Comentario al Evangelio del

CR

Queridos amigos y amigas:

San Pablo es muy directo en su manera de exhortar y dar el mensaje a la comunidad de Éfeso. A las cosas las llama por su nombre y de manera especial cuando se refiere al seguimiento de Cristo. Su invitación es a no andar con apegos, con dependencias y con la doble moral, el doble sentido en las expresiones y en el comportamiento en general. Algo bien claro lo tiene San Pablo cuando advierte del peligro que tiene el ser humano de andar generando vínculos idolátricos, con el dinero y la inmoralidad (indecencia, deshonestidad, perversidad, injusticia, corrupción), esto está fuera de lugar, sin ninguna relación como la tiniebla y luz, por esto dice al final del texto que hoy se nos propone: “Caminen como hijos de la luz”. Ef 5, 8.

En el evangelio encontramos una opción clara de Jesús a favor de las marginadas, las encorvadas, las que no se pueden enderezar, las que no tienen otra oportunidad y otra visión que la de vivir sometidas al poder de los explotadores y de otras explotadoras, de su cuerpo, de sus servicios, de su maternidad, de su sabiduría: Ese es el espíritu del mal comportamiento del ser humano que somete las voluntades de otros. Me refiero a las mujeres que por muchísimas causas se mantienen encorvadas y sometidas.

Jesús  no tiene ningún límite para acercarse a la mujer enferma, encorvada  y con su Palabra y sus manos, le indica  el camino de  la libertad, de la alegría de ser mujer sin enfermedades que la aten, que la sometan, y que le impidan ser realmente hija legítima de Dios. Que importante sería que todos y todas hiciéramos lecturas bíblicas, con los ojos de esta mujer, y con los ojos de todas las mujeres que claman libertad total, integral.

Este hecho liberador de la mujer que realiza Jesús, genera controversia y rechazo de quienes aún no pueden ver, ni oír el clamor de los marginados que en todo momento están clamando justicia. Este permanente rechazo a liberar y a acompañar mano a mano, cuerpo a cuerpo, a quienes realmente lo necesitan es común en las personas muy religiosas, muy piadosas, muy pegadas de la norma, de la moral sin corazón. Y Jesús nos invita a todos a tomar opciones claras y transparentes, llenas de espíritu de libertad  para amar sin medida, para dar la mano sin reserva.

Las acciones de Jesús y de quienes asumimos su proyecto, generan bochorno y rechazo de quienes creen tener la última palabra de lo que se debe y no se debe hacer, de lo que se puede hacer con este o aquel sujeto. Y actuar como Jesús actuó no tiene límites en el tiempo, en el lugar y en las personas. Nos podemos preguntar si hemos tenido alguna situación similar a la de Jesús.