icono estrella Nº de votos: 0

Meditacion desde Buenafuente para Tercer Viernes de Cuaresma (8/03/2013)

Angel Moreno -

Lectura

“Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos.

Seré para Israel como rocío, florecerá como azucena, arraigará como el Líbano”. (Os 14, 5-6)

"Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos.» (Mc 12, 30-31)

Comentario

El Mandamiento Principal resume la ley y los profetas, es la quintaesencia de la revelación bíblica; quien lo asume y cumple alcanza el conocimiento de Dios, porque Dios es amor. Y todo el que ama ha nacido de Dios.

Al tener delante los dos textos que hoy nos ofrece la Liturgia de la Palabra, percibimos su correspondencia. Si la Biblia nos invita a practicar el mandamiento de amar a Dios y a los hermanos, las Sagradas Escrituras desbordan textos que declaran la entrañable actitud divina.

No se nos pide más de lo que se nos da. Antes de ser invitados a amar, hemos sido amados. Antes de ser llamados a perdonar, hemos sido perdonados. Tener esta convicción cambia enteramente la percepción de la ley. Sólo cuando se es consciente del amor recibido no se lleva cuentas del amor que se ofrece, pues siempre es menor que el dispensado por el Creador a sus criaturas.

No debemos entretenernos en muchas leyes que impidan descubrir con nitidez cuál es el precepto mayor. Si vemos el mandamiento en su contexto, descubriremos su extensión. El amor a Dios, “con todo el corazón”…, es el amor con el que deberemos amar al prójimo, y es a la vez el amor con el que nos debemos sentir amados, porque la fuente del bien, de la bondad, de la belleza y de la verdad es Dios mismo.

Una de las razones por las que, a veces, se percibe como costoso este mandamiento, es porque olvidamos su origen e interpretamos como mandato lo que deberíamos sentir como privilegio, al poder devolver en parte el amor recibido. “Amor saca amor”, dirá Santa Teresa.

Punto de reflexión

¿Cómo te sientes, amado o con la obligación de amar? ¿Qué es más cierto, que eres amado por Dios, o que tú amas a Dios y al prójimo?

    
Si te ha gustado, compártelo:
icono etiquetas etiquetas : cuaresma,
icono comentarios Sin comentarios