Sorprende la generosidad de Dios, que derrama su Espíritu en una medida amplia, que supera nuestras fronteras justicieras, ideológicas, religiosas, nuestros nominalismos, a veces sectarios.
Los cristianos tenemos este signo como triunfo y victoria que nos transmite el secreto del abandono en manos de Dios, con la seguridad de que todo está ordenado para el bien, y nosotros estamos destinados a la resurrección.
Al retorno de tu tiempo de descanso, deseo informarte de la próxima celebración del “Día de la Amistad de Buenafuente”. ¡Ojalá puedas incluir en tu agenda la posibilidad de acompañarnos!
Las opciones de vida deben estar exentas de razones egoístas o interesadas para probar que se hacen como obediencia a la voz interior y no al gusto o a la ganancia.
La Eucaristía es misterio, acontecimiento, que exige el obsequio de la fe y, a la vez, en ella se nos ofrece el beneficio de la creación, de la redención y de la santificación.
Espíritu Santo, ven, y derrama tu fuerza recreadora, que haga en nosotros y de nosotros testigos del Evangelio, a la manera de los discípulos de Jesús.
Con motivo del término de la cuarentena pascual, cabrían las preguntas: ¿En qué he percibido el paso del Señor en esta Pascua? ¿Qué motivos se han afianzado en mí para creer en Él? ¿He dado testimonio de su resurrección?