Evangelio Seglar para el Domingo 28 del Tiempo Ordinario (13 de octubre de 2019)
PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 11-19
¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros." Al verlos, les dijo: "Id a presentaros a los sacerdotes." Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: "¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?" Y le dijo: "Levántate, vete; tu fe te ha salvado."
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
Ante el Octubre Misionero Extraordinario convocado por el Papa Francisco, dedicamos este tiempo ordinario a esta perspectiva.
DESDE LA MISIÓN
(mujer, soltera, jubilada, colaboradora voluntaria en misiones populares)
Me pregunto a mí misma: ¿A quien llega en profundidad el Mensaje de Jesús, su Palabra...Su vida, su Pasión, su Muerte, su Resurrección...?
El Evangelio de este domingo es el de la curación de los diez leprosos y cómo ellos, sin conocer a Jesús, sin acercarse a Él, salen a su encuentro y le gritan una verdadera oración de ayuda, piedad y compasión...y Jesús cura su enfermedad.
¿Cómo llegó a ellos esa fe en el Maestro? ¿Por qué le piden compasión y se fían de sus palabras y obedecen todos las instrucciones que Él les da? ¿Quién, cómo y cuándo esos marginados de la sociedad de su tiempo, fueron "evangelizados" con Buena Noticia?
Solo han oído hablar de Jesús, ni siquiera podían acercarse a Él...pero una fe lejana, una esperanza sentida en sus corazones al paso del Maestro les ha movido a la oración, a fiarse de su Persona...
Los diez fueron sanados, pero solo uno volvió a Jesús a adorarlo, a postrarse de rodillas y darle las gracias...Se encontró personalmente con Él reconociéndole como Dios hecho hombre...la Buena Noticia, había llegado a él y eso le cambia la vida, está salvado y curado...¡¡es el mismo Jesús quien se lo anuncia!!
¿Quiénes fueron los anunciadores "misioneros" que hablaron de Jesús a esos leprosos? ¿Y aquí, y ahora mismo quién o quiénes y cómo se anuncia la Buena Noticia de Jesús?
El Papa Francisco nos da la clave: Todos los bautizados somos enviados en misión para evangelizar....para dar testimonio de nuestro encuentro personal con la Vida, la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
No debemos, ni podemos callarnos esa Gran Noticia que es el Evangelio de Jesús y que ha sido dada para todo el mundo, todos los pueblos...Seamos agradecidos como el leproso samaritano, salvado por su fe ...y abramos nuestro corazón al Dios hecho hombre que nos envía a ser sus testigos en esta humanidad tan necesitada de algo tan valioso como es conocer a Jesús el Hijo de Dios.
DESDE LA MISIÓN
(mujer, soltera, profesional, misionera laica en país desfavorecido)
Se volvió a Dios... dándole gracias. Dios, como buen Padre siempre nos acompaña, en las buenas y en las malas, sin embargo, en muchas ocasiones no somos conscientes de ello.
Y cuando esto ocurre, lo más seguro es que nos perdamos, caigamos... aún así, Él seguirá estando ahí, esperándonos para darnos la mano y levantarnos.
Dicen que es de bien nacidos ser agradecidos. Cuando somos conscientes del obrar de Dios en nuestra vida y en nuestro alrededor nos sale naturalmente darle gracias. Ser agradecidos es reconocer la gratuidad de tanto que cada día recibimos, aunque, a veces, en apariencia, no parezca muy bueno. Esto nos hace tener una actitud más positiva, alegre y esperanzadora... y esto, ¿no es Buena Noticia?
¡Cuánto me ha enseñado la gente sencilla y que menos tiene a ser agradecida y sentir a Dios en mi vida! Pues necesitamos ver nuestra pequeñez y nuestra fragilidad para ver el obrar de Dios.
Que el Padre nos de la gracia de la humildad para saberle reconocer en nuestras vidas y volvernos a Él para alabarle y decirle: gracias Padre por todo lo que cada día nos regalas..
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(hombre, casado, trabaja, con un hijo)
Señor, que la fe me anime a ir a tu encuentro,
porque buscarte ya alimenta mi fe, y sin buscarte se duerme mi compromiso.
Padre, que la fe despierte mi deseo de encontrarte,
porque en ese encuentro quedarán desvanecidas mis dudas, mis cargas…
Señor, que mi fe mi impulse a recorrer el camino,
a ir y a volver a tu presencia…
Que no me quede sólo en la ida porque entonces se pierde mi misión de cristiano con el prójimo,
mi testimonio de experiencia contigo, mi compromiso espiritual hecho vida…
Y que no se me olvide volver, porque si no vuelvo se marchitará la Llama que tú prendes en mí,
porque sino vuelvo se difumina tu rostro en mi camino,
porque si no vuelvo no te diré cuánto te quiero,
ni te dejaré demostrarme de cerca cuánto me quieres Tú.
Que vuelva siempre, Padre… que siempre estará el camino…
Que nunca olvide darte gracias…ni de donde viene aquello en lo que creo y por lo que vivo.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 2 hijos, él trabaja el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Os proponemos para actuar desde lo que nos marca este Evangelio…
APRENDER A PEDIR: Con fe, con confianza. “Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros, ten compasión de mi…”. Cierto es que Él sabe ya todo lo que necesitamos. Sin embargo, nosotros necesitamos pedirlo. La petición requiere, por nuestra parte, una reflexión, organizar las ideas, aclarar, priorizar… Necesitamos expresar emociones, sentimientos, necesidades…pero también necesitamos confiar, abandonarnos…Son muchas las “lepras” que tenemos.
APRENDER A DAR GRACIAS: Seamos agradecidos. Pensemos en cuanta gente de nuestro alrededor nos hace o nos ha hecho bien con su ejemplo, con su cariño, con su ayuda…Busquemos momentos para acercarnos hasta ellos y darles las gracias. Agradecer nos hace humildes. Seamos agradecidos. Estemos atentos durante el día para agradecer a Dios todo lo bueno que nos regala. Démosle gracias cada vez que lo sintamos de corazón. Es mucho lo que nos ofrece desde la Palabra, desde los dones que nos ha dado, desde el Espíritu, desde los pequeños o grandes milagros de cada día, desde su obra en nosotros… No ser agradecidos con el Padre implica que no valoro lo que me da, o que estoy siendo presa de la indiferencia o de la falta de fe. No dejemos que pase desapercibido nada de los que Dios nos ofrece. Agradezcámoslo. “Levántate, vete; tu fe te ha salvado”.