El Pozo de Jacob (VIII)
Al preparar el cantarillo para sacar agua fresca que ofrecer a mis amigos, viene a mi imaginación el niño que juega echando pompas de jabón y luego corre detrás para pincharlas. Pero resulta que las pompas vuelan a derecha e izquierda y otras más atrevidas se dejan empujar hacia las alturas. Y el chaval tira hacia la izquierda, pero luego ve una pompa grande en la derecha y de repente se queda embobado contemplando las que suben por las alturas a las que no llega aunque se ponga de puntillas.
Es exactamente lo que me ocurre. Estoy rodeado de libros, revistas, artículos, folios, sentencias copiadas sobre la Nueva Evangelización. Voy a contemplar sereno las pompas que salen primero de Medellín. Luego las grandes que lanza Juan Pablo II en Haití. Y que luego las hace volar en incontables intervenciones y aclarando que no pide reevangelizar. No se trata de repetir lo que ya se hace. Las nuevas situaciones requieren nuevos métodos, nuevas expresiones y sobre todo celo ardiente.
Pero eso choca con instalados y rutinarios.
Una experiencia del Cardenal Carlo Mª Martini
¿Alguien puede dudar de la luminosidad de las intervenciones, libros y mensajes del Cardenal Martini? Pues resulta que el cardenal se lamentaba que de sus cartas Pastorales, tan fundadas bíblicamente, tan cercanas a la realidad, la que menos fue entendida, la de la “Iglesia enviada a evangelizar”. Y denunciaba: “Quizá no ha sido muy comprendida porque, a mi parecer, lo que desean nuestras comunidades es ser re-confirmadas en lo que poseen. Quisieran que se les asegurase, que lo que hacen está bien.”
Las comunidades, parroquias, grupos que se encuentren dentro de esta denuncia del Cardenal, se incapacitan para comprender el verdadero significado de la Nueva Evangelización.
La cosa viene de lejos. Los Apóstoles tenían ya cuadriculada la idea del Mesías que ellos esperaban. Un Mesías Caudillo triunfador sobre loe enemigos políticos y dominadores. Debía ser Israel el dominador del mundo. Y como Jesús les habla de un Mesías diferente: servidor y portador de paz y justicia y salvación integral, el Evangelista Marcos constata una y otra vez “no entienden, no comprenden”. Y hasta en el Lavatorio de los pies, Jesús le tiene que avisar a Pedro: “Lo que yo hago no lo comprendes ahora, lo comprenderás más tarde”. También el fariseo y maestro en Israel, Nicodemo, comprendería más tarde esa llamada de Jesús a “nacer de nuevo”.
De Sínodo a Sínodo.
Reavivar la inquietud evangelizadora fue obra del Sínodo Universal sobre la Evangelización del año 1974. Sin aditamentos. Pero fue el pistoletazo de salida en el que por primera vez los Obispos Europeos tuvieron que ceder el protagonismo a los Obispos de las Iglesias jóvenes. Se les quiso llamar así. Más acertadamente que Iglesias del tercer Mundo. Las intervenciones de estos pastores no sólo fueron las más numerosas, sino las más incisivas. Llevaban las heridas sangrantes de unos pueblos explotados desde fuera y con dificultades internas por la corrupción imperante a todos niveles. Siguió la Exhortación Apostólica “Evangelii Nuntinadi” que marcó rutas que siguen tan firmes como las calzadas romanas
Pero si damos un salto de 38 –treinta y ocho años- al Sínodo convocado en 2012, nos encontramos con pompas que explotan en todas direcciones, Las explica con gran poder de síntesis, el P. General de los Claretianos que participó en el Sínodo sobre “La Nueva evangelización”. Ahora ya con calificativo “nueva”. Según se desprende (Cfr. J.M. Abella en el cuarto Simposio del ITVR, 2012) de su aportación al Simposio, el Relator General en la presentación fue alarmista y pesimistas. Se sucedieron una serie de intervenciones de todas las tendencias que fueron factor determinante para cambiar la perspectiva del Relator. El gran mensaje de las intervenciones fue:”La iglesia está viva y trata de ser signo del amor de Dios en los diversos contextos.”
Fueron 350 intervenciones que insistieron en que la “Nueva Evangelización” exige conversión a todos niveles, desde la personal hasta la de las Instituciones de la Iglesia. Se insistió mucho en la espiritualidad.. Hay que ser capaces de explicitar la presencia de Cristo en el mundo, y esto sólo lo puede hacer quien vive una profunda relación con Dios. Los Obispos de Asia insisten en que sin una profunda espiritualidad no es posible la evangelización. Y junto a los Obispos de América reclaman insistentemente la solidaridad y el compromiso con los pobres y marginados. Tuvo especial resonancia el aporte de un Obispo filipino, Mons. Sócrates Villegas que afirmó: “Nuestra experiencia en el tercer mundo me enseña que sí se puede predicar el Evangelio a quien tienen el estómago vacío, pero con la condición de que el estómago de quien predica esté tan vacío como el de quienes le escuchan.”
Resultado: El estribillo de los dos Sínodos suena con letra parecida y la misma música.
Teresa de Calcuta ya lo sabía.
Recuerdo que la M. Teresa fue designada a dedo por el Papa para asistir al Sínodo sobre la Vida Consagrada. Después de la Intervención de la Presidenta de la IISG (Unión Internacional de Superioras Generales) reclamando el trato de mayoría de edad y corresponsabilidad en la acción evangelizadora, sigue la intervención de la viejecita arrugada y luminosa de Calcuta, que sólo se reprensataba a sí misma: “A nosotras lo que nos interesa es Jesucristo. Nuestros Sagrarios tiene una transparencia, para que las Hermanas recuerden siempre al salir a atender a los más pobres, que tienen que ser transparencia de Jesús. Que vean en ellas la misericordia de Jesús.”
Pero el agua ya ha llenado el cantarillo y pido a la Virgen Madre que sea Ella la que los sirva en los vasos de los amigos que se acercan al Pozo de Jacob.