Comentario al Evangelio del viernes, 5 de abril de 2024

Fecha

05 Abr 2024
Finalizdo!
Cármen Aguinaco

No se atrevieron a preguntar quién era

(Jn 21:1-14)

De nuevo, un gesto conocido: ¿habéis pescado algo? Echad las redes al otro lado. No se puede pescar nada sustancial, nada importante, sin escuchar la voz de a dónde hay que echar las redes. Los discípulos no se atreven a preguntar quién es. De nuevo, lo ven, están con él, oyen su voz, pero no lo reconocen hasta que no hace el gesto familiar.

La sensación de fracaso, o de falta de fruto del trabajo personal, o de los esfuerzos por una causa, o por alguna persona, es muy frecuente. Entonces llega el desánimo. ¿Qué puede animar a seguir adelante, a hacer un nuevo esfuerzo, a buscar otra solución? ¿Qué puede animar a empezar de nuevo después de alguna caída? El gesto, la palabra escuchada otras veces. El gesto reconocido de la pregunta sobre la pesca y la recomendación de echar la red al otro lado. Puede venir a través de la lectura de la Palabra, de un libro, un consejo de alguien amigo, un momento de oración. Pero hay que saber escuchar y aceptar.

El desánimo solo puede disiparse y dar lugar a una nueva energía si no nos empeñamos en ser nosotros mismos quienes hagamos lo mismo una y otra vez. Si tenemos la valentía de dejar que sea Cristo quien nos indique por dónde echar la red. Si damos paso a la seguridad total de la resurrección de aquel que está siempre dispuesto a invitarnos a su mesa.

Entonces, nadie se atreverá a pedir credenciales a quien ha hecho tal invitación o ha lanzado tal desafío. Los discípulos sabían que era el Señor. Ojalá que día a día, en los gestos pequeños de quienes nos aconsejan, nos desafían, nos retan a algo mejor, reconozcamos esa presencia del Cristo Resucitado, que está dispuesto a llenar nuestras redes… Si sabemos decir: Es el Señor.

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