Día 36. – 9 de abril, miércoles de la quinta semana

«Toques» de la Palabra

«…Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres». (Jn. 8, 36)

Cuaresma.

Para la libertad hemos venido al mundo. Para anhelarla, buscarla, sufrirla, gozarla… Cierto. Hay muchas versiones del diccionario de la libertad. El Hijo, Jesús de Nazaret, Hermano universal es nuestro referente. En su libertad nos miramos, de su palabra nos revestimos, en Él anhelamos ser verdaderamente libres……

Cuaresma.

Hay esperanza. Desde donde estemos, un paso más en el camino de la libertad. El horizonte: cuando ya no hay miedo ni a la muerte, ni a la pérdida, ni a la entrega… Solo en el amor la libertad nace, germina, se desarrolla. Solo en el amor que vence la apropiación y que expulsa el temor. Realmente libres en Él.

Plegaria

Señor y Buen Dios:
la llamada a ser libres la has inscrito
en el centro de nuestros corazones.
Ya que la palabra salvadora
y la muerte liberadora de Cristo
nos han alcanzado la mayor libertad,
que nunca nos atemos de nuevo
con cadenas fabricadas por nosotros mismos,
cadenas de pecado egoísta
y de falsos apegos mundanos.