Una figura relevante de la Iglesia Católica, el cardenal Marc Ouellet, se refirió ayer a la "gran vergüenza" del escándalo de abuso sexual en la Iglesia, diciendo que los hechos fueron cometidos por hombres profundamente trastornados. Ouellet hizo su comentario en una vigilia en Roma a la que asistieron obispos católicos de alrededor del mundo, durante el simposio ' Hacia la curación y la renovación', que se está celebrando en la Universidad Gregoriana.
En el mismo simposio, el sacerdote Stephen J. Rossetti, señaló en su ponencia que los dirigentes de la Iglesia católica se han equivocado muchas veces a la hora de afrontar los casos de pederastia y se debe a que no han comprendido plenamente "ese crimen y la patología que lo genera".
Rossetti, de la diócesis de Siracusa (EEUU) y experto en la prevención de abusos sexuales a menores, intervino en la segunda jornada del simposio "Hacia la curación y la renovación", que se celebra en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde destacó seis errores "típicos" de los líderes eclesiásticos a la hora de trabajar con curas que han cometido esos delitos.
Entre ellos citó que no se realizara un examen psicosexual en profundidad de los candidatos al sacerdocio y que se hubiera aceptado a curas carentes de formación humana, inclusive a nivel de la esfera sexual.
Según Rossetti, es imposible identificar y eliminar todas las desviaciones psicosexuales de los candidatos al sacerdocio, aunque sí presentan algunos rasgos comunes, como la escasa capacidad de relacionarse con sus compañeros, desregulación afectiva y el hecho de que gran número de ellos padeció abusos cuando era niño.
Entre los abusadores destacó a los narcisistas, los hipersexuales, los pedófilos tradicionales que se sienten atraídos por niños prepuberales y los adultos con un desarrollo emocional atrofiado.
El sacerdote añadió que un tema "muy debatido" es la relación entre abuso sexual de menores y homosexualidad y que hay dos posiciones extremas: la que afirma que el abuso de menores es un problema de homosexualidad y la que cree que los dos fenómenos no tienen relación alguna.
"Las investigaciones se encuentran en una fase preliminar, pero podemos afirmar que las personas que abusan de los niños no son todas homosexuales y que la mayoría de los homosexuales no molestan a los menores", afirmó Rossetti.
El religioso agregó que, según los datos recopilados sobre los sacerdotes en América del Norte que abusaron de varones adolescentes, cuando se les pidió que identificaran su orientación sexual, "la incidencia de homosexuales o bisexuales era desproporcionadamente mayor respecto a la de heterosexuales".
Rossetti destacó entre los "errores" de los líderes católicos no escuchar a las víctimas, "cuando esa tiene que ser la prioridad de la Iglesia".
"Nuestro error ha sido olvidarnos de ella", agregó el cura, quien aseguró que la mayoría de los líderes de la Iglesia no está capacitado para investigar y responder a la acusaciones de abuso sexual a menores y que, para abordarlo, es necesaria la ayuda de profesionales en el campo médico y legal.
También destacó como equivocación el haber infravalorado la prevalencia del abuso sexual a menores en las propias diócesis, pensar que sólo ocurría en otros lugares y creer que los agresores pueden ser curados para que no representen riesgos.
A este respecto afirmó que nunca hubo ni habrá una terapia eficaz al cien por cien para los abusadores y desveló que en un programa clínico en el que trabajó, de 339 sacerdotes abusadores tratados, 21 reincidieron, lo que equivale al 6,2 por ciento.
Otros errores, según Rossetti, son malinterpretar el perdón de los agresores sexuales (abogó para que no haya contacto alguno del abusador con el niño) y pasar por alto las señales de peligro, es decir los claros indicios de abuso inminente.
Rossetti recordó el caso de un sacerdote que sacó ciento de fotos a menores, tenía material de pornografía infantil y fue denunciado por los fieles de la diócesis y, sin embargo, los líderes religiosos locales tardaron en responder.
En esta segunda jornada también se habló de pornografía e internet y la experta Jan Slattery y el religioso marista Brendan Geary señalaron la necesidad de que los padres controlen las páginas que visitan sus hijos.
A este respecto señalaron que en la red existen 4,2 millones de páginas pornográficas, el 12 por ciento del total, y de ellas 100.000 ofrecen pornografía infantil.
El 42,7 por ciento de los usuarios ve pornografía y el 34 por ciento recibe material pornográfico no deseado.
La segunda jornada concluyó con una vigilia penitencial en la iglesia de San Ignacio, de Roma, en la que los participantes pidieron perdón a Dios y a las víctimas por los abusos sexuales sufridos. (RD/Efe)