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Un reportaje en inglés de la BBC: China invierte en cristianos convencidos

Claretianos Macao -

Hace tres décadas, la Revolución Cultural de China vivió algunas de las restricciones más dramáticas en la práctica de la religión jamás vista en el mundo moderno.

Pero los gobernantes comunistas de hoy han modificado radicalmente sus puntos de vista sobre la religión y le han concedido libertad sustancial a los cristianos dispuestos a celebrar su fe en iglesias aprobadas por el Estado. En el marco de esos nuevos límites legales, el cristianismo está creciendo en China, como nunca antes. Y lo hace con el apoyo de millones de dólares provenientes de fondos gubernamentales.

La BBC ha tenido acceso sin precedentes a iglesias protestantes y católicas aprobadas por el estado de China, para examinar por qué el gobierno parece tan interesado en invertir en la religión.

 

La financiación estatal

En las afueras de Nanjing, una construcción ilustra el grado de compromiso del estado comunista por apoyar el desarrollo del cristianismo. Los funcionarios locales dicen que el edificio en construcción se convertirá en la iglesia más grande aprobada por el estado chino: tendrá capacidad para 5.000 fieles.

Ha sido el gobierno municipal y no los cristianos del lugar quien ha aportado el terreno así como el 20% de los costes de construcción. Eso representa un apoyo financiero por valor de millones de dólares y es sólo un ejemplo de la estrategia estatal para fomentar el desarrollo de la religión en China.

El Sr. Zuo Wang An, director general del Estado para Asuntos Religiosos, es el alto funcionario del Partido Comunista responsable de llevar a la práctica esta política. En una inusual entrevista, me dijo que ahora hay por lo menos 20 millones de cristianos protestantes en China que se reúnen en iglesias aprobadas por el Estado. "Este crecimiento no tiene precedentes en la historia del cristianismo en China. El cristianismo está en su mejor período de crecimiento en China", dijo.

Y explicó por qué el Estado chino está invirtiendo en la fe religiosa –un apoyo que incluye la financiación de la construcción de seminarios protestantes y católicos donde se educa cada año a cientos de futuros líderes cristianos–. "Nuestro objetivo al apoyar a estas religiones y al promover el desarrollo de la educación religiosa es que esperamos que puedan capacitar mejor a sus líderes para que esas religiones puedan disfrutar de un mejor desarrollo."

Pero ¿no hay contradicción entre ese recién descubierto entusiasmo del partido por apoyar el desarrollo de las religiones cristianas en China y su compromiso conocido con el ateísmo? "Sobre la cuestión de si existe Dios, el Partido Comunista de China cree que no hay Dios en el mundo", dijo Wang. Pero al mismo tiempo, "el Partido Comunista considera que debe respetar y proteger las creencias religiosas. Los miembros del partido deben respetar a los seguidores religiosos y no atentar contra sus intereses."

Él insiste en que no hay contradicción entre que el Partido Comunista diga que los miembros del partido no son creyentes y el compromiso del gobierno comunista en financiar el crecimiento de las religiones cristianas. "Estamos haciendo leyes y reglamentos para garantizar mejor las creencias religiosas en China", dice.

 

Función social

En la Academia China de Ciencias Sociales, el profesor Xhuo Xinping, especializado en cristianismo, considera que existen diversos factores que contribuyen a este crecimiento. Para él es un recurso a la espiritualidad pero también tiene una posible relación con la prosperidad económica. Si las iglesias quieren realmente ponerse al servicio de la sociedad china, deben deshacerse de las asociaciones imperialistas. "Muchos cristianos prestan especial atención al trabajo social y servicios sociales. Creo que esta es la forma correcta como se debe desarrollar el cristianismo", dijo. 

Un sacerdote católico, pionero en este tipo de trabajo en China, es el padre John Zhang. Su organización benéfica “Jinde Charities” recibe el apoyo de católicos de todo el mundo. Visité una casa de ancianos promovida por su organización y situada en la ciudad de Shijiazhuang. Allí el padre Zhang me explicó por qué piensa que el gobierno da la bienvenida a la contribución de la iglesia. "Los hogares para ancianos son urgentes. Necesitamos muchos más. El gobierno se dio cuenta de eso. Algunos funcionarios me han dicho que hacemos por la sociedad china lo que el gobierno no puede hacer. Sin entrar en política la iglesia está haciendo un buen trabajo y ellos desde el gobierno lo agradecen", dice el padre Zhang.

El entusiasmo de las autoridades comunistas por la iniciativa de esa organización  eclesial es tal que incluso la Liga de la Juventud Comunista utiliza la residencia de ancianos como base para un proyecto de caridad.

 

Cristianos convencidos

Pero todavía hay cuestiones pendientes sobre los cristianos en China. Crecen en número pero ¿están dispuestos a seguir aceptando las limitaciones de su libertad?

En la Iglesia de Haidian (Beijing) el pastor Wu Weiqing no niega los problemas que todavía enfrenta pero se siente entusiasmado con el nivel de libertad religiosa que disfruta. "Si he de serle honesto, tenemos problemas con algunas normativas. Pero al estar registrados, y cumplir básicamente con la legislación, disfrutamos de más libertad. Estoy muy feliz. Disfruto de mi servicio como pastor. A veces animo a las personas que oran en lugares no aprobados por el gobierno a que participen en nuestras Iglesias abiertas al culto”, dijo el pastor Wu.

Esas iglesias en las casas –las no registradas, las iglesias subterráneas, que fueron el único lugar de culto durante la represión de la Revolución Cultural– siguen teniendo una presencia significativa en la realidad actual de los cristianos chinos. Sin embargo, las iglesias católicas y protestantes aprobadas por el Estado experimentan ahora unos niveles de crecimiento que pocos predijeron en la década de los 80.

Las palabras de dos estudiantes que conocí en un servicio vespertino de oración y alabanza en la iglesia de Haidian resumen el optimismo que siente un creciente número de jóvenes cristianos chinos. "Esperamos sinceramente que en nuestro país crezca el número de cristianos y que la palabra de Dios se extienda por todas partes en China", dijo Daniel. Su compañero de estudios Jesse agregó: "Creo que esta nación va a cambiar, y creo que Dios está haciendo grandes cosas en China."

No hay duda de la confianza de estos cristianos. Pero tampoco existe ninguna garantía sobre cómo será el futuro de esas iglesias a las que el gobierno comunista está apoyando en la actualidad.


 

 

Si quieres escuchar el reportaje original en inglés:

 

 


Extraído del Blog "Noticias de Macau"


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