Las palabras que monseñor Romero pronunció el domingo 23 de marzo de 1980 en la catedral -“no matarás”, “¡les suplico, les ordeno en nombre de Dios, que cese la represión, que no obedezcan si les ordenan matar!”-, el gobierno las calificó de “subversivas”: una provocación.
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La última cena de Monseñor Romero, un mártir incómodo
Las palabras que monseñor Romero pronunció el domingo 23 de marzo de 1980 en la catedral -“no matarás”, “¡les suplico, les ordeno en nombre de Dios, que cese la represión, que no obedezcan si les ordenan matar!”-, el gobierno las calificó de “subversivas”: una provocación.
Santos Andrés Kim Taegon, presbítero, Pablo Chong Hasang, y compañeros, mártires
Lc 8,1-3. Algunas mujeres acompañaban a Jesús y lo ayudaban con sus bienes.
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