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Evangelio del domingo 14 de febrero, VI del tiempo ordinario

Coordinadora de Evangelio Seglar -

EL EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 17. 20-26

En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: "Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis.
Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis.
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas."

Palabra del Señor

NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)

El texto proclama cuatro bienaventuranzas en paralelo con cuatro malaventuranzas, de notables diferencias con las de Mateo y quizá más antiguas.
Todas implican al auditorio con el pronombre "vosotros". Entre los destinatarios de Lucas parece haber grandes diferencias sociales.
Anuncian un cambio entre la situación de "ahora" y la del futuro, lo que para unos es una buena noticia y para otros una maldición. Es Dios el que va a invertir la situación, actuando así como el rey justo dibujado en el Antiguo Testamento; por tanto, Jesús está comunicando el dinamismo del Reinado de Dios, misión para la que ha venido, y cuyo comienzo proclamó en la sinagoga de su pueblo.
Sin embargo, la primera bienaventuranza, dirigida a los pobres (no "de espíritu" como en Mateo), anuncia un don para ese momento (no para el futuro): "vuestro es [en presente] el Reino de Dios". Lo mismo pasa con la primera maldición, dirigida a los ricos.
La liturgia ha añadido a la perícopa un versículo del texto precedente, que detalla cómo Jesús habla desde un llano, tras bajar del monte donde había instituido los Doce.

PARA VER
(por Pachi en www.diocesismalaga.es)


DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
En el momento actual los padres podemos estar pecando en centralizar la educación de nuestros hijos en la parte académica. Fijarnos solamente en que saquen buenas notas o en que se aprendan de memoria la geografía de un país o las tablas de multiplicar no es beneficioso ni para ellos ni para su entorno. Dedicar tiempo en educarlos en valores no se palpa en un examen ni en el consiguiente boletín de notas, pero si en su desarrollo moral. Que a medida que van creciendo vayan pasando por las etapas del te obedezco para hacerte feliz, si tú me das yo te doy, las normas de mi grupo son las más importantes, soy responsable y sé lo que hago, darse cuenta que los demás tienen derechos, llegando finalmente a compartir y vivir que todos somos iguales, sin quedarse estancados en las anteriores. Como padres nos cuesta porque hay que estar pendientes todos los días. Reforzar lo positivo, lijar lo que se desvía, eliminar aquello que no es correcto. Con lo fácil que es que ellos hagan lo que quieran. Ojalá les podamos dejar en herencia los valores evangélicos y que ellos los vivan.


DESDE LAS PERSONAS SIN HOGAR
(hombre, casado, trabaja, pertenece a comunidad cristiana, voluntario de patrulla de calle en ONG católica)
Sólo una calle separa el portal de mi edificio del lugar donde cada noche, habitualmente entre cartones y ocasionalmente bajo una manta, pernocta Miguel. Debe rondar los sesenta y cinco años, aunque su poblada barba, su espalda ligeramente encorvada y las arrugas de su rostro, le dan la apariencia de un octogenario. Bajo una andrajosa vestimenta, pasea cada día su indigencia por las calles del barrio, rehuyendo a los que se le acercan a darle una limosna que no ha pedido. Siempre solo y sin que se le recuerde conversación alguna, su presencia no deja a nadie indiferente, pues a su paso deja los sentimientos y juicios más encontrados. Miguel es sin duda uno de los destinatarios de las palabras del evangelio de esta semana, pues en él confluyen la pobreza, el sufrimiento, el hambre y el desprecio al que Jesús hace referencia. Sin embargo, creo que estaría interpretando erróneamente las bienaventuranzas, si creyese que lo único que hace Jesús es prometer una recompensa futura a los que les ha tocado vivir en desgracia. Si bien es cierto que muchas personas se han ido y se seguirán yendo de esta vida sin conocer otra cosa que el sufrimiento, creo que cristianamente no es entendible confiar todo a unas palabras balsámicas sobre el futuro. El cielo sin duda empieza aquí, ahora, y aunque suene a quimera, la realidad de miles de personas como Miguel sería bien distinta, si todos hiciésemos un esfuerzo por vivir evangélicamente.


PARA REZAR
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Señor, Dios nuestro, tú lógica no es la de nuestro mundo
y tu Mensaje de Vida resulta desconcertante
en la sociedad en la que trabajamos y vivimos.
Para Ti, Señor, son dichosos todos aquellos
a los que nuestra sociedad rechaza cada día…
¡Qué grande es tu Misericordia, Señor!
Tú nos invitas a seguirte mediante una vida sencilla y austera,
luchando día a día por la defensa de justicia en el mundo.
¡Gracias, Señor, porque Tú transformas nuestros corazones!
Perdónanos, Padre Bueno, por aquellas ocasiones
en las que no te comprendemos ni escuchamos tu mensaje,
y nos alejamos de Ti y de la Felicidad que Tú nos ofreces cada día.
Te damos Gracias porque Tú nos permites seguirte a Ti,
que estás presente y te manifiestas en nuestra propia fragilidad
y que nos acompañas en cada momento y situaciones de nuestra vida,
consolándonos en los momentos de dolor y sufrimiento
y alentándonos en todos los momentos de dificultad o debilidad.
¡Gracias, Padre Bueno y Misericordioso, porque nos enseñas
el camino seguro para ser Feliz siguiéndote a través de tu Evangelio!
¡Gracias porque Tú pones a nuestro alcance tu Reino de Vida
y nos invitas a seguirte para alcanzar la Salvación que Tú nos das!  Amén.


PARA VIVIR ESTA SEMANA
(matrimonio, tres hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Estamos viendo esta semana, el meollo del mensaje de Jesús. Quien no sea capaz de vivir las bienaventuranzas, no ha comprendido nada de lo que Jesús nos enseñó. Y es que tanto nos quiere el Señor, que no sólo dio la vida por nosotros, sino que nos dejó lo más preciado, la fórmula para que en nuestra vida seamos felices. Incomprensiblemente, cuando tratamos de hacer lo contrario de lo que nuestro ser egoísta nos pide, experimentamos una felicidad inusitada. Cuando tratamos de morir a nuestro yo, cuando intentamos amar concretamente al prójimo, cuando esos dolores, físicos o psíquicos, que tenemos a lo largo del día, los ponemos en ultimo lugar y sobreponiéndonos, ponemos una cara amable, un gesto agradable, un detalle pequeño pero sentido... todo cambia, el dolor no desaparece, pero amar al otro a pesar del dolor, ¡amigo, eso vale doble y el Señor, nos recompensa con creces.
No esperemos grandes dolores, son las pequeñas incomprensiones, los imprevistos del día, ese dolor de muelas... esos, vividos por amor, sin reflejarlo en nuestra cara, siguiendo a "pecho descubierto" ...ese es el gran secreto de los cristianos. Aprovéchalo, que tú ya lo sabes hacer, basta que seamos constantes.
 
PARA CANTAR
(mujer, casada, una hija, trabaja, cantaautora, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana)
Hoy quisiera orar con esta canción de Fray Nacho "Sigo aquí", porque las bienaventuranzas siguen siendo la piedra en la que nos damos traspiés constantemente en nuestro camino: seguimos buscando no ser pobres, ser felices, ser bien valorados, ir con la corriente del mundo... y eso no nos acerca a Jesús.

    
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