Tres días después de que un terrible terremoto destruyera Haití, el caos y la desolación siguen vagando por el país más pobre de América. Miles de edificios se han reducido a escombros, se han paralizado casi por entero la prestación de servicios básicos, como el suministro de agua y electricidad, y las comunicaciones han sido severamente dañadas por el seísmo. En esta situación intentan sobrevivir los que consiguieron escapar del que ya se considera el terremoto más destructivo de los últimos 200 años en la isla caribeña mientras esperan la llegada de la ayuda internacional.
Respecto al número oficial de heridos y desaparecidos, el primer ministro haitiano asegura que “más de cien mil personas pueden haber fallecido” a causa del seísmo del pasado 12 de enero. Por su parte, Cruz Roja estima esta cifra entre 45.000 y 50.000.
En este sentido, el secretario genera de la ONU, Ban Ki-moon ha señalado que “de los nueve millones de habitantes de Haití, es seguro que un tercio se ha visto afectado por el desastre” causado por el terremoto. “El corte de las comunicaciones y la carencia de productos de primera necesidad no hace más que agravar la situación”, continua.
Mientas comienzan las primeras estimaciones de víctimas, prosigue la búsqueda de personas bajo los escombros, una tarea que los haitianos realizan son sus propias manos desnudas. Los que consiguen ser rescatados con vida, intentan ser trasladados a algún hospital fuera de la periferia de Puerto Príncipe. Sin embargo, la falta de medios obliga a atender primero a los niños y a las mujeres.
Además, se teme que la acumulación de cadáveres en las calles de la capital haitiana ayude a la propagación de enfermedades y epidemias entre los supervivientes que vagan desorientados por las calles. Para evitarlo, una gigantesca fosa común se ha abierto en Titanyen, a las afueras de la capital. René Préval, el presidente haitiano, aseguró que ya han enterrado a 7.000 personas de esta forma.
Empieza a llegar la ayuda
Ante esta situación, la tan necesaria ayuda ha empezado a llegar a Haití casi 48 horas después del seísmo. La Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití ha constatado ya la llegada de los primeros envíos de emergencia en aviones, que han tenido que aterrizar en el aeropuerto de la capital sin apenas control ni seguridad.
Por su parte, España ha anunciado que enviará tres aviones con ayuda de emergencia en los que transportará equipos de rescate y material sanitario y de cocina, equipos de agua, saneamiento y cobijo. Asimismo, España ha reactivado dos convenios de emergencia y catástrofe con Cruz Roja y Acción Contra el Hambre.
Las Organizaciones No Gubernamentales también están empezando a trabajar en la zona y a hacer llegar las aportaciones económicas recogidas. Y una de ellas es Fundación PROCLADE, que antes del terremoto, llevaban a cabo proyectos en la zona de Puerto Príncipe y Kazal. Así, el pasado miércoles reactivó la campaña de emergencia con Haití y solicita ayuda para, en una primera fase, colaborar en la búsqueda de personas desaparecidas bajo los escombros, las ayudas de limpieza de las zonas afectadas y asegurar a los supervivientes lo satisfacción de las necesidades básicas: comida, agua y ropa.
Para recoger los donativos y enviarlos a la zona afectada por el terremoto, Fundación PROCLADE ha habilitado una cuenta:
Entidad Bancaria: Santander Central Hispano
Nº Cuenta BSCH: 0049 3283 56 2015006031
Sucursal: Capitán Haya, 37 Madrid
Más información
Web: http://www.fundacionproclade.org
Teléfono: (00.34) 91 314 78 71
