Evangelio del domingo 8 de noviembre, 32º del tiempo ordinario
EL EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: "¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa." Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a los discípulos, les dijo: "Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir."
Palabra del Señor
PARA VER
(por Pachi en www.diocesismalaga.es)

DESDE LA SOCIO-ECONOMÍA
(hombre, casado, con tres hijos, trabaja, miembro y directivo de movimientos sociales, y de grupo cristiano)
Conocemos ya algunas de las enseñanzas y reflexiones que suelen mencionarse con motivo de este Evangelio. Sabemos que para Dios es más importante la actitud del corazón que da que la cuantía o el valor de la ofrenda. Sabemos que revela más sobre la persona y su actitud cuánto es lo que se queda para sí, que cuánto es lo que entrega. Y sabemos que, en el fondo, quien se siente orgulloso o se justifica por el valor de lo que da, a lo sumo pretende que sus riquezas no le perjudiquen, pero no que le aprovechen, como dice San Agustín.
A mí me asombra de este pasaje del óbolo de la viuda la actitud contrapuesta que el Señor nos muestra en los escribas y en la viuda. Los primeros muestran con claridad que piensan y sienten que se bastan a sí mismos, no necesitan del prójimo (salvo para aprovecharse de él), ni tampoco de Dios: se sienten salvados por su propia vanidad. En cambio, la viuda ejemplifica la actitud vital de quien ha descubierto y llega a sentir con claridad que no puede salvarse a sí misma. Por ello sus expectativas las pone en Dios, en él deposita su confianza entera, y por eso no duda en ofrecer todo lo que tiene.
Creo que ésa es la propuesta, la alternativa, que ésta sociedad nuestra necesita ver en nosotros, los cristianos. Necesita que demos testimonio de otra forma de vivir y afrontar los asuntos, de una lógica que no es la de la recompensa que obtendré por el esfuerzo o el sacrificio que ofrezco. Por el contrario, la propuesta del Evangelio es la única forma de comportarse que tiene sentido para quien sabe que nada de lo esencial depende ni dependerá de mí mismo, de mis méritos o de mis logros. De quien sabe lo que dice cuando afirma que Dios es su roca, su fortaleza y su única y verdadera seguridad. De quien se reconoce gozosamente necesitado de su Padre.
Yo le doy gracias a Dios por tantas y tan variadas formas en las que Él nos ha mostrado ésta verdad que es profundamente liberadora. Y le pido que sostenga siempre a todas las personas que con su testimonio vivo nos descubren esa luz a los que tanto necesitamos de ella.
DESDE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
(matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana)
Muchas veces tenemos que reconocer que a quien más queremos es a uno mismo. Del amor que nos sobra, lo damos a quienes más queremos, probablemente familia, amigos, compañeros, en ese orden más o menos. Y si acaso nos sobrara algo, lo dedicamos a los “otros”, a los que no conocemos, a los más desfavorecidos, de forma puntual normalmente. Sabemos que estas generalizaciones son injustas, que muchas veces donamos a los demás, a todos, no lo que nos sobra, sino lo que tenemos. Y es curioso, como el amor es lo único que se te devuelve multiplicado cuando lo donas todo. Reflexionando a quién donamos todo nuestro amor, a quién nos damos del todo son nuestros hijos, por la edad en la que están, los destinatarios casi de toda nuestra vida. Quizás nuestros mayores son con los que menos paciencia tenemos y a los que damos más sobras. Y en cuanto a nosotros, nuestro matrimonio, lo, tenemos que tener muy presente el ser generosos el uno con el otro, porque la confianza, el vivir lo mismo, el disculparnos o justificarnos, hace que nos regalemos solo lo que nos sobra, aunque es un tiempo de calidad, tenemos que buscarnos, cuidarnos, y “echar todo lo que tenemos para vivir”.
DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
Después de varios años me he reincorporado a la vida laboral. Esto supone mucha generosidad por parte de toda la familia. Por mi marido porque supone un arrimar más aún el hombro por su parte y reajustar horarios que ya de por si son bastante sacrificados. Por nuestros hijos, primero porque mamá ya no está para todo y me van a ver menos horas como me decía uno de ellos; porque tendrán que resolver “sus problemas” ayudándose unos a otros; y porque tendrán que colaborar mucho más que antes en nuestra casa. Suele parecer que uno ya está dando el 100% y llega cualquier contratiempo, cualquier necesidad, cualquier toque por parte de los hermanos y hay que sacar de donde parecía que no había, tiempo, fuerzas, dinero, cariño, esperanza, amor, fe. Seguro que siempre nos quedarán dos monedas en el bolsillo para ofrecer a los demás.
PARA REZAR
(hombre, casado, trabaja, con dos hijos)
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
PARA VIVIR ESTA SEMANA
(matrimonio, tres hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Para poner en práctica este evangelio, tratemos esta semana de hacer pequeños actos de amor, pero intentando que nadie se dé cuenta de que lo hemos hecho nosotros. Vamos a hacerlos a escondidas, o simplemente nos vamos a hacer los despistados cuando alguien pregunte quien hizo esto o lo otro. De esa forma, experimentaremos la gran alegría que proporciona el Señor cuando hacemos las cosas sin esperar nada a cambio, ni siquiera a que nos reconozcan los demás que lo hacemos por amor. Os ponemos algún ejemplo sencillo: -cuando vamos a un restaurante y vemos que hay una silla que le coincide la pata de la mesa. Escogemos el sitio y luego si alguien pregunta le decimos que no nos hemos dado cuenta. - si hay un dulce que está riquísimo y a otro le encanta también, se lo ofrecemos, diciendo que no nos apetece demasiado. Y practicar sobre todo la humildad.
PARA CANTAR
(mujer, casada, una hija, trabaja, cantaautora, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana)
Dos actitudes: el afán de protagonismo sumado al acumular del letrado, frente a la generosidad y solidaridad total de la viuda. ¿a quién nos parecemos más? Dejemos caer la venda que nos ciega, dejemos abierto y disponible nuestro corazón, y aprendamos a ver las cosas como las Ve Dios y amar a todos como Él nos ama.
Ciertamente, sólo hay una cosa importante. La hermana Glenda nos lo dice cantando: "aunque lo demás se presente urgente", al escuchar la Palabra, debemos tomar la decisión de cuál debe ser nuestra actitud en esta vida.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: "¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa." Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a los discípulos, les dijo: "Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir."
Palabra del Señor
PARA VER
(por Pachi en www.diocesismalaga.es)


(hombre, casado, con tres hijos, trabaja, miembro y directivo de movimientos sociales, y de grupo cristiano)
Conocemos ya algunas de las enseñanzas y reflexiones que suelen mencionarse con motivo de este Evangelio. Sabemos que para Dios es más importante la actitud del corazón que da que la cuantía o el valor de la ofrenda. Sabemos que revela más sobre la persona y su actitud cuánto es lo que se queda para sí, que cuánto es lo que entrega. Y sabemos que, en el fondo, quien se siente orgulloso o se justifica por el valor de lo que da, a lo sumo pretende que sus riquezas no le perjudiquen, pero no que le aprovechen, como dice San Agustín.
A mí me asombra de este pasaje del óbolo de la viuda la actitud contrapuesta que el Señor nos muestra en los escribas y en la viuda. Los primeros muestran con claridad que piensan y sienten que se bastan a sí mismos, no necesitan del prójimo (salvo para aprovecharse de él), ni tampoco de Dios: se sienten salvados por su propia vanidad. En cambio, la viuda ejemplifica la actitud vital de quien ha descubierto y llega a sentir con claridad que no puede salvarse a sí misma. Por ello sus expectativas las pone en Dios, en él deposita su confianza entera, y por eso no duda en ofrecer todo lo que tiene.
Creo que ésa es la propuesta, la alternativa, que ésta sociedad nuestra necesita ver en nosotros, los cristianos. Necesita que demos testimonio de otra forma de vivir y afrontar los asuntos, de una lógica que no es la de la recompensa que obtendré por el esfuerzo o el sacrificio que ofrezco. Por el contrario, la propuesta del Evangelio es la única forma de comportarse que tiene sentido para quien sabe que nada de lo esencial depende ni dependerá de mí mismo, de mis méritos o de mis logros. De quien sabe lo que dice cuando afirma que Dios es su roca, su fortaleza y su única y verdadera seguridad. De quien se reconoce gozosamente necesitado de su Padre.
Yo le doy gracias a Dios por tantas y tan variadas formas en las que Él nos ha mostrado ésta verdad que es profundamente liberadora. Y le pido que sostenga siempre a todas las personas que con su testimonio vivo nos descubren esa luz a los que tanto necesitamos de ella.

(matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana)
Muchas veces tenemos que reconocer que a quien más queremos es a uno mismo. Del amor que nos sobra, lo damos a quienes más queremos, probablemente familia, amigos, compañeros, en ese orden más o menos. Y si acaso nos sobrara algo, lo dedicamos a los “otros”, a los que no conocemos, a los más desfavorecidos, de forma puntual normalmente. Sabemos que estas generalizaciones son injustas, que muchas veces donamos a los demás, a todos, no lo que nos sobra, sino lo que tenemos. Y es curioso, como el amor es lo único que se te devuelve multiplicado cuando lo donas todo. Reflexionando a quién donamos todo nuestro amor, a quién nos damos del todo son nuestros hijos, por la edad en la que están, los destinatarios casi de toda nuestra vida. Quizás nuestros mayores son con los que menos paciencia tenemos y a los que damos más sobras. Y en cuanto a nosotros, nuestro matrimonio, lo, tenemos que tener muy presente el ser generosos el uno con el otro, porque la confianza, el vivir lo mismo, el disculparnos o justificarnos, hace que nos regalemos solo lo que nos sobra, aunque es un tiempo de calidad, tenemos que buscarnos, cuidarnos, y “echar todo lo que tenemos para vivir”.

(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
Después de varios años me he reincorporado a la vida laboral. Esto supone mucha generosidad por parte de toda la familia. Por mi marido porque supone un arrimar más aún el hombro por su parte y reajustar horarios que ya de por si son bastante sacrificados. Por nuestros hijos, primero porque mamá ya no está para todo y me van a ver menos horas como me decía uno de ellos; porque tendrán que resolver “sus problemas” ayudándose unos a otros; y porque tendrán que colaborar mucho más que antes en nuestra casa. Suele parecer que uno ya está dando el 100% y llega cualquier contratiempo, cualquier necesidad, cualquier toque por parte de los hermanos y hay que sacar de donde parecía que no había, tiempo, fuerzas, dinero, cariño, esperanza, amor, fe. Seguro que siempre nos quedarán dos monedas en el bolsillo para ofrecer a los demás.
PARA REZAR
(hombre, casado, trabaja, con dos hijos)
Perdón, Padre, cuando me atenazan las cosas y me aferro a bienes que no me colman...
Perdón, Señor, por sentirme a veces preso del “tener”, de la posesión de aquello que con el tiempo perece, se devalúa y no perdura...
Perdón, por sentirme atropellado por la inercia de nuestro tiempo, empujado por corrientes que no sienten tu Palabra...
Ayúdame, a descubrir lo importante, a llenarme de vida que dar, a dar para llenarme de vida...
Que me mueva la pasión por entregarme, que no me reserve nada, ni para nada...
Padre, que me ilumine tu Mensaje, que me deslumbre el testimonio de aquellos que se dan por entero, sin miedo, sin temor, porque esperan en Ti y Contigo...
Dios mío, que amparado en mi confianza en tu Amor,
Sereno en la Paz de contar Contigo,
que mi camino sea por los demás, hacia los demás...
que mis pasos me lleven a alargar la mano, a despojarme de los pesos de mi vida,
y ligero de lastres, darme, dar lo que soy, que es lo que tengo...
Perdón, Señor, por sentirme a veces preso del “tener”, de la posesión de aquello que con el tiempo perece, se devalúa y no perdura...
Perdón, por sentirme atropellado por la inercia de nuestro tiempo, empujado por corrientes que no sienten tu Palabra...
Ayúdame, a descubrir lo importante, a llenarme de vida que dar, a dar para llenarme de vida...
Que me mueva la pasión por entregarme, que no me reserve nada, ni para nada...
Padre, que me ilumine tu Mensaje, que me deslumbre el testimonio de aquellos que se dan por entero, sin miedo, sin temor, porque esperan en Ti y Contigo...
Dios mío, que amparado en mi confianza en tu Amor,
Sereno en la Paz de contar Contigo,
que mi camino sea por los demás, hacia los demás...
que mis pasos me lleven a alargar la mano, a despojarme de los pesos de mi vida,
y ligero de lastres, darme, dar lo que soy, que es lo que tengo...
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Te damos Gracias, Señor, porque Tú nos enseñas
a ser personas sencillas y de corazón generoso
capaces de compartir nuestros bienes, tiempo y vida.
Gracias por tantas personas buenas y humildes
que Tú pones en nuestra vida para mostrarnos
que amar es darse por entero y entregarse gratuitamente.
Haz que aprendamos de Ti a ser personas sensibles y observadoras
para saber mirar la realidad de nuestro mundo
y así poder ver las necesidades de nuestros hermanos.
Danos Tú, Señor, la capacidad de compartir
los bienes que necesitamos en vez de aquello que nos sobre,
para así estar más cerca de Ti y de nuestros hermanos.
Tú que eres Bueno y Misericordioso,
líbranos de la tentación del consumismo, la avaricia
y de ser injustos en nuestro modo de actuar.
Apártanos Tú, Señor, de la tentación de aferrarnos
a la seguridad que nos dan los bienes materiales
y que nos hacen insensibles las necesidades básicas
de las personas que sufren pobreza y marginación social.
Enséñanos Tú a confiar en tu Providencia, y recuérdanos siempre
que, si compartimos, seremos más libres y felices. Amén.
a ser personas sencillas y de corazón generoso
capaces de compartir nuestros bienes, tiempo y vida.
Gracias por tantas personas buenas y humildes
que Tú pones en nuestra vida para mostrarnos
que amar es darse por entero y entregarse gratuitamente.
Haz que aprendamos de Ti a ser personas sensibles y observadoras
para saber mirar la realidad de nuestro mundo
y así poder ver las necesidades de nuestros hermanos.
Danos Tú, Señor, la capacidad de compartir
los bienes que necesitamos en vez de aquello que nos sobre,
para así estar más cerca de Ti y de nuestros hermanos.
Tú que eres Bueno y Misericordioso,
líbranos de la tentación del consumismo, la avaricia
y de ser injustos en nuestro modo de actuar.
Apártanos Tú, Señor, de la tentación de aferrarnos
a la seguridad que nos dan los bienes materiales
y que nos hacen insensibles las necesidades básicas
de las personas que sufren pobreza y marginación social.
Enséñanos Tú a confiar en tu Providencia, y recuérdanos siempre
que, si compartimos, seremos más libres y felices. Amén.
PARA VIVIR ESTA SEMANA
(matrimonio, tres hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Para poner en práctica este evangelio, tratemos esta semana de hacer pequeños actos de amor, pero intentando que nadie se dé cuenta de que lo hemos hecho nosotros. Vamos a hacerlos a escondidas, o simplemente nos vamos a hacer los despistados cuando alguien pregunte quien hizo esto o lo otro. De esa forma, experimentaremos la gran alegría que proporciona el Señor cuando hacemos las cosas sin esperar nada a cambio, ni siquiera a que nos reconozcan los demás que lo hacemos por amor. Os ponemos algún ejemplo sencillo: -cuando vamos a un restaurante y vemos que hay una silla que le coincide la pata de la mesa. Escogemos el sitio y luego si alguien pregunta le decimos que no nos hemos dado cuenta. - si hay un dulce que está riquísimo y a otro le encanta también, se lo ofrecemos, diciendo que no nos apetece demasiado. Y practicar sobre todo la humildad.
PARA CANTAR
(mujer, casada, una hija, trabaja, cantaautora, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana)
Dos actitudes: el afán de protagonismo sumado al acumular del letrado, frente a la generosidad y solidaridad total de la viuda. ¿a quién nos parecemos más? Dejemos caer la venda que nos ciega, dejemos abierto y disponible nuestro corazón, y aprendamos a ver las cosas como las Ve Dios y amar a todos como Él nos ama.
Ciertamente, sólo hay una cosa importante. La hermana Glenda nos lo dice cantando: "aunque lo demás se presente urgente", al escuchar la Palabra, debemos tomar la decisión de cuál debe ser nuestra actitud en esta vida.
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