Benedicto XVI, año I: continuidad en la discontinuidad
por: Josep Rovira ,CMF en Arrivederci, Roma el
No parece hombre de muchedumbres; se le ve mucho más cercano y suelto en la relación personal que no ante las masas. Ante una plaza que le hosanna, le cuesta sonreir y aflora más bien su seriedad y natural timidez