Ser católico en Rusia
La Vigilia Pascual la celebré este año en la basílica de Santa Catalina. Como siempre sucede, la iglesia estaba llena a rebosar. A pesar de que luego, para algunas personas, es difícil volver a casa, porque el transporte público está cerrado y hay que tirar de taxi. Y eso no está al alcance de todos los bolsillos. O quedarse a dormir en la parroquia, como hacen los más jóvenes. El caso es que la cosa empezó a las 20.00 horas, y terminó a las 23.45, después de la procesión con el Santísimo Sacramento alrededor del templo.
Gran parte de la culpa de la duración de la Vigilia la tuvieron catorce personas que, voluntariamente, decidieron complicarse la vida. Mucho, además. Catorce nuevos cristianos, que recibieron el Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión, todo en uno. Noche de Pascua que no olvidarán nunca.
Para llegar a ese momento, han tenido que prepararse durante todo un año. Reuniones semanales, todas las semanas, los domingos después de la Misa de 12.00. Hablando de lo divino y de lo humano, para poder entender qué significa ser católico hoy, en Rusia. En algunas ocasiones, significa complicarse la vida. Hay gente que vivía en situación irregular con su pareja. Después del Bautismo, el matrimonio. Sin problemas, porque con el Espíritu Santo no hay peligro de sobredosis. Hay otros que trabajan en hospitales sin derecho a objeción de conciencia en casos de aborto, por ejemplo. A cambiar de trabajo, con la que está cayendo. Para todos, el compromiso de hablar de Cristo con sus palabras y, sobre todo, con sus obras.
Tuve la oportunidad de reunirme con los bautizados a las dos semanas de la Vigilia. Estuvimos hablando del 7º Mandamiento, que, en el proceso de preparación, no habían tenido ocasión de tratar. En la mayoría de los casos, todavía estaban haciéndose a la idea de lo que significa “ser hijo de Dios”. Debo confesar que, en cierta medida, los envidio. Para ellos, muchas cosas son nuevas, y las viven con intensidad. La Palabra de Dios, la oración, el discernimiento y búsqueda de la voluntad de Dios para sus vidas… Yo no voy a decir que ya esté cansado de ser católico, pero muchas cosas me las sé ya. Y me cuesta concentrarme, poner atención en cada oración, estar en lo que celebro… Para esta gente, es más fácil, ya que no se lo saben todo, están dando los primeros pasos de su camino espiritual. Y la Biblia les resulta interesante, y sienten el apoyo de toda la Comunidad cristiana que les ha ido acompañando en los Escrutinios. Porque han hecho el Camino de Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA). Con su entrada, con sus entregas, con sus momentos de evaluación ante la Comunidad. Con sus nombres inscritos en el libro de Catecúmenos.
A mí me bautizaron muy de pequeño. He vivido muchas cosas buenas en este camino. He muerto con Cristo y he resucitado en la Vigilia unas cuantas veces. El ejemplo de esta gente me ayuda a seguir resucitando cada día. Cuando escribo, queda poco para Pentecostés. Que el Espíritu siga guiando a este grupito. Y que la Madre les enseñe a estar cerca de Jesús, haciendo siempre lo que tienen que hacer. Yo, por mi parte, estaré cerca. Por si les hace falta algo, alguna vez. Porque se han complicado la vida, pero por Cristo.