No es Calcuta, es Madrid. A 15 Kms por la carretera de Valencia está la Cañada Real. Aquí, en el mayor poblado chabolista de España también hay Iglesia. Una Iglesia silenciada por los grandes medios, pero que está ahí, a pié de obra, acompañando a los que la sociedad del bienestar arroja a las cunetas de a vida. Y también en la Cañada Real se celebró la Semana Santa. Y un via crucis especial, encarnado en la realidad. Con una cruz de palos, estaciones, fieles y el cura, Agustín Rodriguez.
Un via crucis por el barro de la Cañada. Lejos, muy lejos de otros recorridos parecidos, pero, al mismo tiempo en comunión con la Iglesia universal. Por eso, se escogió como texto el escrito para el via crucis del Coliseo de Roma del año 2004 por por un monje cisterciense.
"Durante el recorrido -cuenta Paco Pascual, uno de los voluntarios que más tiempo lleva en la Cañada- fuimos acompañados sucesivamente por los vecinos. Significativa fue la VIII estación que se tuvo en el mismo lugar en el que la noche anterior habian caído dos bombas libias; en las fotos se ven los restos del bombardeo".
Y añade: "Al llegar a la iglesia, en la última estación, dos toxícómanos nos ayudaron a dejar el cuerpo de Jesús en la tienda de campaña, esperando la resurrección custodiado por ellos. José de Arimatea se dejó un chaqueta al pie del sepulcro".
Todas las fotos del via crucis de la Cañada se pueden ver aquí:
