La periodista Els de Temmerman ha revelado el drama de ¡os niños y niñas soldado de Uganda. Su libro, editado en Italia, se titula «Le ragazze di abroke» (Las muchachas de Abroke). En él ofrece dos testimonios de estas muchachas y el de un niño guerrillero y describe la lucha de la Hermana Ráchele para liberar a las niñas, que estaban en manos del Ejército de Resistencia del Señor (IRA). La religiosa comboniana logró rescatar a 109 de ellas, pero de otras 30 se perdió el rastro. Por su pane, la autora del libro ha fundado en Uganda dos ONGs, con objeto de solucionar o paliar esta tragedia. Ofrecemos a los lectores de IRIS las escalofriantes declaraciones de Temmerman a la Agencia Zenit.
¿Cómo se involucró en la tragedia de las adolescentes de Aboke?
Supe esa historia al visitar el norte de Uganda en diciembre del 1998 como periodista. En un jardín de un asistente social conocí a un chico que vivió secuestrado durante años, y que a su vez se vio forzado a secuestrar a las chicas de Aboke. Él me contó historias horribles y pensé: «Si es cierto, ¿cómo permitir que el mundo lo ignore?». Sentí que era mi responsabilidad ante los problemas de estos chicos y chicas. El muchacho se detuvo en la historia de la hermana o Ráchele Fassera, religiosa italiana que ofreció su vida a cambio de 139 de las chicas secuestradas. Admiro el coraje de esta religiosa. Pensé que ella podría servir de puente entre Europa y África para mi libro.
¿La tragedia habría sido peor sin las religiosas combonianas?
Ciertamente. La hermana se las arregló para rescatar a 109 de las muchachas. Lamentablemente, tuvo que dejar atrás a otras 30. Durante años, ha hecho campaña por el mundo pidiendo la liberación de estas chicas. Visitó a Juan Pablo II, a Kofi Annan, Bill Clinton y Nelson Mándela, así como a los presidentes de Sudan, Uganda, Libia y Zimbabwe. El secuestro de Aboke fue el primero en el norte de Uganda que tuvo eco internacional, gracias a los esfuerzos de la hermana Ráchele y de su congregación.
¿Cómo decidió usted crear las dos ONGs que ha fundado?
Ya antes de publicar el libro había decidido donar los beneficios para pagar los costes escolares a niños que hubieran estado secuestrados. Dado que en el Norte de Uganda no había un proyecto de este tipo, fundé mi propia organización, juntamente con mi marido y algunos amigos belgas. Durante años he estado dando conferencias en Bélgica para obtener fondos para este programa de becas. En estos momentos, pagamos becas a más de mil cuatrocientos chicos y chicas, la mayoría en la escuela secundaria y cinco en la universidad. En 2003, el gobierno belga fundó un centro de rehabilitación para estos muchachos en Lira. Lleva el nombre de la Hermana Ráchele. En ocho meses, el centro ha rehabilitado a mil trescientos muchachos que se escaparon o que fueron rescatados por el ejército r.
¿Qué quiere el Ejército de Resistencia del Señor?
Desde el 1994, miles de niños son secuestrados en el norte de Uganda por el Ejército de Resistencia del Señor (LRA). Algunos a los cinco años son apartados de sus casas y escuelas y conducidos al vecino Sudán. Allí son utilizados como soldados baratos para luchar en Sudán y en Uganda. El LRA usa formas extremas de terror para conseguir la obediencia de los niños. Entre un 30% y un 40% de los secuestrados son niñas. Ya a los doce años son entregadas como ’esposas’ a los militares. En realidad, se convierten en esclavas sexuales. En los campos del sur de Sudán del LRA nacen muchos niños.
Estamos hablando de más de 30.000 niños secuestrados desde 1994. Muchos escapan, sufren desnutrición y tienen muchas enfermedades. Pero ¡o menos visible y más difícil de curar son los traumas psicológicos, como el miedo y ¡a rabia hacia una sociedad incapaz de protegerles. La educación es la mejor manera de rehabilitarlos, para que puedan recuperar la autoestima. Para ello creamos la asociación Ab-ducted Children Uganda’ (Niños Secuestrados en Uganda) en Bélgica. Hemos conseguido ya que 1.400 niños secuestrados regresen a la escuela.
¿Cuál es el papel del país vecino, Sudán?
El apoyo del Sudán ha sido básicamente una respuesta al supuesto apoyo de Uganda al Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés (SPLA, Sudan People’s Liberation Army).
Estos rebeldes del sur del Sudán desde 1983 luchan contra la sharia (ley islámica), la persecución de los cristianos por parte del gobierno musulmán de Sudán, e intentan extraer los bienes del sur, como el petróleo.
Al mismo tiempo, Kony y su ejército de niños soldados ha sido usado por el mismo gobierno de Sudán para luchar contra el SPLA. Porque, como dijo un ex niño-soldado, «¡os niños son los mejores luchadores: son obedientes, manipulables, valientes, rápidos y baratos».
¿Tiene miedo, después de haber vivido de cerca todo esto?
Sí, especialmente en julio del 2002, cuando mi nombre apareció en la lista de personas que quería matar el Ejército del LRA. También en octubre del 2003, cuando los rebeldes lanzaron ataques a cuatro kilómetros de nuestro centro de rehabilitación en Lira. El ejército nos proporcionó una treintena de soldados para proteger el centro. Lo que nos importa es la educación de estos niños, y que el mundo sepa lo que está ocurriendo.
Agencia Zenit