Evangelio Seglar para el Domingo XXIII del Tiempo Ordinario (8 de septiembre de 2019)
PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 25-33
El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: "Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?
No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar." ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío."
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE LA MISIÓN
(mujer, soltera, profesional, misionera laica en país desfavorecido)
Hace 15 años me fui a Latinoamérica y este texto me llevó a recordar cómo sentí la llamada a irme de misionera.
Cuando me fui, mucha gente me decía “pero si aquí también hay mucho que hacer”. Mi motivación era seguir a Jesús de manera más radical y tratar de vivir el Evangelio de un modo más auténtico. Para ello necesitaba desprenderme de todo lo que me ataba o distraía.
Evidentemente me alejé físicamente de mi familia, pero no afectivamente, y creo que el estar de misionera por esos lugares ha enriquecido mucho más las relaciones en mi familia.
Y el desprenderme de lo material, me costó menos, aunque cuando flaqueaba en la fe, todo se tambaleaba. La gente con la que tuve el privilegio de compartir me enseñó a confiar más en Dios, abrirme a su acción en mi vida y a no tratar de tener todo bien controlado.
Ahora acabo de retornar, no llevo ni un mes. De momento me quedaré y más adelante... Dios dirá. Me siento libre para abrirme a la acción del Espíritu y a la voluntad del Padre, que es lo que realmente me llevará a tener una vida más plena y entregada al proyecto de Dios: su Reino.
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(hombre, casado, trabaja, con dos hijos)
Padre, en los tiempos del “todo”,
en el que nos cuestionamos o rechazamos cualquier renuncia,
y en el que tratamos de que nadie tenga que dejar nada,
tu Palabra me llama a un camino diferente, especial,
de seguimiento, de aceptación, de fe, y de abandono a tu voluntad…
Señor, dame fuerzas para renunciar a lo que no soy
y testimoniar tu presencia en mí con lo que soy.
Ayúdame a renunciar a aquello que no tengo,
y ser feliz con lo que consigo.
Dame luz para caminar tras tus huellas
con mi vida y desde mi vida,
y no tratando de “inventarme” otra vida donde seguirte.
Que mi equipaje para los pasos de mi destino
sea mi ser más profundo, más auténtico,
“yo mismo” amado y aceptado por Ti…
Porque Tú no me pones condiciones…
Y que camine Contigo y tras de Ti,
con la vista al frente, y sin la tentación de mirar atrás…
de lamentar lo perdido, de recordar lo olvidado…
Dios mío, Tú que me invitas también a preparar el viaje,
ilumina mis afanes por fortalecer mi corazón,
y hazlo grande porque es “la mochila”,
que tú me regalas para emprender la aventura
de conocerte, quererte y seguirte,
siendo yo, Contigo, y con mi alma llena de pasos,
de rostros, de momentos…
Y que siempre tenga presente, Padre,
que lo importante del camino recorrido,
para iniciar cada viaje, ya va conmigo…
Que me quiera y me acepte profundamente,
para poder avanzar sin recelo, y no retrasar el trayecto,
que Tú marcas mi vida.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 2 hijos, él trabaja el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Qué rápido decimos a veces “soy cristiano” y qué claro nos dice Jesús “¡Ojo! Hay unas condiciones concretas para ser realmente discípulo mío, para seguirme.
Para actuar desde el Evangelio de esta semana:
- RECORDEMOS y clarifiquemos cuáles son esas exigencias concretas que conlleva el ser de los que siguen a Jesús, con coherencia, responsabilidad y compromiso serio.
“Degustemos este Evangelio” a lo largo de la semana. Busquemos momentos de silencio y recogimiento para releerlo con calma y permitir que Dios nos hable, a través de esta Palabra. Podemos incluso leer o escuchar, compartiendo lo que a otros les ha iluminado el espíritu acerca de este Evangelio.
- REVISEMOS si nuestro seguimiento es de la calidad que nos exige Jesús, teniendo muy presente la solidaridad, la justicia, el bien común de la gran familia del mundo; dejando a un lado los intereses familiares que en tantas ocasiones nos vuelven egoístas, acomodados, personas que “acumulan”, con absoluta falta de libertad.
No olvidemos que la herencia que debemos dejar a nuestra familia es la del cariño, el respeto, la educación, la necesidad de emplearse a fondo en un mundo mejor.
Revisemos si somos personas que para la construcción del Reino de Dios, somos capaces de arriesgar, de soportar penas y sufrimientos desde la paz que nos da la fuerza del Padre.
Revisemos…
TOMEMOS DETERMINACIONES concretas para ser seguidores auténticos y no uno/a más entre la muchedumbre.