
Meditación desde Buenafuente para el Viernes de la 3ª Semana de Cuaresma (16 - Marzo - 2012)
Una advertencia que recorre la Biblia es sobre la prepotencia del ser humano, cuando se aparta de Dios lo que produce es vanidad, orgullo...
Una advertencia que recorre la Biblia es sobre la prepotencia del ser humano, cuando se aparta de Dios lo que produce es vanidad, orgullo...
Proponer la verdad de Dios es un ofrecimiento liberador. El creyente se sabe bendecido por el don de la fe y por la posibilidad de la experiencia de relación íntima con Dios, que se ha hecho uno de nosotros, para que podamos hablar con Él.
La plenitud de vida no se logra por la fuerza, sino por la aceptación humilde del ser personal y por la reconciliación interior y social. La propia aceptación sin referencia trascendente puede significar cobardía o pacto con la debilidad.
Uno de los textos evangélicos más emblemáticos del tiempo de Cuaresma es el relato de la samaritana
La naturaleza humana impulsa, en algunos momentos de la vida, a movimientos emancipativos, apartándose de la relación trascendente, y justificándose en el derecho personal de libertad.
Hoy las lecturas nos ofrecen un ejemplo emblemático de cómo se deben interpretar las Sagradas Escrituras desde el acontecimiento de Jesucristo.
La vida espiritual se afianza cuando se practica la oración, que es la corriente de agua que mantiene verde y frondoso al creyente.
La razón del acompañamiento espiritual hunde su raíz en el mismo gesto que tuvo Jesús con los discípulos, antes y después de su muerte.
En el camino espiritual una máxima es la humildad. El engreimiento, el creerse superior a los demás,... son contrarios a la enseñaza del Evangelio
Puede parecer que se nos pide una generosidad heroica, al solicitarnos un comportamiento tan contrario a nuestra naturaleza como es devolver bien por mal y perdonar a los que nos ofenden.
Este domingo se nos presenta la Persona en quien debemos poner nuestros ojos. El camino de la Cuaresma tiene la meta de la Pascua, el encuentro con Cristo resucitado.
En el proceso de maduración espiritual, el perdón a los que sientes contrarios, la superación de la acepción de personas, el ofrecimiento permanente de la consideración y el respeto es una frontera que se debe atravesar...
Es frecuente proyectar sobre Dios nuestra manera de actuar, y hacerlo a Él a nuestra imagen. En este caso incurrimos en un deísmo.
Las situaciones límite suelen llevar a algunos a huir hacia delante, a otros a hundirse en su impotencia. Ambos extremos producen víctimas, agotamiento, y en muchos casos, quiebras personales, con repercusiones muy dolorosas.
Dios siempre espera el retorno de su criatura. Siempre alberga la esperanza de que se arrepienta. Es lento a la ira y rico en clemencia. No cabe excusarse por la ira divina, ni por su venganza.
La Palabra de Dios hace lo que dice, es fiel. Dios no se retracta de lo que promete, aun en daño propio. Quienes se fían de Dios aciertan.
Todos los bautizados tenemos la llamada a la santidad. La perfección se alcanza siguiendo los mandatos del Señor, y el mandamiento principal es el amor.
No somos nosotros los que proponemos hacer un pacto con Dios. Es Dios quien, por propia iniciativa, decide ofrecernos su alianza. El Creador mantiene su voluntad sobre sus criaturas; a pesar de la infidelidad humana, Dios es fiel.
Ciertamente, no es una casualidad que las grandes espiritualidades que han marcado la historia de la Iglesia hayan surgido de una explícita referencia a la Escritura.
El Papa Benedicto XVI insiste constantemente en que el cristianismo no es un código de moral, ni una filosofía, ni una ideología; es una persona, Jesucristo.