Isaías (55,10-11):
ESTO dice el Señor:
«Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,
y no vuelven allá sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que cumplirá mi deseo
y llevará a cabo mi encargo».
Reflexión

aprender a mirar como Dios mira; a escuchar como él lo hace; a esperar con su paciencia infinita que de todos espera y a todos acoge. Estos valores, evidentemente
no salen de nuestra humanidad, pero sí se ejercitan cuando aprendemos a situar la posibilidad en quien la tiene: el misterioso Espíritu de Dios que sopla y sostiene con
su gracia cuando quiere y como quiere. Seguramente nada hay tan difícil para los hombres y mujeres de nuestra generación que dejarnos hacer misteriosa y milagrosamente por Dios. Ese es el reto.
Oración
El árbol toma cuerpo,
y el agua melodía,
tus manos son recientes en la rosa;
se espesa la abundancia
del mundo a mediodía,
y estás de corazón en cada cosa.
No hay brisa, si no alientas,
monte, si nos estás dentro,
ni soledad en que no
te hagas fuerte.
Todo es presencia y gracia.
Vivir es ese encuentro:
Tú, por la luz; el hombre,
por la muerte.
(José Luis Blanco Vega)





