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Evangelio del domingo 29 de marzo, 5º de Cuaresma

Coordinadora de Evangelio Seglar -
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Elige el comentario que quieres leer: Matrimonio y familia, Educación de los hijos,Trabajo, Social,
Reza con esta Oración a propósito del Evangelio.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 12,20-33

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: "Señor, quisiéramos ver a Jesús." Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: "Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.
Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre." Entonces vino una voz del cielo: "Lo he glorificado y volveré a glorificarlo." La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: "Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí." Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

Palabra del Señor


DESDE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
(matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana)
Normalmente escuchamos cosas como "cuídate tú", "piensa primero en ti, para poder pensar en los demás", "quiérete". Pero aunque como templos de Dios debemos cuidar nuestra salud, aunque como esposos debemos gustarnos para gustar al otro (todo dentro de una moderación razonable), en el matrimonio, en una pareja, en la familia, siempre tienes presente al otro antes que a ti mismo. Jesús ya lo tuvo claro, no sólo con las palabras, sino especialmente con su vida, con sus obras, con su muerte. Puso al otro el primero de sus preferencias, por encima de Él mismo. Y esto lo entienden las madres generosas y desinteresadas con el amor a sus hijos. Y eso lo entienden los hijos cuidando de sus mayores, incondicionalmente. Y eso lo viven los esposos que no piensan sino en cómo amar más a su compañero o a su compañera. Solo dejándote el alma, el tiempo, la salud, el dolor, el amor, junto al otro, es cuando de verdad, entiendes y vives lo que dijo y lo que hizo Jesús.

DESDE LO SOCIAL
(hombre, casado, espera tercer hijo, trabaja, miembro activo de dos movimientos sociales, pertenece a comunidad cristiana
"Ahora muchas almas están agitadas" ante la incertidumbre que depara el porvenir (paro, precariedad, exclusión, hambre, violencia, muerte). Todos pedimos que nos libre de "esta hora amarga". La respuesta de Dios es inequivoca: "nos glorificará". No nos va a librar de esta situación, pero se pondrá a nuestro lado para sufrir y luchar.
Sólo muriendo a lo viejo podremos renacer a los nuevo. Lo viejo es una sociedad dominada por el egoismo y el propio interés, lo nuevo es una sociedad donde el prójimo (el último) esté en el centro de las políticas económicas y sociales. Lo viejo es ponerle precio a todo (el mundo como gran mercado aparentemente libre), lo nuevo es primar, valorar y proteger la dignidad humana (trabajo, vida, recursos naturales, educación, sanidad...). Lo viejo es resignarse a que vivimos en el mejor mundo posible, lo nuevo es creer que otro mundo es posible, imprescindible y urgente. ¿Seremos capaces de vivir centrados en los demás, defendiendo lo común aún en contra de "mis intereses" y a no resignarnos?. Sólo es fecundo el grano que muere. Solo es fecunda la vida que muere a sí misma, que se llena de otras vidas.

DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
“Si alguno quiere servirme…” Jesús nos invita, no nos impone. Nos dice con claridad que hemos de morir desde dentro para revivir y dar fruto. Se acaba la Cuaresma. Donde primero tenemos que haber visto que Jesús nos quiere a cada uno es en casa. Reñir, pero con amor. Perdonar, pero sin rencor y sin recordar metiendo el dedo en la herida. Rezar, compartiendo nuestra vida. Ayudando, sin decir qué bueno soy. Dialogando, escuchando al otro. Llevar nuestras cruces de cada día, con alegría y paz porque Él nos sostiene. Consolar, desde Su Luz. Dando, aunque parezca que ya no podemos dar más. Algún día lo hemos conseguido y nos hemos ido con una sonrisa a dormir ¿por qué no seguir intentándolo?

DESDE EL TRABAJO
(matrimonio, ambos  empleados de empresa;  pertenecen a comunidad cristiana)
En este difícil Evangelio se distinguen dos partes muy diferenciadas y que parecen no tener relación: una petición y la ¿respuesta?
En primer lugar unos griegos vienen de lejos para conocer a Jesús, quieren hacerlo y ven la oportunidad en la fiesta de la Pascua, aprovechan la oportunidad y así lo piden.
Por otro lado cuando Jesús recibe esta petición responde con otra historia, en lugar de ver cómo comienza a arrastrar a la gente y aprovechar el tirón decide dejarse matar porque es la voluntad del Padre; los que le rodeaban se tuvieron que quedar con la boca abierta. Una decisión totalmente inesperada y fuera de toda lógica, al menos de nuestra lógica.
Como los griegos nosotros tenemos que aprovechar todas las oportunidades que tenemos en nuestro trabajo para que no suponga perder vida y en estas decisiones que podamos tomar no debemos dejarnos llevar por la lógica general sino tomar las decisiones basadas en Dios, aunque descuadre a todo el mundo



PARA REZAR
(hombre, casado, trabaja, con un hijo)

Señor que me inquiete conocerte y sentir que me conoces,
que te busque para encontrarme contigo, en mis silencios, también en mis ruidos,
Que me impulse el darme generosamente al estilo de Jesús,
pero que me entregue en tu nombre para que todo sacrificio y esfuerzo sea fecundo...
Que en mi vida glorifique tu nombre por lo que soy, y después por lo que hago...
Perdona mis debilidades, mis miedos, mis dudas, mi comodidad...
Agita mi corazón, Señor, para que la salvación regalada siga hoy dando fruto en mí.
Para que el testimonio de tu Hijo doliente, encienda siempre la llama del afecto, de la sensibilidad con los necesitados,
de la cercanía con el afligido, de la solidaridad con el sufriente...
Despierta mi alma, Padre, sopla a mi corazón adormecido para recordar que cada día entregas a tu Hijo, en el hambre,
en el desencuentro, en la disputa, en el odio...
Para que jamás olvide que he de seguir caminando, que he de continuar presto a ser tu instrumento, tu voz, tus manos...
Débil, pobre, pequeño... pero Tuyo.

    
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