¿Qué nos aportan los inmigrantes?

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En un supermercado, he sido testigo de una discusión entre dos personas, que posteriormente se generalizó entre todos los que estábamos en aquel momento en dicho centro. El hecho se inicia entre una persona que se pone en la cola de la caja, y otra que le reclama que ella estaba delante y se ha colado. Pero inmediatamente aparece un nuevo elemento, la persona que se introduce en la fila es extranjera y la que le increpa es española, ésta inmediatamente hace referencia en su acusación al hecho de que la otra es extranjera, aludiendo a que además de que les damos de comer y trabajo nos quitan los puestos y no tienen educación y aún encima no son agradecidos.

El tema se generalizó entre todos los presentes y podemos decir que en la discusión, con muy diferentes matices, un 40% se colocaba de un lado y otro 40 del otro lado, y el 20% indiferente o por lo menos no participó. Personalmente me situé entre estos últimos, pero el espectáculo resultó desagradable.

El tema está planteado y está en la calle.

(GIF)El hecho de la inmigración en España es una realidad nueva, pues nuestra historia reciente ha sido más de emigración. Una emigración, que a pesar de su aspecto doloroso de división de familias, ha sido una fuente de riqueza y mejora social de nuestra sociedad.

La inmigración actual es de reciente implantación entre nosotros. Es a mediados de la década de los 80 cuando aparecen las leyes que intentan ordenar y regular la presencia inicial de inmigrantes en nuestra sociedad, con la Ley de Asilo y Refugio y la Ley de Extranjería.

Los inmigrantes, en una primera fase, abandonan sus países buscando una vida mejor tanto para ellos como para sus familias. Para unos, es un medio de obtener unos recursos para después retornar de nuevo a sus países y, para otros, va a ser el inicio de un cambio de vida, realizaran posteriormente la reagrupación de sus familiares y se instalarán en esta nueva sociedad de acogida.

Esta inmigración incide positivamente en la economía, tanto en sus países de origen como en los que les reciben, especialmente aquellos que deciden instalarse definitivamente en nuestra sociedad, muchos de los cuales llegan a obtener la nacionalidad Española.

La economía producida por la inmigración repercute, indudablemente, en la mejora y en el bienestar de nuestra sociedad, ya que esencialmente estos inmigrantes participan en aquellas actividades y sectores laborales en los que hay necesidad de mano de obra y, por tanto, no perjudican al sector laboral nacional.

La aportación económica de los inmigrantes, es también factor y motor de desarrollo en sus países de origen. En las familias y en los pueblos de los inmigrantes se produce un aumento del bienestar. Sus familiares directos obtienen una mejora en la calidad de vida, sus hijos se forman mejor. Todos sus familiares acceden a una mejora sustancial sanitaria, y en su entorno se produce un mayor desarrollo en la agricultura, en el comercio, en la vivienda y en la creación de pequeñas empresas familiares.

La inmigración se convierte así, en uno de los mejores motores de ayuda al desarrollo en los países de origen de los inmigrantes. Y por tanto, podemos decir, en este aspecto, que colabora a disminuir la necesidad de inmigrar de estos pueblos, ya que si esto no sucede se verán cada vez mas abocados a emprende las rutas de la inmigración. En este caso, si hubiera algunos que siguieran sintiéndose atraídos por emprender las rutas de la inmigración lo harán de forma opcional y no necesariamente abocados a ello, como único recurso para sobrevivir o salir de la miseria.

En nuestra sociedad los inmigrantes se ganan un especio esencialmente en aquellos sectores en que los nacionales nos vamos retirando, bien por reducción de la población, bien por la posibilidad de acceder a puestos de trabajo mejor remunerados, que exijan menor esfuerzo, o gocen de mayor prestigio social. Por estos motivos se van abandonando determinados sectores laborales que son ocupados por los inmigrantes que colaboran así al desarrollo y bienestar de la sociedad.

Así por ejemplo, el servicio doméstico, realizado ahora casi exclusivamente por inmigrantes, ha influido decisivamente en el bienestar familiar, posibilitando que en este ámbito se produzcan nuevas formas de vida social, como el acceso laboral de los dos miembros de la familia, el hombre y la mujer y haciendo posible que la estructura familiar no sufra y se mantenga según nuestros cánones de funcionamiento, al disponer de personal que se ocupe de la casa, de los niños, de las personas mayores, de los enfermos. Este servicio ha adquirido niveles importantes en nuestra sociedad, cuántos niños son cuidados y educados por inmigrantes, cuántos ancianos son atendidos y tienen como compañía un inmigrante, cuántas familias ven mejorados sus recursos económicos gracias a la ayuda de un inmigrante, cuántas personas enfermas y con deficiencias son atendidas dignamente por inmigrantes.

La agricultura, sigue funcionando y produciendo riqueza con la aportación casi exclusiva de la inmigración, manteniéndose los inmigrantes en el ámbito laboral asalariado y siendo los nacionales, el 100% de los propietarios.

El sector de la Construcción en nuestras ciudades y en aquellos lugares lejanos donde no hay población, hace posible que España mantenga un nivel de crecimiento que sorprende a cualquiera y ello, con la importantísima aportación de la mano de obra inmigrante. En este ámbito se detecta ya que los propios inmigrantes van formando sus propias pequeñas empresas, sobre todo en el sector de remodelación de vivienda antigua o en el sector de subcontratas.

También el inmigrante ocupa un lugar importante en el mantenimiento y crecimiento de la hostelería al poder contar con personal a veces mas cualificado sobre todo en el conocimiento de lenguas, deficiencia importante de este sector, y subsanada con la llegada de los inmigrantes. En este sector el inmigrante se ha hecho en ocasiones responsable del negocio, sobre todo en pequeñas empresas. Cuantos bares encontramos que antes eran regentados por nacionales y hoy son regentados por inmigrantes, unas veces como nuevos propietarios pero la mayoría solo como alquilados.

También en nuestros barrios se detectan nuevos espacios económicos creados y mantenidos por inmigrantes, sabemos de barrios prácticamente en situación decadente, que han reaparecido con nueva actividad. La creación de estos nuevos espacios económicos, en los que aparecen nuevos restaurantes de comidas de los lugares que proceden los inmigrantes. La aparición de los nuevos negocios de Locutorios, donde entorno a ellos se crean lugares de encuentro, en plazas y calles que crean un nuevo espacio no solo económico sino también social. La aparición de los locales de envió de dinero, que además de la riqueza y el interés económico que encierra, lleva consigo también la creación de nuevos espacios de vida.

Los servicios públicos se han reforzado y fortalecido con la presencia de la inmigración en nuestras ciudades. En el transporte público han cobrado gran importancia los usuarios inmigrantes, siendo en número un sector importante que participa en el mantenimiento del sector público del transporte.

Muy importante es también la participación del inmigrante en la Seguridad Social que sin duda está contribuyendo a paliar el déficit y a asegurar las prestaciones en un futuro no muy lejano y ello debido a que en la actualidad es un colectivo joven, por lo que sus aportaciones, es decir, los ingresos al sistema, son mucho mayores que los gastos que producen al ser, en general, no solo jóvenes sino también sanos.

Por tanto volviendo a la discusión de la que fuimos testigos en el supermercado y que propicia la presente reflexión, creo que una reflexión que se acerque a la realidad nos exige ser mas cautos y valorar en su justa medida lo que ha significado la emigración Española en su momento y lo que significa hoy la inmigración para nuestra sociedad.

    

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