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Sin techo, sin derechos y agredidos

Periodista Digital -
Kemal es un inmigrante subsahariano de 27 años sin papeles que vive en la calle. Comparte cajero automático de une entidad bancaria de Madrid con Raúl, un español de 35. Hace unos días, un grupo de chavales les dio una paliza y les tiró los pocos enseres que tenían. Kemal y Raúl son dos de los más de 30.000 sin techo que hay en España y representan a la perfección el nuevo perfil de este universo: jóvenes, inmigrantes y  mujeres, que, a menudo, sufren todo tipo de violencias y agresiones.
 Caritas dice que “los sin techo son personas en las que se combina la precariedad económica, la falta de alojamiento, con la pérdida de vínculos sociales y familiares, y la ruptura de sus proyectos personales de vida”. E invita a la sociedad a reflexionar sobre las situaciones de “exclusión  y de violencia de que son objeto las personas sin hogar”.
 La institución caritativo-social de la Iglesia denuncia, sobre todo, la violencia que ejerce contra este colectivo la sociedad, en general, que tiende a “criminalizar la miseria y a culpar a los excluidos de su situación, estigmatizándolos”, por lo cual las personas sin hogar “pierden sus condiciones de ciudadanos, desaparecen del espacio público” y se tornan “invisibles”.
 Más en concreto, Caritas denuncia la violencia ejercida contra los sin techo por los Ayuntamientos y por los medios de comunicación. A los primeros, les reprocha que sus ordenanzas hostiguen a los sin techo y los cataloguen de “peligrosos” e “incívicos”, con lo que “criminalizan aún más a un colectivo ya de por sí vulnerable”.

 Por otra parte, “determinadas estrategias informativas agravan el fenómeno de los sin techo, cuando se refieren a estas personas con términos como ‘mendigo’ o ‘indigente’, expresiones con una fuerte connotación negativa que pueden leerse casi a diario en noticias que, en la mayoría de los casos, recrean contenidos violentos o morbosos”.

 Por último, Caritas denuncia la proliferación de grabaciones de actos violentos con teléfonos móviles y cámaras digitales, asi como su distribución a través de Internet, algo que “se ha convertido ya en una afición muy extendida entre los llamados ‘happy slappers’”.
En 2005, Caritas invirtió 15,3 millones de euros en programas de ayuda para los sin techo y atendió en todo el país a más de 90.000  casos.

Extraído de: Periodista Digital
    
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