento para la Iglesia en los Estados Unidos, para la Iglesia en general, y para mi personalmente que esto pudiera pasar”, dijo el papa. “Estamos profundamente avergonzados, y haremos todo lo posible para que esto no vuelva a pasar en el futuro”.
Benedicto confesó que él encontraba muy difícil de comprender la conducta de un sacerdote abusador. “Cuando leo las historias de la víctimas, es difícil para mi entender cómo es posible que estos sacerdotes traicionaran su misión de llevar la salvación y el amor de Dios a esos niños”, dijo Benedicto hablando en inglés.
El papa Benedicto se comprometió a que la Iglesia Católica practicará una cuidada selección de los futuros sacerdotes, afirmando enfáticamente que “es más importante tener buenos sacerdotes que muchos sacerdotes”.
El papa también dijo que la Iglesia debería “ayudar a las víctimas de todas las maneras posibles”.
Como respuesta a otra pregunta, Benedicto tocó el tema de la inmigración –un tema importante para los líderes católicos en los Estados Unidos, no sólo como un asunto de justicia social, sino también porque el crecimiento de la Iglesia Católica de Estados Unidos es debido a los inmigrantes hispanos.
Benedicto dijo que ha analizado la situación de los inmigrantes con los obispos de centro y sur América, y se han sentido especialmente angustiado al conocer el tema de la separación de las familias cuando los inmigrantes huyen de las autoridades locales.
El papa dijo que intentaría hablar del tema de la inmigración en su entrevista con el Presidente George W. Bush, argumentando que es esencial abordar el tema a dos niveles.
A largo plazo, dijo el papa, el desarrollo económico de las naciones empobrecidas debe ser promovido, también por los Estados Unidos, de manera que la gente no tenga que verse obligada a emigrar para salir de desesperación económica.
A medio plazo, Benedicto dijo, “tenemos que hacer todo lo posible contra la inseguridad económica, contra todas las formas de violencia, de manera que pueda tener una vida mejor”.
Como tercer punto, Benedicto se admiró de la forma de separación de la Iglesia y el Estado realizada en Estados Unidos, subrayando la diferencia con Europa, el principio de la secularidad del estado en América ayudó a los grupos religiosos a mantenerse libres frente al mismo estado.
“El estado fue secular precisamente por amor a la religión, por una religión más auténtica que sólo podría vivirse en libertad”, dijo el papa.
Finalmente, Benedicto dijo que durante su cita en las Naciones Unidas de el 18 de Abril, hará una llamada a la defensa de los valores morales universales los cuales están “fundados y escritos en el ser de la persona humana”.
