Evangelio Seglar para el Domingo 1º de Adviento (27/12/2016)
PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según san Mateo 24,37-44
Estad en vela para estar preparados
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre
NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)
El evangelista del ciclo litúrgico A que empezamos es Mateo. El capítulo 24 habla sobre el fin de los tiempos.
En el pasaje de hoy, Jesús insiste en que hemos de vivir atentos a lo que acontece y fiel a él. Ilustra su petición con cuatro ejemplos:
- la gente en tiempos de Noé vivía ocupada en sus cosas (el texto no dice aquí que estuviesen pecando, sino que estaban en las tareas propias de la vida); al no estar atentas les sorprendió el diluvio, y no se salvaron.
- dos mujeres están en su tareas, una pendiente de los acontecimientos y otra no. Se salva la primera.
- dos hombres en su trabajo diario, uno en actitud de vela y el otro no. Se salva el primero.
- un hombre cauto para que no le sorprenda el ladrón.
El Hijo del Hombre volverá sorpresivamente como el diluvio o el ladrón en la noche.
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
DESDE LA ESPERA
(mujer, casda, 3 hijos, embarazada, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Cuando has tenido varios embarazos fallidos que han acabado en abortos, cuando te ha costado concebir, cuando los embarazos han sido de riesgo aun llegando a buen término,… el miedo está presente en cada célula de tu ser, invisible, inconsciente. Sin embargo Dios lo transforma en esperanza y en alegría, cuando aprendes a esperar en Él. Cuando aprendes a estar preparada y confiada en el Señor.
Así ha de ser toda nuestra vida. No una espera en el miedo a que venga el ladrón que se lleve tu dicha, sino una espera confiada en el Señor, que transforma cada acontecimiento de tu vida, incluso los dolorosos, para hacerte feliz en Él.
Preparar tu vida para recibirlo, aunque es un aprendizaje, es simplemente dejarse estar en Él. Todo tu ser en Él. Tus oraciones, tus sentimientos, tus planes, tus proyectos, tus hijos, tu familia, tu embarazo, tú, en Él.
Que mejor manera de prepararse a una nueva vida que confiando tus miedos e ilusiones en Él ¿Con qué nos sorprenderá?
DESDE LA FAMILIA
(hombre, casado, trabaja, tres hijos, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Estad en vela para estar preparados, para la llegada de Dios a nuestra vida. Para la llegada del amor auténtico. Es algo que en realidad pienso mucho ultimamente. Exacto: eso es, pienso y pienso y sigo pensando... y al final me cuesta mucho estar atento. Estar sin más, como Dios está sin más en todos nosotros.
Pero el día a día parece una base de datos que hay que organizar. “¿A que hora vuelves de trabajar? Hay que llevarla al medico, pido cita con el dentista, no me da tiempo a llevarles a música, ¿Puedes ir tú? Me han puesto una reunión a la tarde, hoy comunidad...” Despierto a las niñas por la mañana, empiezo tranquilo y termino desquiciado. Hija petarda, ¡Levantate ya, y anda! Sí, pero ni yo soy Jesucristo ni hablo a mi hija trayendo salvación sino un mosqueo considerable porque no se quiere levantar de la cama. Desayuno enfadado y me voy corriendo a trabajar, y luego de un lado a otro durante todo el día. Y bueno, en realidad mentiría si no dijera que me siento muy afortunado de tener una familia en la que puedo sentir y dar tanto cariño. Pero también quiero pedir a Dios que me de serenidad para poder degustar de su presencia alli donde más estoy, en mi dia dia, con los que conviven conmigo, y así poder a ellos tambien llevar su gracia
DESDE LA LAUDATO SI
(mujer, soltera, trabajadora social y voluntaria en ONG-D, pertenece a comunidad cristiana y movimiento seglar)
El evangelio de este primer domingo del adviento es para mí, como todos los años, una invitación a estar atenta...a vivir con intensidad, superando las rutinas, para poder descubrir en cada momento la presencia de Dios que se nos regala en la vida cotidiana. Este regalo se nos muestra de muchas maneras y si estamos suficientemente despiertos seremos capaces de descubrirlo y disfrutarlo.
En su encíclica Laudato si, el Papa Francisco nos invita a descubrir esa presencia de Dios en la naturaleza, a descubrir su belleza y agradecerla, a sentirnos criaturas en comunión con las demás criaturas. Esta nueva manera de situarnos nos puede llevar a cambios muy concretos en nuestro estilo de vida (nuestro modo de consumir, de utilizar los recursos con los que contamos, de relacionarnos con los demás desde la gratuidad,…).
La preocupación por la ecología quizá no sea algo a lo que los cristianos hayamos dado la importancia que se merece. Pero reconocernos como criaturas y como cuidadores de la creación junto con Dios nos puede llevar a una verdadera conversión y a cambios duraderos en nuestra relación con Dios, con los hermanos y con la naturaleza: “Si los desiertos exteriores se multiplican en el mundo porque se han extendido los desiertos interiores, la crisis ecológica es un llamado a una profunda conversión interior. […]Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana.” (LS 217)
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Señor, Dios nuestro Misericordioso, te damos Gracias
por este Tiempo de Adviento que hoy comenzamos,
que es un Tiempo de Gracia y de Esperanza
para preparar tu Venida a nuestra vida cotidiana,
para que podamos acogerte con alegría en nuestro corazón.
Ayúdanos, Dios nuestro, a estar en vela mediante la oración,
y a saber preparar bien nuestro corazón a través de ella,
y también, mediante de la escucha atenta de tu Palabra de Vida,
para saber reconocerte y acogerte cuando Tú te hagas presente
a través de cada hermano nuestro, y en cada gesto de Amor.
¡Ya te acercas, Señor!... ¡Ayúdanos Tú a ser misericordiosos
en medio de un mundo lleno de indiferencia ante el dolor!
Señor, Tú que eres Bueno y Misericordioso, ayúdanos
a saber acogerte a Ti, al acoger a nuestros hermanos más pobres,
débiles, necesitados que sufren y excluidos de nuestra sociedad.
Ayúdanos Tú a cumplir cada día tu Voluntad para poder ser
un reflejo de tu Amor y de tu Misericordia en medio del mundo.
Amén.
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 2 hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Con el Adviento llega el tiempo de prepararnos para el nacimiento de Jesús. Solo puede venir Dios a nosotros, a cada uno, si realmente hemos preparado el “pesebre” que es nuestra vida para acogerlo. Solo así renacerá con fuerza, una año más, en cada uno la “gloria de Dios” que ha bajado del cielo.
Y para prepararnos se nos ofrece desde el Evangelio de esta semana, la primera clave “estad en vela”. Para actuar esta semana dediquemos nuestros esfuerzos a estar en vela:
- Estemos atentos a las necesidades de nuestros seres queridos o de aquellos con los que compartimos ocio, los que nos rodean. Velemos por ellos.
- Procuremos no caer en acciones y actitudes que destruyan nuestro planeta. Velemos por la naturaleza y el inmenso regalo que con ella se nos dio.
- Cuidemos nuestros gestos y nuestras palabras. Velemos por no herir a los demás con nuestra ira, nuestras rencillas y resquemores, nuestras palabras malsonantes…
- Intentemos no pasar de largo antes las múltiples sufrimientos de personas a las que no conocemos quizás directamente, pero que están en nuestro entorno. Velemos por los que viven en soledad; velemos por los que no tienen hogar; velemos por los que pasan hambre…
Estemos en vela, estemos en vela como lo hacía Jesús, estemos en vela para humanizarnos… “Estad también vosotros preparados porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del hombre”.