Evangelio del domingo 7 de febrero, V del tiempo ordinario
EL EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes.
Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Rema mar adentro, y echad las redes para pescar."
Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes."
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador."
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres."
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor
NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)
En un versículo anterior, Jesús se siente "enviado a predicar el Reino de Dios en otras ciudades", de ahí que le veamos enseñando la "palabra de Dios" (primera vez que Lucas llama así a las palabras de Jesús) a la gente ansiosa de ella. De ahí también que asocie así a otros para que sean con Él " pescadores de hombres", es decir, para ganar adeptos al Reino. Los llamados son los "socios" de dos barcas de pesca, al menos: Simón-Pedro (su hermano Andrés, que debe estar, no es mencionado: Lucas siempre destacará la figura de Pedro), Santiago y Juan; los cuales "dejan todo" su mundo y "lo siguieron" (término propio de discipulado, que Lucas usa por primera vez).
Simón-Pedro ya había visto (en el capítulo anterior) cómo Jesús cuando curó a su suegra en su casa de Cafarnaúm, por ello se presta a las peticiones de Jesús. lo embarca, y luego vuelve a echar las redes. Ante el nuevo milagro experimenta los sentimientos característicos -la indignidad, la reverencia- de quien se descubre ante la presencia de Dios, del Señor.
PARA VER
(autorizado por el autor, Pachi en www.diocesismalaga.es)

DESDE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
(matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana)
Este fin de semana, una de nuestras madres cumple 80 años. No sin dificultades, ya que quedó viuda muy joven, al cuidado de cuatro hijos, más dos sobrinas a las que adoptó por el fallecimiento de un hermano, sacó adelante a todos, con tesón, con confianza, pero sobre todo con mucho amor. Nos hemos reunido todos para hacernos una foto, la familia ha crecido mucho, ya no son cuatro hijos, son más, porque hay otros hijos que comparten la vida y forman parte de esta familia, también hay nietos y a su vez, estos nietos también llegan con las personas con las que comparten un proyecto común de vida. Viendo la foto de toda la familia y viendo la cantidad de personas a las que, gracias a Dios, invitaremos para celebrar la fiesta de cumpleaños, descubrimos que, aunque una vez se pasó la noche bregando y no consiguió nada, todo lo contrario, sufrió dolor y numerosas dificultades; sin embargo, con la confianza en que Dios saldría en su ayuda, siguió bregando, remó mar adentro y esta familia, que ahora se reúne, rebosa de “peces”, rebosa de cariño, rebosa de esperanza, de vida. Que sigamos confiando en el Señor y, siguiendo el testimonio de esta madre luchadora, no seamos incrédulos como Simón Pedro y echemos redes, sigamos bregando y nadando mar adentro, con la esperanza de que Dios dará fruto abundante a nuestra familia.
DESDE LOS ABUELOS
(matrimonio, jubilados, ocho nietos, pertenecen a grupo de matrimonios)
Del relato de Lucas se desprenden, fundamentalmente, dos realidades, la primera: la fe y confianza que los discípulos tenían en Jesús y la segunda: la disponibilidad y el desprendimiento que demostraron para seguirlo. La fe y la confianza sólo fiándose de su palabra. Pongámonos en el lugar de los apóstoles, volver a intentar pescar, después de haberlo hecho, infructuosamente, durante todo el día, con el cansancio y el agotamiento que eso debió suponer. La disponibilidad y el desprendimiento al dejar todo lo que había supuesto su vida entera, hasta ese momento, para seguirle, en una aventura que se presentaba bastante problemática. Y ellos no conocían, como nosotros, la vida y milagros de Jesús.
¿Cómo actuamos nosotros ante la llamada, a través de nuestras conciencias, para trabajar en favor de nuestros hermanos más necesitados? Y ¿Qué apego tenemos a todo lo que es nuestro mundo de consumismo feroz cuando Cristo nos pide que lo sigamos?, aunque solo sea a pequeñas o medianas renuncias y no con la radicalidad con la que lo pidió a los apóstoles.
La Palabra de Dios nos interpela constantemente, al hilo de los acontecimientos cotidianos. Sin ir mas lejos frente a la tragedia que vive el pueblo haitiano.
Nosotros tratamos de influir en nuestros nietos, para que no se apeguen en exceso a la palabra “MI”, mi casa…, mi juguete…, mi dinero…. Hemos de ser desprendidos ante la tragedia del hermano.
DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
¿Quién no tiene un día torcido? Los niños también: ¡Hoy todo me sale mal! ¡Qué difícil es la tarea! ¡Me enfadé con mi mejor amigo! A ellos les parece que nada tiene solución y suelen ir a hundirse en el sofá. A los adultos también nos pasa y cada uno tiene su forma de limpiar las redes, de pasar página de ese día torcido cuando llegamos a casa al final de la jornada (nos preguntamos el porqué, salimos a hacer deporte, chateamos, limpiamos la casa, nos tomamos un tentempié…). Ahora Jesús nos interpela: Echa las redes. Coge las dificultades y haz escalones con ellas. Nuestros hijos aprenderán, no si nos ven tomarnos las cosas con serenidad, con paciencia, poniendo soluciones, sino haciéndolo con ellos, al mismo tiempo que ellos. Todos sabemos que aprendemos más, somos más creativos y miramos más a nuestro alrededor cuando tropezamos y nos volvemos a levantar, que ante un camino llano y sin dificultades. Si nos damos cuenta de nuestra pequeñez con cuánta más fe aún nos sentiremos y seremos misioneros en el entorno que nos ha tocado vivir.
PARA REZAR
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Señor, te damos Gracias porque Tú nos has llamado y nos has elegido
para estar contigo, escuchando Tu Palabra, y para ser enviados
a realizar la misión de colaborar contigo en tu Plan de Salvación para todos.
¡Tu llamada cambia nuestro estilo de vida y transforma nuestro corazón!
Nosotros queremos aceptar Tu Palabra de Vida
y acogerla con valentía en nuestro interior
para que Ella transforme nuestros miedos y temores
en confianza y esperanza, mediante la Fuerza
que Ella transmite en la profundidad de nuestro corazón.
Haz Tú, Señor y Dios nuestro, que por Tu Palabra
seamos capaces de aceptar con ilusión y con ganas,
la misión a la que Tú nos envías cada día, en nuestra vida cotidiana,
para seguirte siendo buenos y fieles discípulos tuyos,
y transmitiendo con alegría tu Evangelio a todas las personas.
Dios, Padre Bueno y Misericordioso,
no nos dejes caer en la tentación del desánimo ni del cansancio.
¡Aumenta Tú, Señor, nuestra fe
y enséñanos a confiar plenamente en Ti, a través de Tu Palabra!
¡Que por Tu Palabra siempre seamos capaces de hacer Tu Voluntad,
a pesar de nuestras dudas, debilidades y dificultades! Amén.
PARA VIVIR ESTA SEMANA
(matrimonio, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Cuánto y cuántas veces andamos angustiados, afanándonos en una y mil cosas. En todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida. Y en todo lo que ponemos nuestras manos queremos obtener frutos, que la “pesca sea abundante”…A veces creemos que trabajar mucho, andar ocupado en mil cuestiones y querer buenos resultados, es construir el REINO DE DIOS, y sin embargo, estamos construyendo nuestro propio reino, porque quiero ser alabado y reconocido por lo que hago, porque quiero obtener beneficios, porque quiero sentirme importante, inteligente, bueno….
Para que todo lo que hacemos se oriente hacia el REINO DE DIOS, no podemos olvidarnos en ese ir y venir, de dejarnos acompañar por Aquel en el que debemos depositar nuestra confianza. Hemos de dejarle que suba a “la barca de nuestra vida” como subió a la de Simón, y nos acompañe. Desde la profunda escucha de sus enseñanzas, aceptando su misión, todo será distinto. Nos ayudará a mirar con otros ojos y a considerar importantes otras cuestiones…
“Apártate de mi Señor porque soy un pecador” dijo Simón. Y nosotros decimos “Señor, no pares de venir a nuestras vidas” por las mismas razones.
Durante esta semana os proponemos, esforzarnos en cumplir con nuestras obligaciones y responsabilidades, desde la fe y la humildad, sabiendo y siendo conscientes de que cuando lo que hacemos es POR EL REINO, nuestros esfuerzos son bendecidos, aunque no nos demos cuenta.