Los pobres tienen hambre no sólo en Navidad
Estamos a punto de celebrar las Fiestas de Navidad, Año Nuevo, Epifanía... Quizás hemos decidido ser particularmente generosos con alguien durante estas Fiestas. Efectivamente, en muchas partes, sobre todo con motivo de la Navidad, se organizan encuentros, celebraciones religiosas, comidas..., acogiendo a pobres y necesitados de todo tipo. En Roma –donde vivo-, es famosa la celebración y comida que tiene lugar en la nave central de la Iglesia de “Santa Maria in Trastevere”, organizada por la llamada “Comunidad de San Egidio”. ¡Muy bien! Pero, eso no nos ahorra el pensar que no basta ser generosos algún día al año: los pobres tienen hambre todos los días, no sólo hacia finales de Diciembre o principios de Enero...
Por eso quería contarles una de las infinitas experiencias de generosidad y entrega en favor de los más necesitados, que se dan todos los días. Se trata de la señora Tina Pezzini, de 82 años (cuando he leído su historia). La podemos encontrar con garbo y gran corazón mientras entrega las bolsas con la cena a una docena de hombres borrachos, fuera del cancel. Sabe mezclar bondad con energía mientras les dice: “¡Si mañana por la noche bebéis todavía, no os voy a dar nada!”; pero ya saben ellos por experiencia que no es verdad: el corazón de esa abuela, flaca, con pocas arrugas y paso casi atlético, no les va a dejar con las manos vacías tampoco mañana, aunque vuelvan haciendo eses...
“La Tina”, como la llama cariñosamente su “clientela”, había llegado hace sesenta años a Milán desde un pueblo del norte de Italia. Es viuda, tiene dos hijos ya mayores y vive de su pequeña pensión. Cuando su marido la dejó para irse a la Casa del Padre, ella no se quedó mano sobre mano; simplemente cambió de trabajo. Ahora dedica su tiempo como voluntaria en el centro de acogida que tienen las Misioneras de la Caridad en la periferia de Milán: “Estoy aquí al menos siete horas cada día, excepto el domingo, que lo dedico a mi parroquia”, cuenta. “Me gusta venir aquí a dar una mano a las religiosas y a los pobres”.
La mensa de las religiosas de Madre Teresa de Calcuta está abierta todas las tardes para quienes no saben adonde ir a comer algo caliente. Suelen ser más de cien quienes se acercan todos los días, y en Agosto incluso más de cuatrocientos. “Las mujeres que vienen con niños son casi todas extranjeras, mientras que las italianas suelen ser ancianas sin pensión. Al principio, los asistidos eran sólo italianos; luego, a partir de 1991, hemos visto llegar albaneses, marroquíes, europeos del Este y ahora chinos. Los italianos del 2010 frecuentemente tienen una casa, pero poca pensión, y prefieren comer aquí. Pobreza es también no saber con quién hablar o cómo encontrar un trabajo. Y luego están los nuevos pobres: los divorciados con hijos, que trabajan pero no les queda un centavo en el bolsillo...”, explica Lino Sala, de 85 años, que trabaja con Tina.
Los colaboradores del centro son unos sesenta, además de centenares de voluntarios que dan una mano cuando pueden. Son casi todos jubilados, personas a las que se puede telefonear a medianoche para una emergencia, o que se encargan de ir todas las semanas al mercado central de la ciudad a recoger gratuitamente los alimentos que luego cocinan y sirven a la mesa. Cuando el cardenal Carlos María Martini era arzobispo de Milán iba una vez al mes a este centro para rezar en la capilla y servir a los pobres. Madre Teresa de Calcuta visitó dos veces a “su” comunidad de religiosas; en una de las ocasiones decidió que se cerrara el dormitorio que las religiosas mantenían un poco lejos de la casa, porque no tenían tiempo para orar: “Sin oración nadie puede seguir adelante”, dijo a ellas y a los voluntarios. Las ocho religiosas dedican un día a la semana a retiro espiritual, e incluso los colaboradores pasan por la capilla las mañanas, antes de empezar a trabajar.
Volvamos a Tina. Ella se cuida también del ropero para hombres. Cada martes le llegan decenas de visitantes, que escogen entre vestidos decorosos y bien conservados. Añade: “Un lunes al mes se exponen los vestidos en el patio y las familias que tienen necesidad vienen y escogen. Luego todos los sábados las religiosas distribuyen un paquete de comida a 150 familias...”. Por si fuera poco, la Tina cocina durante los retiros espirituales de las religiosas, sirve a la mesa...; el año pasado uno de los “huéspedes” le rompió el tabique nasal de un puñetazo: “Pero era una chica un poco así..., no la denuncié...”, responde acariciándose suavemente el corazón. Luego continúa incansable, como si fuera lo más natural de este mundo; claro que, según el Evangelio, así es...
No está de más recordar todo eso mientras, con una macedonia de lenguas, nos deseamos de corazón una muy: ¡Feliz Navidad! / Buon Natale! (italiano) / Merry Christmas! (inglés) / Joyeux Noël! (francés) / Fröhliche Weihnachten! (alemán) / Feliz Natal! (portugués) / Bon Nadal! (catalán) / Gabonak! (vasco) / Kristu Pirappu nal Vazhthukal! (tamil) / Kalà Christougénna! (griego) / Añuri Ekereshimeshi! (Igbo) / Heri kwa noeli na baraka nyingi kwa Mwaka mzima! (zuahili) / Maligayan Pasko! (filipino tagalog) / Wesolych Swiat Bozego Narodzenia or Boze Narodzenie! (polaco) / Srozhdestvom Kristovym! (ucraíno) / Kellemes Karacsonyi unnepeket! (húngaro) / Terevy’aite aret’epe! (guaraní) / Schinnen omedeto, Kurisumasu Omedeto! (japonés) / Kung His Hsin Nien Bing Chu Shen Tan! (chino mandarín) / Sung Tan Chuk Ha! (coreano) / Chung Mung Giang Sinh! (vietnamita) / Sarbatori vesele! (rumano) / Selamat Hari Natal! (indonesiano) / Piravithirunalinte Mangalasamsakal! (malayalam) / Bikpela hamamas blong dispela Krismas na Nupela yia i go long yu! (Papúa Nueva Guinea) /...
CHRISTUS NATUS EST NOBIS, VENITE ADOREMUS! (latín).
J. Rovira, cmf.