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Evangelio Seglar para Domingo 26 del Tiempo Ordinario (29 de septiembre de 2019)

Laiconet -

LECTIO DEL DOMINGO XXVI TIEMPO ORDINARIO - CICLO C
 
PRIMER PASO: LECTIO
¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 1-13

No podéis servir a Dios y al dinero
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Un hombre rico tenía un administrador, y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido."
El administrador se puso a echar sus cálculos:
"¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa. "
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?"
Éste respondió: "Cien barriles de aceite."
Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta."
Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?"
Él contestó: "Cien fanegas de trigo."
Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta."
Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero."
 
SEGUNDO PASO: MEDITATIO
¿Qué nos dice el texto?

Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.

Ante el Octubre Misionero Extraordinario convocado por el Papa Francisco, dedicamos este tiempo ordinario a esta perspectiva.
 
DESDE LA MISIÓN
(mujer, soltera, jubilada, colaboradora voluntaria en misiones populares)

 
Jesús, en esta parábola, hace un relato de la realidad, tan injusta, que El observaba y se vivía ya  en la sociedad de su tiempo...¿Qué nos diría ahora, hoy mismo?
Los" ricos" y los" Lázaros "¿han desaparecido? Me pregunto, y me respondo con toda sinceridad y con remordimiento porque sigo haciendo muy poco por cambiar la vida y situación de todos los "lazaros" que nos rodean, que están en nuestras puertas ...
En una misión, en un pueblo muy rico, observé que las numerosas y bonitas fuentes públicas nunca tenían agua...Me pareció muy extraño...hasta que supe que era la forma de que los emigrantes que llegaban en pateras se marcharan...porque ni agua tenían para beber ...Y...reaccioné  como los "perros" de la parábola...escuchando sus problemas  e intentando paliar sus "heridas"...pero en ningún momento se me ocurrió cambiar, de alguna manera, la decisión de ese "rico" pueblo para que el agua corriera por sus fuentes.
La enseñanza de Jesús, con este Evangelio, me hace ver que tolerar las injusticias y no denunciarlas me hace cómplice de los que las cometen.
¿De verdad solo puedo " lamer" heridas y ya está? ¿De verdad veo a Dios en cada uno de mis hermanos? ¿Hago algo por la conversión del "rico" que también puedo ser yo misma en mi vida en la que el "lujo" es mi comodidad, mi tranquilidad, y no complicarme la existencia?
La fuerza de la Palabra de Jesús está con el pobre ,el indigente ,el marginado, el enfermo el desvalido...Él lo ha dicho en muchas ocasiones, lo que hagáis  a uno de ellos me lo hacéis a Mí.
Y vuelvo a preguntarme: ¿De verdad veo a Dios e en cada uno de mis hermanos?"
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DESDE LA MISIÓN
(mujer, soltera, profesional, misionera laica en país desfavorecido)

 
Hijo... Curiosamente, al meditar este texto, esta fue la palabra que más fuerte me llegó y me recordó cómo comenzamos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.
A pesar de rezarla tan frecuentemente, nos olvidamos que todos somos hermanos y hermanas.
Como el rico, nos encerramos en nuestras vidas, nuestros problemas... y nos olvidamos, ni siquiera vemos, a los que están a nuestro lado y nos necesitan, o no vemos las necesidades del hermano o hermana. Y así, ¿qué Buena Nueva anunciamos?
Suena a tópico, pero yo lo viví y ha sido una gran lección cómo el que menos tiene es más sensible a las necesidades de los demás.
Cuando viví en un lugar de frontera, las mamás a las que atendía, se ayudaban unas a otras y, sino podían, enseguida venían en búsqueda de ayuda, dejaban sus quehaceres, caminaban bajo el sol para pedir ayuda para otra mamá que lo necesitaba.
Pero... ¡cuanto nos cuesta salir de nuestra zona de confort!¡bastante tengo con lo mío! Sin embargo, si realmente queremos seguir a Jesús y colaborar en su proyecto: un mundo más justo y fraterno, es necesario superar esta barrera, salir, abrirnos a la realidad, hacernos sensibles a los problemas y necesidades de los otros/as, especialmente de los que nadie ve ni tiene en cuenta.
 
TERCER PASO: ORATIO
¿Qué nos hace decir el texto?
(hombre, casado, trabaja, con un hijo)

 
Señor, que por tu Palabra se refuerce mi fe…
Que la espera de un nuevo anuncio no sea la excusa para no aferrarme a tu mensaje.
Padre, que no me haga una fe a medida, sino que yo crezca a la medida de la fe a la que estamos invitados como don precioso…
Fe alimentada en la Palabra, sostenida en el Evangelio, testimoniada por Jesucristo…
Fe con rostro y con nombre, o con sentimiento y compromiso, fe espiritual, fe en misión permanente.
Padre, que sepa ver la mano del que pide, que sepa reconocer al que necesita,
Que sea capaz de dar y de darme sin reservas…
Gracias por el regalo de descubrir en tu Palabra que cuanto tengo es pasajero y efímero, pero lo que siento y hago sentir es don permanente sellado en mi alma.
Que cuanto se consigue en este mundo no es sino esencia de uno mismo que adquiere sentido en la medida en que se comparte, en la medida en que no nos ata, en el momento en que sirve a otros…
Señor, que la esperanza de tu evangelio alcance a aquellos que sufren sin consuelo, y que los cristianos asumamos nuestra misión de hacerles llegar el alivio de quien les profesa el Amor más grande, y de quien les aguarda para compartir sus pesares y limpiar sus lágrimas.
Ayúdame, Dios mío, y que no me cieguen los banquetes, ni los ropajes, ni los cánones impuestos…
Que me mueva el sentido de tu Palabra ablandando mi corazón y haciéndome sensible al hermano, al prójimo, que no es sino expresión viva de tu mensaje e invitación a creer sin esperas ni condiciones.
 
CUARTO PASO: CONTEMPLATIO
¿Quién dice el texto?
(Autorizado por el autor, Fano en www.diocesismalaga.es)


 
ÚLTIMO PASO: ACTIO
¿A qué nos lleva el texto?
(matrimonio, 2 hijos, él trabaja el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

 
Muchos son los profetas a los que podemos escuchar. Muchos son los avisos que recibimos. Pero conocer la “teoría” no significa de modo directo, ponerla en práctica. Por otro lado, todos nuestros actos tienen sus consecuencias..
Os invitamos a actuar desde la Palabra de esta semana con dos claves fundamentales: analizar y atender
* Analizar mi vida y descubrir todo aquello que me une al hombre rico. ¿Qué estoy haciendo? Seguramente en demasiadas ocasiones ando ocupado en todo menos en lo importante. Quizás tengo “ceguera”, ante mi entorno y las necesidades que emergen del mismo o quizás… ¿Qué debo modificar, qué debo corregir de mi comportamiento?
* Atender a los Lázaros que nos rodean. Para ello hemos de transformar nuestra mirada y nuestra forma de entender lo que vemos. Dejemos de lado la indiferencia. No somos espectadores sino actores. Y como tales, debemos actuar y atender al prójimo (especialmente al pobre, al que sufre). Hemos de meter las manos en la masa, preocuparnos de la transformación del mundo. En definitiva, construir el Reino desde la clave principal que nos enseñó el Maestro, el Amor al hermano. Solo desde ahí llegamos a Dios.
 

    
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