Un total de 223.000 peregrinos, 110.000 extranjeros procedentes de 170 naciones, participaron en la XXIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), celebrada del 15 al 20 de julio en Sidney (Australia), según detalló hoy el coordinador de la jornada, Anthony Fisher, obispo auxiliar de Sidney.
‘Esta semana, la gran tierra del sur del Espíritu Santo ha abierto sus brazos a 223.000 peregrinos, incluyendo mas de 110.000 de 170 naciones. Hemos dado la bienvenida a 120.000 peregrinos en nuestros colegios, parroquias, casas y otros lugares y hemos servido 3,5 millones de comidas en un total de 400 sitios’, declaró el coordinador de la JMJ australiana.
‘Aunque solo ha sido una semana, la JMJ resonará en los corazones de los australianos por mucho tiempo y será recordada por siempre en la vida de los jóvenes peregrinos’, añadió monseñor Fisher.
Por su parte, el cardenal George Pell, arzobispo de Sydney, declaró: ‘Quiero dar las gracias a la gente de Sydney y Australia y a todos los que contribuyeron a esta magnífica celebración internacional de juventud y fe’.
MISA PRIVADA PARA VÍCTIMAS DE ABUSOS
El Papa Benedicto XVI se despidió hoy de Australia con un mensaje de agradecimiento a todos los australianos.
A primera hora de la mañana el Santo Padre dio una nueva prueba de su compromiso con las víctimas de abusos, cometidos por algunos miembros del clero, al celebrar una Misa privada para un grupo representativo de ellos.
Después se desplazó a Domain en su Papamóvil para agradecer a los ‘embajadores’ de la JMJ y a los 8.000 voluntarios.
Posteriormente, el Pontífice hizo una pequeña pausa en el aeropuerto para despedirse de la multitud, incluyendo al primer ministro, Kevin Rudd, antes de ingresar –en torno a las 10 de la mañana (2 hora española)– en el vuelo de Quantas Boeing 747 para su viaje de 21 horas hacia Roma. Su llegada a Italia se espera en torno a las 11 de la noche.
