Comentario al Evangelio del
Dice Isaías hablando al pueblo de Dios en el destierro: “Yo, el Señor, tu Dios, te agarro de la diestra y te digo: No temas, yo mismo te auxilio”. ¡Cuántas veces en la vida tenemos miedo a tomar una decisión importante, a un trabajo, a enfrentar a una persona, al fracaso, a luchar por algo, a cambiar de vida y de rumbo, a decir sí a Dios, a decir la verdad por las consecuencias que puede traernos…! Y en muchas ocasiones el miedo es tan grande que nos paraliza, nos acogota, nos estresa, nos produce tristeza, y muchas veces nos cambia la personalidad haciéndonos desconfiados, agresivos…
Y en esos momentos necesitamos escuchar a alguien que nos diga: “tú puedes, tú tienes cualidades para hacerlo; tienes que creer en ti mismo”. Pero también necesitamos escuchar a Alguien más grande que nosotros que nos diga: “Ánimo, hijo. Yo, tu Padre, estoy a tu lado, te tomo de la mano y te auxilio”. Y cuando el corazón escucha esta voz amable y fuerte se llena de esperanza y fortaleza, pues nuestro Padre Dios no quiere que vivamos con miedo y temor, sino con alegría y optimismo. El miedo nos quita las ganas de vivir, la alegría nos da energía y deseos de vivir.
Jesús también pronunció en muchas ocasiones estas palabras -“No tengas miedo”- que ayudaron a muchas personas a seguirle superando muchos obstáculos en su vida y a tomar decisiones importantes que cambiaron totalmente su existencia. Incluso muchos soportaron las afrentas, la humillación, el destierro, y hasta el martirio. Y descubrieron un nuevo horizonte en sus vidas y la alegría de trabajar por hacer un mundo mejor.
¡La fe en la Palabra de Dios mueve montañas! Y es cierto. En mis años de Misionero cuántas veces me he maravillado de la fe de los pobres, pues ellos me han enseñado a ser fuerte, saber esperar y confiar en Dios que todo lo puede, pero siempre con alegría. He palpado la confianza de la gente en la oración como fuerza poderosa contra las dificultades y problemas de la vida. Con qué convicción la gente me decían: Rece, Padre, por mí o por tal problema. Ciertamente los pobres nos evangelizan.

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R.VELIN
el 10/12/14


Ercilia Baltoda
el 10/12/14


isidro
el 11/12/14


isidro
el 11/12/14


Wanda de PR
el 11/12/14


Jorge A.
el 11/12/14
Si la Fe y Esperanza que Dios nos auxilie de nuestras dificultades.
Que se termine el abuso en tu tierra Santa no puede ser que después de tantos años continúe la violencia, aquí no se trata de tener la razón pero los hombres de buena voluntad deben ceder y aceptarse como hermanos, aunque sean de distintas creencias pero para ambos existe el mismo Dios.
Señor te pido la Paz en medio oriente en Tu tierra Santa.


Jorge Eduardo C
el 11/12/14


gustavo spallet
el 11/12/14


Joselito H.
el 11/12/14


Santos
el 11/12/14


Olga E.
el 11/12/14


Irenarco Cala
el 11/12/14


rafael
el 11/12/14
Sin embargo siempre dudo, y en momentos como el actual, en el que la duda me embarga y los problemas me agobian, aparece de nuevo esa palabra de aliento, recordándome que El estará siempre esperando que solicite su ayuda. Y vaya que sí ayuda.
Gracias Señor.


Mery Buestán
el 11/12/14


pedro-Arce
el 11/12/14


isidro
el 11/12/14


candida
el 11/12/14


leyla a.
el 11/12/14


tamy luna
el 11/12/14


Marta Elena
el 11/12/14


Carmen f blanco
el 11/12/14


Angel Mendoza
el 11/12/14

Delia Chavez
el 10/12/14