III Viernes de Cuaresma
Tiempo de Cuaresma
Año de la Misericordia
“Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz y su fuerza por el Espíritu Santo, a fin de que pueda responder a su máxima vocación, y que no ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el que haya de encontrar la salvación” (Vaticano II, GS 10).
III Viernes de Cuaresma
Los humanos nos defendemos con murallas, corazas y armas. El creyente se fía de Dios, se pone en sus manos y se arriesga.
Texto bíblico: “No nos salvará Asiria, no montaremos a caballo, no volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos. En ti encuentra piedad el huérfano"(Os 14, 3).
El papa Francisco nos recuerda de dónde nos viene la fuerza: “Aun con la dolorosa conciencia de las propias fragilidades, hay que seguir adelante sin declararse vencidos, y recordar lo que el Señor dijo a san Pablo: «Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad» (2 Co 12,9).” (EG 85)
Pensamiento: ¡Tantas veces el Señor permite nuestras derrotas, para que comprendamos de dónde nos viene la fuerza! ¿Acaso no has sentido la llamada a levantarte cuando estabas totalmente derrumbado?
Oración: “Mi fuerza y mi poder es el Señor, Él es mi salvación”.
Propuesta
¿Dónde y en quién crees que está tu fuerza? Si estás seguro, ¿por qué te sientes así? Y si te sientes débil, ¿cuál es la razón?