«Vamos adelante juntos, con el Señor, por el bien de la Humanidad y de la Iglesia»

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Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.Vamos adelante, juntos, con el Señor, por el bien de la Humanidad y de la Iglesia". Benedicto XVI se despidió, esta vez definitivamente, de los dos mil fieles que le esperaban, con pancartas, gritos y aplausos, en la plaza de Castel Gandolfo, frente al balcón por el que se asomó, tal vez por última vez en público, Joseph Ratzinger, el Papa que renuncia.

Después de apenas 13 minutos de recorrido en helicóptero desde el Vaticano, el helicóptero puesto por el Gobierno italiano para la salida de Benedicto XVI llegó al helipuerto de Castel Gandolfo, su última morada. Donde en apenas dos horas el Papa dejará de ser el líder de la Iglesia.  Se avecina la Sede Vacante.

Fue breve, pero intenso, como ha sido su Pontificado: "Queridos amigos: estoy feliz de estar con vosotros, circundado por la belleza del Creador, por vuestra simpatía y amistad".

"Este viaje es distinto a los anteriores", continuó el todavía Pontífice. "Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta Tierra". Los fieles no le dejaban seguir, y el Papa paró, unos segundos, su improvisada despedida. sonriente y controlando en todo momento la situación.

"Quisiera con mi amor, con mi oración, con mi reflexión y mis fuerzas trabajar por el bien comun y el de la humanidad. Vamos adelante juntos, con el Señor, por el bien de la Humanidad y de la Iglesia. Con todo mi corazón, mi bendición. Gracias, buenas noches. Muchas gracias a todos vosotros". Y se fue. Y no volverá. Y la Iglesia se queda sin Papa. Pero la Iglesia seguirá. La Iglesia de Cristo.

Éstas son las últimas palabras del Papa:

"Gracias a vosotros. Queridos amigos, estoy muy contento de estar con vosotros, rodeado por la belleza de la creación y por vuestra simpatía que me hace sentir bien. Gracias por vuestra amistad, por vuestro afecto. Sabéis que para mí este día es distinto de los demás: no soy Pontífice Supremo de la Iglesia Católica; es decir, lo seré hasta las ocho de esta tarde, después ya no. Soy ,simplemente, un peregrino que empieza la última etapa de su peregrinación en esta tierra. Pero quisiera todavía, con mi corazón, con mi alma, con mis oraciones, con mis reflexiones, con toda mi fuerza interior, trabajar por el bien común y el bien de la Iglesia y de la humanidad. Y me siento muy apoyado por vuestra simpatía. Vayamos adelante con el Señor, por el bien de la Iglesia y del mundo. Gracias, buenas noches a todos y ahora os imparto, de todo corazón, mi bendición"