Evangelio del domingo 26 de abril, tercero de Pascua
Lee el Evangelio de este domingo
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 24,35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a vosotros." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo." Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tenéis ahí algo de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto."
Palabra del Señor
DESDE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
(matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana)
El otro día charlando entre nosotros, comentábamos lo difícil que están todas las circunstancias: crisis económica, falta de valores, problemas con los jóvenes, falta de credibilidad de la iglesia o desprestigio de la misma en los medios de comunicación, etc. Todas estas cuestiones te hacen dudar sobre nuestro papel en la familia, en nuestro trabajo, en la sociedad en general. Además nos deja un poco atónitos, como incluso dice la lectura. Entendemos perfectamente como se pudieron haber sentido los discípulos, desorientados, como a veces nosotros, con mucho miedo. Curiosamente, uno de nosotros es más resolutivo, el otro es más miedoso, le da a cualquier cuestión miles de vueltas antes de tomar una decisión, (nos complementamos bien). Sin embargo, también en esa conversación, nos dimos cuenta, lo necios que somos y las veces que nos olvidamos de El. Él, que alivia, Él, que serena, Él, que nos hace confiar, Él, que hace familia con nosotros, Él, que vive en nuestra casa. Cuánto nos queda por entender, por comprender, por abrir nuestra mente para poder sentir que Dios vivo está más cerca de nosotros, de lo que creemos.
DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
Algunas veces nuestros hijos mayores nos preguntan que por qué si ya estamos ocupados, nos comprometemos en algún proyecto, ya sea de tipo social o religioso, vamos a concentraciones de denuncia (la última la de provida toda la familia), o a reuniones que nos quitan tiempo. La respuesta está en la Pascua. Si Jesús está resucitado esta alegría la tenemos que anunciar. Si no podemos gritarlo, por lo menos salir de nuestra casa y estar presentes en el mundo; si no podemos comprometernos en horas, por lo menos apoyar en conciencia. Si CREEMOS, tenemos que ser testigos de la Resurrección, viviendo lo que pensamos (se tiene que notar en hasta en nuestra serenidad y nuestra sonrisa), lo que decimos (hasta haciendo declaraciones cuando tenemos la oportunidad en radio, prensa, TV), lo que hacemos (en nuestros compromisos familiares, laborales, sociales, políticos). Él ya nos dará la fuerza.
DESDE LAS RELACIONES PERSONALES
(matrimonio,trabajan ambos, pertenecen a grupo cristiano)
Cuando se presenta Jesús ante los discípulos se sorprenden, creen ver un fantasma. Sin embargo Él les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Los discípulos le habían oído durante mucho tiempo, pero no le habían entendido. Cuántas y cuántas veces oímos a los demás sin entender porqué estamos inmersos en nosotros mismos, en nuestras opiniones. Cuántas y cuántas veces ellos nos oyen sin escuchar. Cuesta mucho salir de uno mismo, de lo que soy, de lo que pienso, creo y siento para adentrarse en aquello que el otro te está narrando. Cuesta mucho abrirse, empatizar hasta el extremo de hacerse uno con el otro. Es difícil creer y confiar, aprender a escuchar desde lo que el otro es, desde lo que hace, desde su propia vida.
El entendimiento de los discípulos surge tras el DIÁLOGO con Jesús. Atrevámonos a un diálogo sincero con los demás. Atrevámonos a un diálogo sincero con el “Evangelio”, con Jesús, con Dios Padre. Solo desde esa apertura lograremos el entendimiento y desde él nuestro crecimiento personal.
Elige el comentario que quieres leer: Matrimonio y familia, Educación de los hijos, Relaciones personales.
Reza con esta Oración a propósito del Evangelio.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 24,35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a vosotros." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo." Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tenéis ahí algo de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto."
Palabra del Señor

(matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana)
El otro día charlando entre nosotros, comentábamos lo difícil que están todas las circunstancias: crisis económica, falta de valores, problemas con los jóvenes, falta de credibilidad de la iglesia o desprestigio de la misma en los medios de comunicación, etc. Todas estas cuestiones te hacen dudar sobre nuestro papel en la familia, en nuestro trabajo, en la sociedad en general. Además nos deja un poco atónitos, como incluso dice la lectura. Entendemos perfectamente como se pudieron haber sentido los discípulos, desorientados, como a veces nosotros, con mucho miedo. Curiosamente, uno de nosotros es más resolutivo, el otro es más miedoso, le da a cualquier cuestión miles de vueltas antes de tomar una decisión, (nos complementamos bien). Sin embargo, también en esa conversación, nos dimos cuenta, lo necios que somos y las veces que nos olvidamos de El. Él, que alivia, Él, que serena, Él, que nos hace confiar, Él, que hace familia con nosotros, Él, que vive en nuestra casa. Cuánto nos queda por entender, por comprender, por abrir nuestra mente para poder sentir que Dios vivo está más cerca de nosotros, de lo que creemos.

(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
Algunas veces nuestros hijos mayores nos preguntan que por qué si ya estamos ocupados, nos comprometemos en algún proyecto, ya sea de tipo social o religioso, vamos a concentraciones de denuncia (la última la de provida toda la familia), o a reuniones que nos quitan tiempo. La respuesta está en la Pascua. Si Jesús está resucitado esta alegría la tenemos que anunciar. Si no podemos gritarlo, por lo menos salir de nuestra casa y estar presentes en el mundo; si no podemos comprometernos en horas, por lo menos apoyar en conciencia. Si CREEMOS, tenemos que ser testigos de la Resurrección, viviendo lo que pensamos (se tiene que notar en hasta en nuestra serenidad y nuestra sonrisa), lo que decimos (hasta haciendo declaraciones cuando tenemos la oportunidad en radio, prensa, TV), lo que hacemos (en nuestros compromisos familiares, laborales, sociales, políticos). Él ya nos dará la fuerza.

(matrimonio,trabajan ambos, pertenecen a grupo cristiano)
Cuando se presenta Jesús ante los discípulos se sorprenden, creen ver un fantasma. Sin embargo Él les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Los discípulos le habían oído durante mucho tiempo, pero no le habían entendido. Cuántas y cuántas veces oímos a los demás sin entender porqué estamos inmersos en nosotros mismos, en nuestras opiniones. Cuántas y cuántas veces ellos nos oyen sin escuchar. Cuesta mucho salir de uno mismo, de lo que soy, de lo que pienso, creo y siento para adentrarse en aquello que el otro te está narrando. Cuesta mucho abrirse, empatizar hasta el extremo de hacerse uno con el otro. Es difícil creer y confiar, aprender a escuchar desde lo que el otro es, desde lo que hace, desde su propia vida.
El entendimiento de los discípulos surge tras el DIÁLOGO con Jesús. Atrevámonos a un diálogo sincero con los demás. Atrevámonos a un diálogo sincero con el “Evangelio”, con Jesús, con Dios Padre. Solo desde esa apertura lograremos el entendimiento y desde él nuestro crecimiento personal.
Si te ha gustado, compártelo: