El prefecto de la Congregación del Culto Divino presenta al Papa la reforma de la reforma litúrgica.

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Ciudad Redonda. Un lugar para compartir lo que somos.El Papa lo llamó a Roma para reconducir la reforma litúrgica. Y el cardenal Antonio Cañizares comienza a cumplir su cometido. Tal y como cuenta nuestro colaborador, Andrea Tornielli, en Il Giornale, el documento con las propuestas de reforma fue presentado al Papa el pasado día 4 de abril por el prefecto de la Congregación del Culto Divino, tras ser aprobado en una “plenaria” de dicho dicasterio romano. En él, se preconiza la vuelta a la misa en latín de espaldas al pueblo y la prohibición de comulgar en la mano. Es la vuelta a la misa tradicional.Vuelve Trento.

Según cuenta Tornielli, casi por unanimidad, los cardenales y obispos miembros de la Congregación votaron a favor de una mayor sacralizad del rito, de la recuperación del sentido de la adoración eucarística, de la recuperación del latín en la celebración y de una nueva redacción de las partes introductorias del misal, para poner freno a los abusos, experimentos salvajes e inoportuna creatividad de eventuales celebrantes.

Entre las nuevas propuestas concretas aprobadas por el dicasterio que preside el cardenal Cañizares figura la de proclamar que la forma habitual de recibir la comunión sea en la boca y no en la mano, como hasta ahora. La comunión en la mano pasaría a ser un rito extraordinario.

Más aún, el ministro de la Liturgia del Papa está estudiando la posibilidad de recuperar la orientación hacia Oriente del celebrante, al menos en el momento de la consagración eucarística, dando, por lo tanto, la espalda a los fieles.

En Roma, aseguran que el “pequeño Ratzinger” está profundamente decidido a llevar a cabo la reforma de la reforma litúrgica. De hecho, recientemente declaraba a la revista 30 Giorni que “a veces, se cambió por la sencilla razón de cambiar respecto a un pasado percibido como absolutamente negativo y superado. A veces, se concibió la reforma litúrgica como una ruptura y no como una evolución orgánica de la Tradición”.

De ahí que las nuevas propuestas de Cañizares opten por el retorno a lo sagrado y a la adoración, asi como por la recuperación de la misa en latín, al menos en las principales solemnidades, y por la publicación de misales bilingües, con el latín como lengua principal.

Propuestas todas ellas que el actual Papa ya reclamaba siendo cardenal. Y sobre algunas de ellas, lleva ya tiempo predicando con el ejemplo. Por eso, todos los fieles que se acercan a recibir la comunión de manos del Papa tienen que arrodillarse y tomarla en la boca.

Consciente de la profundas reticencias que su plan va a encontrar entre muchísimos obispos, sacerdotes y religiosos de todo el mundo, la estrategia de Cañizares de cara a la implantación de la reforma apunta a plazos largos. No habrá, pues, imposición, sino sugerencias que, cuando proceden de Roma, para muchos se tornan en presiones.

Por José Manuel Vidal – Religión Digital.
    

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