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El Pozo de Jacob X

Alfredo Mª Pérez Oliver, cmf -

He prometido bucear en los rasgos de la personalidad de Jesús. Y espero cumplirla. Sin embargo al releer la invitación de mensaje sinodal a contemplar el rostro de Jesús (la cara es el espejo del alma), me detiene la frase anterior que presupone “la novedad perenne del ENCUENTRO CON CRISTO”.

Y es que el encuentro con Cristo no es casual, ni navega en la superficie de un saludo externo. Cuando se trata de Jesús encuentro y misión van inseparables. Fue a la playa del mar de Tiberiades a encontrarse con Pedro, con Santiago y su hermano y decirles que los quería pescadores de hombres.

Y sigue saliendo a encontrar personas que no sean distraídas y egoístas. Y al que le sigue abriendo las “alas enormes al viento” como los cóndores de Rubén Darío, le esperan sucesivos encuentros que le empujarán a cumbres más altas. Ahí está un ejemplo reciente.

El  Papa Francisco

Y al Cardenal Bergoglio, ya con edad de jubilación de su diócesis, según las normas, le esperaba un encuentro que le llamaba a una impresionante misión. Y no se excusó como Jeremías, que soy un muchacho y no sé hablar, porque Jesús le hubiera contestado: ¿Qué no sabes hablar? 

Te ido a buscar “al fin del mundo”. ¿Qué dices? Y el Cardenal vecino de la Patagonia dio un paso adelante: ¡Aquí estoy! ¡Envíame!

Lo que pasó por el alma del Papa Francisco, lo expresó de una manera impersonal en la homilía al día siguiente de su elección en la capilla Sixtina: Caminar fijos los ojos en Jesús; edificar sobre la roca viva, que es Cristo; testimoniar a Cristo Crucificado.

Confieso que al leer este programa que se marca el Papa al empezar su ruta, se me ocurrió una dificultad. Al caminar lo que hay que hacer es mirar al camino para no tropezar…pero la respuesta saltó inmediatamente a mi corazón: Resulta que el camino es Cristo y por eso hay que fijar ahí los ojos y el alma.

En resumen. Cuando el Cardenal argentino se creía jubilado, Cristo le salió al encuentro y le ofrece un cambiazo en su vida. Y en ese nuevo horizonte, le pide un renovado talante en profundidad, que sintetiza en tres verbos: caminar, edificar, testimoniar. Buen programa para todo discípulo.

Un encuentro que cambia la vida con problemas a vida sin problemas

Este ejemplo –alucinante- me dejó una impresión imborrable. Y más al poder contemplar al muchacho en  un video. Sin más preámbulos:
Nick Vujicic es un joven que el 4 de Diciembre de 1.982, nació en Melbourne (Australia), sin extremidades. Los médicos no se explicaban esta anomalía, ya que no existían, al parecer, motivos científicos. Sus padres, buenos cristianos, aceptaron esta terrible prueba que recibían sin advertencia, ni tiempo para prepararse. Nick, era el primer hijo. Pensaron al principio que moriría pronto, pero sus órganos vitales eran los de un bebé normal.

Los padres consternados por el dolor y con la angustia por el futuro de su hijo, no se amilanaron ni se preguntaban porqué a ellos cristianos, fervorosos creyentes,   les había sucedido una prueba tan grande. Se entregaron al cuidado del niño discapacitado y a luchar por él. La primera lucha social fue con la ley que no permitía la integración en la escuela pública a los discapacitados físicos. Declara Nick: “Como siempre, Dios dio a mis padres la fortaleza y sabiduría y el coraje necesarios para que esa ley fuese abolida. Fui uno de los primeros estudiantes discapacitados que ingresaron en la escuela pública.”

La lucha pasó al niño que tuvo que aguantar la incomprensión cruel de bastantes compañeros. Sus padres le ayudaron a superar esta situación y al final “Dios me bendijo con buenos amigos”.

Y sobre todo le llegó el gran Amigo. A los quince años, confiesa que había entregado su vida entera a Cristo que le salió al encuentro en el capítulo 9 de san Juan, al leer la respuesta que recibieron los discípulos al preguntar si había pecado el ciego o sus padres: “Nació así para que a través de él se conocieran las maravillas de Dios”.

Y comenta el joven, impactado por la Palabra evangélica: “Su Gloria ha sido revelada. Él me está usando como soy, porque en todas las cosas Dios trabaja para el bien de aquellos a quienes ama”

Nick estudió Comercio. Contabilidad y Planificación financiera. Viaja, da conferencias a los jóvenes como mensajero del amor y la esperanza en Jesucristo. Y a enseñar que hay que creer lo que creyó Jesús. Dar importancia e interesarse por lo que se interesó Jesús. Defender lo que Él defendió y mirar a las personas como Él las mira. Sobre todo confiar en el Abbá como Él y enfrentarse a la vida y a la muerte con la esperanza con la que Él se enfrentó.

Y  Nick tiene un montón de sueños y proyectos, entre ellos escribir un libro titulado: “Sin manos, sin piernas y sin problemas.”

Jesús sale al encuentro de todos y cada uno y cada una. O las espera sentado junto al pozo de Jacob. Lo que ocurre es -¡que pena!- que tantos no tienen tiempo para ese encuentro porque como Behnur dicen: “No puedo ir, porque tengo una cita importante con los poderes de Roma.”

    
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